EGO
Soñaba a una mujer tranquila y buena
que no inspirara el morbo y el hastío;
que fuera como el vino para el frío
y a la vez con virtuosa alma serena.
Tan solo para mí, de curvas llena,
como un loto crecido junto al río
cargado de la gracia del rocío
con cura a las heridas de mi pena
Al final no fue así como quería,
tenía más virtud sencillamente
yo era sólo la noche, y ella el día
y envueltos en su magia transparente
no dijo si tan sólo me quería
sólo sé que fue libre y diferente
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