En la vida existen
ángeles ya desciendan del cielo, bajen de un ascensor, de un bus o de algún
avión, son ángeles que dejan huella del milagro, y que sustentan y son
necesarios para el corazón como la comida al estómago, esos imprescindibles que
afirman y reafirman la fe, tu por ejemplo eres milagro de Dios, algunos han
tenido el privilegio de conversar con un milagro mismo.
Tal es el caso de aquel
hombre que atravesaba el desierto, exactamente el de Arizona camino a estados
unidos, sus amigos y él habían caminado por horas en aquel desierto, estaban
perdidos, no había esperanza alguna de vida, la persona que los guiaba
desapareció se encontraban solos al filo de la muerte, unos hasta se cortaron y
otros seguían avanzando, la incertidumbre de pensar que estaban caminando en círculos
o realmente estaban avanzando era devastadora, decidieron ir cada quien por un
camino distinto, y aquel hombre quedó solo, la desesperación hacía que el sudor
le corriera por la frente, el sol en apogeo y aquel hombre sin esperanza reclamaba
a Jesús aquel abandono y empezó a sentir sed, esa que de dos días y medio, que
le empezaba a cortar la respiración, ¡era como empezar a morir! Lentamente se
tiró en la arena aquella que quemaba sin piedad y empezó a aceptar la muerte,
de pronto se le acercó un señor, por cierto muy gentil y conocedor de aquel desierto,
toma un poco de agua, sé que la necesitas, era como beber de una manantial el
agua más cristalina de todas, -quiero ir a estados unidos ¿puede guiarme? - lo
sé dijo aquel señor y te llevaré a dónde
quieres ir, sentir aquella mano de Dios
en ese momento para aquel muchacho fue vivir un milagro, luego de varias horas aquel
señor le dijo: - ahí está estados unidos, eso que ves a lo lejos, aquel hombre
con lágrimas en el rostro dobló sus rodillas y agradeció el milagro, al
acercarse al señor este ya no estaba ¡un milagro! ¡Un milagro! Grito aquel
hombre, la manifestación del poder y amor de Dios, tal como se ha manifestado
en la cura de un cáncer terminal, en el amigo que dice ¡LEVANTATE! Y te da no
solo la mano, sino el brazo, aquel hombre que le salvó la vida a aquellos
niños, aquel amor que sanó el corazón más herido de todos, aquella dulce mujer
que dice: lucha por tus sueños que yo te ayudare, son ángeles de Dios, manifestándose
en este mundo, amo que existan, amo saber que eres uno, amo esa maravilla ese
exacto momento de la manifestación de Dios, experiencias basadas en la vida
real hoy nos lo comprueban ¿tu has vivido alguna?
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