Si no has leído la primera parte, te recomiendo que la leas.
Se escuchan muchos ruidos, personas caminando, puertas abriéndose y cerrando, una maquina que suena sin cesar, y se escucha una ambulancia a lo lejos, siento el cuerpo pesado, no puedo abrir los ojos, siento un temor muy grande, comienzo a gritar, de repente la voz de una mujer me tranquiliza, yo no puedo hacerlo, le digo que no puedo abrir los ojos, pero no me dice nada, siento la sensación de que no entiende lo que digo, pienso en decir algo pero cuando hablo no digo nada de lo que he pensado, estoy muy alterada, en eso siento un pinchon y vuelvo a dormir.
Al despertar al fin puedo abrir los ojos, todo esta muy iluminado y la mayor parte de las cosas están blancas, siento una mano que aprieta la mía, volteo y es Natasha la que está a mi lado.
-¡Sara! tremendo susto el que me has pegado.
-¿En donde estoy? pregunto adormitada.
-Estas en el hospital, al parecer tu amigo ese ¿Como se llama? ¿Santiago? te trajo al hospital.
-¿En donde está?
-Está en la sala de espera, esta muy preocupado por ti.
-¿Cuanto tiempo llevo aqui?
-Desde ayer en la tarde.
Me quedé sorprendida que yo supiera no estaba enferma, ni me sentía mal, en eso entró una doctora.
-Buenos días señorita Sara, me alegra verla despierta.
-Buenos días doctora, ¿Me podría explicar que es lo que tengo?.
-Señorita necesito que esto lo tome con calma, es una noticia muy fuerte, así que usted tiene que ser valiente.
-¡Ya doctora, por favor dígame!, le respondo con todo el temor del mundo.
-Sara usted tiene leucemia, y lamento decirle que esta muy avanzada, no podremos someterla a los medicamentos y tratamientos de esta enfermedad, pues agravaría mas su dolor, por el nivel de su enfermedad.
Sentí que todo se nubló en ese momento, el corazón se me salía del pecho, quería llorar pero no podía, estaba muy impresionada, vi pasar toda mi vida, ¿¡Como era posible que alguien de mi edad, con tan solo 24 años fuera a morir en unos días!?.
-¿Pero hay algo que pueda hacer? le respondo.
-Disfrutar los ultimos días que le quedan como si fuera una persona normal, sin ninguna enfermedad.
En eso el timbre de otra habitación suena y la doctora sale corriendo, al parecer es una emergencia.
En ese momento lloré, lloré mucho, Natasha estaba a mi lado diciéndome palabras de aliento, pero con una noticia así ninguna palabra sirve. Le dije que me dejará un momento sola y que no platicara con nadie acerca de lo que estaba pasando.
Un día después me dieron de alta del hospital, Natasha y Santiago me llevaron al hotel, aun nos quedaban 3 días de viaje, pero yo no quería nada, Santiago no sabía de mi situación yo le pedí a Natasha que no le dijera nada, yo lo haría en el momento que creyera adecuado.
La noche de ese día me puse a pensar en todas las cosas que me perdería, no tendría hijos, no conocería al amor de mi vida, no tendría una boda ni una luna de miel, no mas bailes, no mas viajes no podré hacer nada mas, le pedi a Dios que me ayudará a aceptarlo, esa noche decidí que pasaría los últimos días de mi vida como si no estuviera enferma, haría lo posible por ser feliz.
Al día siguiente me levanté con mucho ánimo, le dije a Natasha que quería salir, habíamos dispuesto ir a recorrer la cuidad, pero cuando salimos, estaba Santiago en el lobby con un ramo de rosas gigante, corrí a abrazarlo y le di un pequeño beso en la mejilla y él me lo devolvió.
Ese día fuimos a muchos lugares maravillosos, me llevó a restaurantes en donde probé comida muy deliciosas, conocí varios lugares de Verona, hermosos paisajes, bellas vistas, me estaba enamorando de Santiago con locura, me podía dar el lujo de verlo sonreir, de verlo caminar, comer, correr, de hablar con él, estuvimos mucho tiempo juntos.
El antepenúltimo día, antes de marcharme, me invitó a conocer su casa, era de noche cuando fui, estuvimos hablando, tomamos vino, él tocó un par de canciones para mí, era la primer persona que escuchaba su música y era hermosa, nos entretuvimos tanto que no nos dimos cuenta de la hora.
-Ya es muy tarde, le dije a Santiago.
-No importa, quédate conmigo, me dijo de una manera tan irresistible.
Por un momento lo dudé, pero me recordé de mi condición, así que llamé a Natasha y le dije que no llegaría a dormir.
-Sara se que mañana te vas, me dijo Santiago con una expresión muy triste. No quiero que esto acabe aquí, estoy enamorado de ti Sara, siento que te amo, se que es una locura pero no me importa, te amo y si pudiera se lo gritaría a todo el mundo, por favor hagamos esto realidad, hagamos que esto funcione.
Estuve tentada a decirle lo que pasaba conmigo, sé que dije que esperaría el momento adecuado, pero ese momento no llegó, no fui capaz de decircelo, no podía romperle el corazón.
-Yo también estoy enamorada de ti Santiago, te amo con locura, pero no lo nuestro no puede seguir, estamos muy distanciados, eso es totalmente imposible, no quiero romperte el corazón pero por favor entiéndeme.
-No me hagas sufrir de esta forma, te lo suplico Sara, yo quiero estar contigo toda mi vida, quiero tener una vida contigo, hagamos esta locura realidad.
Lo abracé muy fuerte, el me apartó para besarme, nos besamos tan apasionadamente que una cosa nos llevó a la otra, lo amé como nunca había amado a una persona, y sentí lo mismo de su parte. Fue una de las mejores noches de mi vida.
Al día siguiente, nos dirigimos al aeropuerto con Natasha, Santiago nos llevó, y llegó el momento que menos esperaba, despedirme de él. Lo miré a los ojos y él me dijo:
-Sara, espero que te vaya muy bien, que tengas una vida llena de felicidad, que cumplas tus sueños y que escribas esa historia que tanto anhelabas, sabes que te llevaré por siempre en mi corazón, has dejado una gran huella en él, espero que pienses lo que te dije anoche y me escribas, ti amo Sara dal mio cuore.
-Gracias Santiago, yo también te deseo lo mejor, espero que seas muy feliz, gracias por estos días tan maravillosos que pase a tu lado, me has hecho la mujer mas feliz de todas, hasta pronto, Ti amo piú caro Santiago.
Me abrazó tan fuerte que yo no quería soltarlo, nos dimos un tierno y dulce beso y Santiago se marchó.
Al llegar a casa se lo conté todo a mis papás, lloraron conmigo, pero me apoyaron, han estado conmigo estos últimos días.
Han pasado dos semanas ya desde que regresé, no he sabido nada de Santiago, me siento faltal, siento que ya no puedo más, pero necesitaba escribir esta pequeña parte de mi vida a la que llamo amor, no podía irme sin dejar plasmado para siempre este amor que siento y seguiré sintiendo por Santiago mio caro amore, y ahora estoy aquí escribiendo lo último de esta historia que fui buscando a Verona sin saber que la protagonista de ese amor que tanto anhelaba encontrar para plasmarlo con tinta y papel sería yo, Santiago no sabe que moriré en poco tiempo.
Si llegas a leer esto mi amor, perdoname, pero quiero que sepas que sei l'amore della mia vita.
Fin
Sueños de Escritora.
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