A LA NOVIA MUERTA
Tan fría como el mármol de tu fosa
Sucumbes en la entraña de tu entierro
Y tu mortal fantasma al que me aferro
Me ofrece lo marchito de una rosa.
Nada vale esperar si ya las losas
Terminaron sellando ya tu encierro,
Y yo que confinado a mi destierro
Quisiera compartir donde reposas.
Pero habré de esperar, divino encanto,
Al lado de tu tumba enmohecida
A que llegue la parca con su manto
Y cubra lo que quede de mi vida
Y hundiendo su guadaña entre mi llanto
Escriba en tu epitafio mi partida.
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