Ir al contenido principal

La Cata (Capítulo IX)



LA CATA (CAPÍTULO IX)


Me arreglé lo más rápido que pude, y salí para la casa de Mariana.

No sé qué pasa, si es mala suerte, si es cómo lo percibimos o en verdad es así, pero a veces pareciera que el creador tiene un agudo sentido del humor y ama la ironía, porque cuando no te urge ni necesitas demasiado hacer determinada cosa, suele todo ir bien y estar tranquilo, pero justo cuando necesitas hacer algo, sucede todo para que no lo logres. Parece que hoy se pusieron todos de acuerdo para salir a conducir a las calles, como que de un día para otro en la ciudad se duplicó el número de automóviles. Las calles son un caos, y es toda una odisea llegar hasta la casa de Mariana.

Pero finalmente llego, y ella está ahí, con esos ojos cristalinos color miel, esos cabellos rubios, esa blancura de su tersa piel, ella es como un sol. Lleva puesto un hermoso vestido azul, zapatos de tacones, y está cuidadosamente arreglada. No puedo evitar que mi corazón palpite por ella una vez más.
―Hola Ernesto. Gracias. Qué gusto verte.
―Qué grato verte Mariana. Sube. (Ella subió entonces al auto y su aroma lo teñía todo de color, llenando el espacio con su luz)
―No sabes cuánto te agradezco.
―No hay de qué. (Arranqué y empecé a andar)
Nos dirigíamos hacia la casa de su madre, el tráfico seguía siendo pesado, ya pasaban algunos minutos de las tres de la tarde, y en el camino empezamos a platicar.
―¿Cómo te va con los vinos?
―Bien gracias, voy enriqueciendo mi cava cada vez más.
―Yo hace tiempo que no pruebo alguno.
―Pues yo en mi colección sigo teniendo tus favoritos.
―¡En serio!, qué bien, de pronto y llego un día para que compartamos uno.
―Tú siempre eres bienvenida en la casa.
―Gracias. Oye, y ¿has escrito algo nuevo?
―Claro, sigo escribiendo los artículos para las revistas en las que trabajaba.
―Pero, ¿no has escrito una nueva novela?
―Tengo algunas en proyecto, pero no, solo he escrito algunos poemas y relatos cortos.
―Tú siempre tan apasionado, eso siempre me encanta de ti.
―Y a ti ¿cómo te va en la firma?
―Bien, me ascendieron hace un tiempo.
―¡En serio!, felicidades.
―Sí, y me ha tocado llevar casos mucho más importantes, aunque claro, llevan mucho más trabajo y dedicación.
―Lo bueno es que eso te encanta a ti.
―Me encanta, pero también me desgasta mucho. A veces me estreso demasiado, y no puedo dormir pensando en alguno de los casos. Es que no me puedo permitir perder ninguno, no solo por mi reputación, sino también porque me lo confían a mí y debo dar resultados a la gente, para eso nos pagan.
―Oye, pero no se puede ganar siempre. Yo pienso que de pronto y será más justo que tu cliente pierda si no tiene la razón, y tú deberías buscar solamente que no se pasen con él.
―Es que tú nunca has entendido lo que es esta profesión, nos pagan por ganar los casos, no por ser justos. Y no tienes idea de cómo me enojo cuando las cosas no me están saliendo como deberían. Pero hasta ahora he logrado ganar los que me han asignado.
―Tienes razón, te hace falta tomar vino.
―Jaja, vas a decir que yo me tomo las cosas muy en serio, ¿no?. Tú siempre me haces ver la vida más agradable y sencilla.
―Necesitas relajarte, tomar las cosas con calma, disfrutar de las maravillas que nos presenta la vida y la creación.
―Tienes razón. Trataré de tomarme las cosas con más calma y humor.
Estábamos ya cerca de la casa de mi suegra... es decir, de mi exsuegra, estaba yo muy emocionado platicando con Mariana, cuando de pronto comienza a sonar y vibrar mi celular. Lo tomé y vi la pantalla... era Danniela. Observé la hora, faltaban pocos minutos para las cuatro, debía llegar con ella a las cuatro y media y todavía estaba al otro lado de la ciudad.
―¿Contestarás?
Yo estaba atónito. Tengo que admitir que me puse nervioso, no sé por qué, tanto que ni me había dado cuenta que había detenido el carro, afortunadamente íbamos en una calle sin tránsito, y con razón Mariana me veía extrañada. Estaba a punto de dejar de sonar, cuando contesté.
―Hola.
―Hola Ernesto, ¿qué tal?, ¿cómo estás?
―Bien gracias, y tú.
―Bien también gracias. Te cuento que ya he salido de trabajar.
―¡Saliste antes!
―Solo unos diez minutos.
―Fabuloso, ahora llego, solo que me voy a tardar unos minutitos que me salió un imprevisto.
―No te preocupes, igual habíamos quedado que a las cuatro y media. Pero por eso te llamaba, si quieres te espero ya ahí en Casa Rioja.
―No, cómo crees, en serio, ahora me apresuro y llego ahí contigo en un santiamén. (En ese momento puse el carro de nuevo en marcha.)
―Pero igual estoy aquí a tres cuadras, no te preocupes, te espero ahí.
―Lo siento, en serio, debí llegar antes.
―Tranquilo, yo salí antes. Nos vemos en Casa Rioja.
―Nos vemos, llego pronto.
Cuelgo, mientras aún manejo, intentando llegar pronto a nuestro destino.
―¿Quién era?
―Una amiga.
―Una "amiga"... ¿así que te vas a ver con ella hoy?
―Sí, así es. Iremos a una exposición de vinos, en Casa Rioja.
―Ah, como los eventos a los que me llevabas...
―Solo que nosotros no íbamos precisamente a catar vinos..., jaja.
―Y qué, ¿con ella sí vas a ir a catar vinos?
―Es que es una enóloga, sabe mucho de vinos.
―"Enóloga"..., claro...
En ese momento llegábamos a la casa, y yo me estacionaba, solo quería dejarla e irme para no quedarle mal a Danniela.
―¿Por qué no apagas el carro?
―Porque ya me voy
―¿No vas a saludar a mi mamá?, ¡Es su cumpleaños!
―La saludas de mi parte.
―Yo le dije que ibas a venir, se va a sentir mal si no la saludas. Solo salúdala rápido y ya.
―...Está bien...
Apagué el auto, y nos bajamos. Ella tocó la puerta, y justo abrió la señora.
―¡Feliz Cumpleaños Mami! Qué Dios te cuide y que cumplas un millón de años más, te amo mucho, eres lo mejor de mi vida.
―Gracias hija, Dios te bendiga.
Decían mientras se abrazaban.
―Pero mira quién está aquí. Qué alegre verte Ernesto.
―Muy feliz cumpleaños, Dios la bendiga.
―Ay muchas gracias, pero por favor pásale.
―No gracias, es que solo vine a dejar a Mariana, tengo que ir a otro lugar.
―¿No te vas a quedar a la celebración?
―Es que ya tenía otro compromiso.
―Entonces espérate un poco, que te voy a dar un poco de la comida para que te lleves.
―No, no es necesario, en serio.
―Ahora te la empaco, pero pásenle por favor, pasa Ernesto, tú siempre eres bienvenido en esta casa.
―Gracias.
Tuve que pasar, preocupado porque se me hacía tarde para ver a Danniela, ¿pero qué podía hacer? La señora entró y nos quedamos con Mariana en la sala.
―Si quieres te puedes quedar, no hay problema, igual yo ya no estoy saliendo con nadie, y mi mamá te aprecia bastante.
―No gracias, es que en serio tengo que irme.
―Quédate, por mí, como en los viejos tiempos.
―Es que en serio tengo un compromiso (qué ganas de decirle que sí a esos lindos ojos cristalinos color miel).
En eso venía la mamá de regreso.
―Ernesto, en serio, ¿no te quedas?, me alegraría mucho que estuvieras aquí en mi cumpleaños.
―Gracias, en serio, pero debo irme.
―Bueno, aquí tienes.
―Muchas gracias, no se hubiera molestado. Con permiso, buena tarde, se cuidan.
―Adiós Ernesto.
―Hasta pronto Ernesto (Me decía Mariana mientras me daba un fuerte y largo abrazo, que me tentaba a quedarme).
Salí de la casa, me subí al automóvil, arranqué, y me fui a toda velocidad a Casa Rioja.

Ya era tarde, y mientras manejaba llamé a Danniela.
―Hola Ernesto.
―Hola Danniela, ¿ya estás ahí?
―Sí, aquí estoy en Casa Rioja.
―Llego en un momento, ya voy para allá, lo siento, es que el tráfico estaba un poco pesado.
―No te preocupes, aquí te espero, aunque no prometo guardarte vino... jaja.
―Jaja, no seas mala, guárdame aunque sea una copa.
―Te guardo una copa, pero el vino me lo tomo yo.
―Jajaja, que mala eres. ¿O es que quieres que lo pruebe de tus labios?
―Ay Ernesto, qué cosas dices, me sonrojas. Jaja, te espero.
―Ya llego.
Continué mi camino, acelerando a toda velocidad, vi el semáforo en amarillo, aceleré más, pero al ir atravesando cambió a rojo, otro carro venía, los frenos y llantas rechinaron con el pavimento y...

Continuará...


Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
(Escrito del 3 al 18 de agosto)18 de agosto de 2018
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos.


(Capítulo X)
(Capítulo XI)







Comentarios

También te puede interesar

Las 10 Historias de Amistad más Inspiradoras (Revolution Top)

LAS 10 HISTORIAS DE AMISTAD MÁS INSPIRADORAS "Yo soy tu amigo fiel, yo soy tu amigo fiel, tienes problemas, yo también, no hay nada que no pueda hacer por ti, y estando juntos todo marcha bien, pues yo soy tu amigo fiel..." reza la famosa canción de la película de Toy Stoy 2, y con esta frase presentamos nuestro primer Revolution Top especial por el mes del amor y la amistad, que adicionalmente es un test para que veas que tan verdadera o verdaderas son las amistades que entregas y que recibes. Los requisitos que se tomaron en cuenta para elegir estas historias es que fueran amistades emblemáticas públicas o famosas, de seres reales o ficticios (es decir, de la literatura, películas o leyendas). Además, se excluyeron amistades que aun siendo verdaderas incluyesen además de la amistad algún vínculo de parentesco o algún romance conocidos. Por su parte, el criterio de clasificación fue el de la entrega, aun y cuando esta entrega fuese solo de parte de uno de ...

El Zorro y el Sabueso. Un Cuento de Navidad. Capítulo II. Años de Aventuras.

EL ZORRO Y EL SABUESO UN CUENTO DE NAVIDAD CAPÍTULO II. AÑOS DE AVENTURAS CAPÍTULO ANTERIOR: I. ENCUENTRO Al pequeño zorro le había dolido mucho lo que habían dicho de él, se preguntaba si de verdad era malo. Cuando llegó a su casa le preguntó a su mamá si él era malo, ella le dijo que no, que él era un buen hijo. Él le preguntó si los animales que vivían en el bosque eran malos, ella le dijo que no, que quién le había dicho eso. Él le dijo que unos perros que habían pasado por la zona donde él jugaba se lo habían comentado. Ella le dijo que no les hiciera caso, que los animales del bosque y de la ciudad no se llevaban, pero que él era un buen zorro, que la bondad o la maldad de alguien no dependía del lugar de donde era, pero que igual, mejor se alejara de los animales de ciudad si los veía, para que no le dijeran cosas feas. El zorro se quedó con la duda de por qué no se llevarían unos animales con los otros, pero ya estaba tranquilo de que al menos no era malo, él p...

La Viejecita de Mozambique

  Anterior - Top - Siguiente 2. LA VIEJECITA DE MOZAMBIQUE Carlos Mejía Godoy (Autor) Carlos Mejía Godoy, Los Palacagüina; Antonio Pina Villuendas (Intérpretes) "Yo soy Victoriano, trotamundo vasco, llegué a Mozambique buscando una flor, al caer la tarde detuve el camino, con chapela vasca y con mi acordeón. En la misma puerta de aquella hostería una viejecita me identificó los 7 puñales de Santa María, "Usted es de España, lo mismo que yo. En tus ojos claros de almendro florido, veo la Cibeles, manantial de amor, y en tu risa alegre, loca algarabilla, la gente que corre en la Plaza Mayor." Y yo Victoriano, trotamundo vasco, sorbía una copa de añejo jerez, un llanto cuajado de melancolía, surcó la mejilla de aquella mujer: "cuéntame de España, mutil aguerrido, ¿Qué es de tu Bilbao?, ¿Qué es de mi Madrid?, yo vine a esta tierra hace ya tantos años..., me empujó a esta suerte la guerra civil. Dime si aún alumbran los viejos faroles en la Cava Baja del Madrid de ayer...

Los pobres desheredados

Algunos con expresión de lástima y compasión, otros, tal vez de cólera y desdén, ven llegar a su casa casi todos los días, a personas que por alguna razón han perdido la protección de sus parientes y han sido abandonados a su suerte con todas las limitaciones que tal abandono conlleva: de vejez, económicas, físicas y hasta mentales. Esa situación de olvido y desatención los obliga a acudir a la caridad de la gente para poder subsistir, y a realizar trabajos con mucho esfuerzo, para poder ganarse un mendrugo para su hambre y conseguir un rinconcito cualquiera para enroscar su cansancio y su desventura y volver de nuevo a enfrentar la dura realidad y en pocas ocasiones, la indiferencia de sus semejantes. Estas personas necesitadas de la caridad humana, carentes de la capacidad física y a veces hasta mental, para ganarse la vida y disfrutar de ella con la dignidad propia de los seres humanos, podrían en nuestro medio, ser protegidos por alguna institución proporcionándoles techo po...

Sexo y amor con un emperador

  Sexo y amor con un emperador Oh; oh; ohhhhhh Como Aníbal atravesé los Alpes y soy el nuevo emperador Ven niña, déjame probar tu dulce, dulce, dulce candor He conquistado Milán y tú eres mi modelo, modelo Ucraniana con la miel de tus besos siento que vuelo, vuelo Déjame llevarte esta noche hasta el cielo, cielo Princesa solo di que sí, nos vamos a divertir Dirige tu orquesta para mí, déjame tu piel sentir Un vino blanco junto a ti   Tu acento es música para mí Amor de Roma yo soy emperador Esta noche tu éxtasis de placer quiero oír Sexo y amor con un emperador   Oh; oh, oh, oh, oh; oh, ohhhhhh Oh; oh, oh, oh, oh; oh, ohhhhhh Oh; oh, oh, oh, oh; oh, ohhhhhh Oh; oh, oh, oh, oh; oh, ohhhhhh   Mi linda directora de música ahora dime, ahora dime Milán es mía y ahora a por tu corazón yo vine, yo vine Me dejarías como a una guitarra tomarte, acariciarte y que te mime, que te mime Tocarte como a un violín hasta sacarte un sonido...

Yo lo prometí, y le voy a ser fiel...

A cinco meses de la partida hacia la Eternidad de nuestro Comandante Fidel Castro, les traemos la letra y análisis de la canción “Lo prometí”, escrita e interpretada por Lachy y Yasel, dirigida por Javier Vázquez (EGO), producida por Latzl y Chico Frank. Esta canción en honor al Comandante Fidel Castro y su legado, tiene la peculiaridad de ser una combinación de pop y rap, lo que la saca del clásico esquema de la trova cubana, que generalmente es el estilo en que se canta a la Revolución. La canción hace énfasis en el legado que Fidel deja y que la juventud cubana toma con lealtad para seguir adelante. La misma fue escrita para el Comandante Fidel Castro para su 90 cumpleaños el 13 de agosto de 2016, año en que fue estrenada. Sin embargo el video oficial fue grabado después de su muerte, por lo que en el mismo puede observarse el féretro recorriendo la isla.   Lo Prometí “Dicen que la juventud se ha perdido Pero sin embargo yo veo un pueblo unido Personas qu...

Cleopatra

  Siguiente artículo 01. Cleopatra (Egipto 69 a. C.-30 a. C. Destacada en Belleza, Arte, Literatura, Religión, Filosofía, Ciencia, Cultura, Política, y Guerra) EXORDIO: ¡Oh bella soberana!, la más hermosa entre las hermosas, la más poderosa entre las poderosas, la más culta, la más valiente, la más diplomática, la más intelectual. Más que una mujer eres una Diosa que cautiva a reyes como a esclavos, te rinden culto las princesas como las plebeyas, las doncellas como las meretrices, los caballeros como los bandidos, nadie puede dejar de adorarte si con tu majestuosidad te haces presente, y ni siquiera si en la lejanía de la geografía o de la historia estás ausente, pues no hay desierto ni océano donde no llegue a pronunciarse tu nombre: Cleopatra, la Grande, la Magnífica, la Diosa. Grecia y Egipto te reclaman como suya, y Roma reclama ser dueña de tu amor, oh, qué equivocados están, pues son Egipto y Grecia los que son tuyos, y aunque no conquistaste Roma sí te quedaste con su coraz...

Llanto desde el Silencio

LLANTO DESDE EL SILENCIO Tantas cosas hay que quisiera decirte Fue doloroso la última vez que te vi irte Hoy, aunque tenga ganas ya no puedo escribirte Quiero que sepas que te amo, yo nunca quise herirte Que al menos me recuerdes hoy quisiera pedirte Saber que nunca te volveré a ver Ha sido el peor error que he podido cometer Yo solo he querido lo correcto hacer Y con decisión arrancarte de mi ser Pero contra el amor no se puede contender Quiero volver a reír como junto a ti reía No creí que en un arrebato de culpa te perdería Mi mundo hoy nublado como una eterna noche fría Lluvia cae de mis ojos en mi permanente agonía Gota a gota, sin ti, mi mundo se vacía Mi mundo se oscurece en sombras sin ti Los truenos en la lejanía anuncian la tempestad para mí ¡Siento que no podré salir de todo esto si tú no estás! La tormenta trae llanto, mis lágrimas inundan todo aquí Me desgarra de dolor la culpa de negar mi amor por ti Necesito tu abrazo, tu aliento, ¡no volveré a ser yo misma si tú te vas!...

Terror Psicológico- No abras la puerta

No abras la puerta Han pasado tres años desde aquella noche. Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando. Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás. Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad... aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado. Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian, y estudian a todas las personas que conoces. Día tras...

El Profe y La Seño

Hoy es el día en el que oficialmente lanzo mi blog, y he decidido iniciar publicando, algunos escritos de un profesor excepcional, que es además un gran literato y periodista originario de San Antonio Huista Huehuetenango, Guatemala. Qué mayor honor el mío que el ser descendiente de un personaje tan preclaro, cuya pluma ha escrito informando con la mejor prosa y deleitando con los más maravillosos versos, pues es él mi abuelito, mi abuelito materno, Don Lenchito. Con el permiso ya concedido por él, y el mayor orgullo y admiración, les dejo un extracto del libro suyo, cuyo título es el mismo que el del escrito que les comparto: EL PROFE Y LA SEÑO “ ¿Cómo te sientes, estimado maestro, cuando tus alumnos te dicen Profe, y tú, compañera, cuando te dicen Seño? Especialmente porque tales expresiones suenan muy cariñosas, o al menos así lo parecen, pero… ¿has pensado si en verdad te las mereces, si realmente te las has ganado? ¿O es la fuerza de la costumbre la que obliga a los niños...