Mi Traición Tiene Nombre y Apellido
Hace dos meses conocí a alguien especial. Todo comenzó una tarde noche de julio, cuando el sol se estaba escondiendo y la lluvia no cesaba, fui caminando hacia la tienda, estaba lloviendo muy fuerte, tomé mis botas para lluvia y una sombrilla, fui a comprar unas cosas que necesitaba para la cena.
Salí de mi apartamento y fui corriendo hacia la tienda que se encontraba a dos cuadras de donde vivía, al entrar, deje la sombrilla cerca de la puerta y fui por lo que necesitaba, al otro lado de una de las estanterías se encontraba una mujer muy guapa de tez morena, ojos avellanados, y cabello rizado muy hermoso la verdad, me quede impresionado con su belleza, la observe por un momento, su espectacular figura, sus gestos, todo en ella parecía perfecto, en eso ella me vio, nuestros ojos se encontraron, un calor subió por mis mejillas, baje la miraba y continúe comprando, luego de encontrar todo lo que necesitaba me dirigí a caja, en la cola para pagar se encontraba esa hermosa mujer y me dije a mi mismo "es ahora o nunca" pues si no le hablaba corría el peligro de no volverla a ver nunca mas.
-Hola, hace mucho frío afuera no. Le dije tratando de ocultar lo nervioso que estaba.
-Si bastante, me respondió con una encantadora sonrisa.
-Disculpa ¿Cómo te llamas?
-Emilie Allen ¿Y tú?
-David Miller que lindo nombre tienes.
-Gracias que amable.
Luego llego su turno para pagar, pago sus cosas pero vi que dejó un papel en el mostrador, inmediatamente lo tomé, al parecer era su dirección.
Pague mis cosas, tomé la sombrilla y salí con la esperanza de encontrarla afuera, pero no estaba así que me fui para mi apartamento. Al llegar, mi esposa me estaba esperando, terminamos de preparar la cena, cenamos y nos fuimos a dormir, bueno al menos ella durmió porque yo no, no podía dejar de pensar en esa guapa mujer que había conocido, y en la dirección que ella anotó, se que estoy haciendo mal al pensar en ella solo con el hecho de estar casado, pero hay algo en ella que me hipnotizó.
Al siguiente día me dirigí al trabajo, estaba tentado a ir a esa dirección pero no podía, no podía hacerle esto a la mujer que amo Katerine mi esposa nunca me lo perdonaría. Al terminar la jornada de trabajo le escribí un mensaje a mi esposa diciendo que llegaría un poco tarde por una junta de trabajo, en realidad no hay ninguna junta solo necesitaba tiempo para pensar, después de un momento a solas decido ir, llegué a la dirección del papel en cinco minutos, es un edificio de varios apartamentos, tomé el elevador y subí al piso 5 luego busque el apartamento numero 2, toqué el timbre.
Emilie acude a la puerta, me recibe diciendo:
-Pasa adelante, sabia que vendrías.
-¿Porqué me dejaste tu dirección?
-Por que me pareciste un hombre muy guapo, eres alto, de tez blanca, tienes unos hermosos ojos azules, ademas quiero conocerte un poco más; me dijo acercándose a mi.
-Vamos pasa adelante David.
Entramos y nos sentamos en el sofá.
-Antes que nada quiero que sepas que soy un hombre casado, le digo muy nervioso.
-No te preocupes, no estamos haciendo nada malo ¿o si?.
-No no, claro que no. Le digo, pero en el fondo sé que si.
Estuvimos hablando por bastante tiempo, en eso mi celular sonó, era Katerine, decidí no contestarle, pero tenía que volver a casa, no quería que Katerine se preocupara, le dije a Emilie que tenía que irme, entonces ella comenzó a acercarse cada vez mas a mi, era tan hermosa, tan perfecta, tan sensual, me besó, yo no pude contenerme, me deje llevar por el deseo y la pasión, no pensé lo que estaba haciendo, una cosa nos llevó a la otra, le fui infiel a Katerine.
Recogí mis cosas y me dirigí a casa, al llegar le expliqué a Katerine que la junta se había alargado y que por eso no le había contestado, le pedí perdón por la tardanza y le di un pequeño beso en la frente.
Y así fue como comenzó todo con Emilie, nuestros encuentros eran apasionantes llenos de deseo, lujuria y pasión pero carecían de amor, por un momento llegué a pensar que la amaba, ya no sentía nada por Katerine solamente lastima por ella, quería estar con Emilie, contaba las horas para volver a estar juntos, ella era tan hermosa tan perfecta, todo era felicidad a su lado, hasta que un día todo cambió, ella comenzó ser posesiva, me exigía que dejara a mi esposa, que viviera con ella, cada vez era mas la exigencia, yo le prometí que lo haría pero Emilie sabía perfectamente que no sería así, yo deje de quererla, su forma de ser ya me había cansado, el deseo ya no era el mismo.
Hace una semana estaba decidido a terminar con esa falsedad y poder rescatar mi matrimonio, fui a buscar a Emilie su departamento, no estaba, pero había una nota en la mesa que decía así:
Fui a ver a tu querida esposa, te espero en casa mi amorsito...
Sabía que algo malo sucedería, fui inmediatamente a casa, todo estaba en silencio, subí rápidamente a mi apartamento, escuche un disparo y un grito ahogado, cuando entre Emilie estaba ahí, parada con una pistola y en el suelo yacía Katerine, el amor de mi vida, muerta y en su mano una prueba de embarazo positiva...
Sueños de escritora.
Comentarios
Publicar un comentario