Eres un sueño de esos que se sueñan y se duermen cansados de
tanto idealizar, pero ojalá que sueñes y cumplas, y que cumplas y sigas soñando
que no se te acaben las ganas esas que están, que existen que te hacen vivir,
no dejes que el sueño te venza, sostenlo de la mano y viajen juntos ya sea en
barco, en avión, en bicicleta, en carro en bus o a pie, afuera llueve pero si
lo tienes de la mano ni la lluvia te pondrá triste, y si estas triste abrázalo,
y sigan caminando, si el camino está lleno de espinas, de seguro de su mano
este se hará blandito, si piensas que estás perdido pregúntale la dirección, ya
que es un sueño que tiene brújula, de esas que funcionan con tan solo ver un
volcán o escuchar para donde late más fuerte el corazón, norte, sur, este,
oeste, o si de pronto te dicen good morning, guten Morgen, buongiorno, tú sonríe
porque estas en donde quieres y si acaso tienes miedo recuerda que vas de su
mano, agradece a Dios y no te sueltes hasta que el miedo ya no exista, y si no
logras eliminarlo al menos distraerlo con la hermosura de ese sueño, sigan
caminando y lleguen a la meta, esa que compartirán, en donde el cielo y el
suelo se harán iguales, el sueño al fin será la realidad y ahí esa realidad se
llenará de sueño se dormirá y tú la dejaras dormir, la observaras y ya no sabrás
quien es el que sueña si la realidad o tú.
EL ZORRO Y EL SABUESO UN CUENTO DE NAVIDAD CAPÍTULO II. AÑOS DE AVENTURAS CAPÍTULO ANTERIOR: I. ENCUENTRO Al pequeño zorro le había dolido mucho lo que habían dicho de él, se preguntaba si de verdad era malo. Cuando llegó a su casa le preguntó a su mamá si él era malo, ella le dijo que no, que él era un buen hijo. Él le preguntó si los animales que vivían en el bosque eran malos, ella le dijo que no, que quién le había dicho eso. Él le dijo que unos perros que habían pasado por la zona donde él jugaba se lo habían comentado. Ella le dijo que no les hiciera caso, que los animales del bosque y de la ciudad no se llevaban, pero que él era un buen zorro, que la bondad o la maldad de alguien no dependía del lugar de donde era, pero que igual, mejor se alejara de los animales de ciudad si los veía, para que no le dijeran cosas feas. El zorro se quedó con la duda de por qué no se llevarían unos animales con los otros, pero ya estaba tranquilo de que al menos no era malo, él p...
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