Decidí hacer un viaje repentino que por cierto de imprevisto
no tenía nada ya que había sido planificado años antes, me atrevería a decir
siglos antes ¡que mentira! Dirás pero para mí un siglo se remite a un conjunto
de 104 semanas y digo conjunto porque están dentro de un calendario dividido en
dos, el caso es que mi viaje se suponía rápido pero ha hecho escala en tu
corazón he encontrado migajas de amor y un vaso de agua que por cierto por el
hambre y sed que tenía ya no existen, ambas cosas me han alimentado estos meses
si te sirve de consuelo me he llevado muchos recuerdos, no tantos como
quisiera, estuve tan poco tiempo, sabía
que era escala pero me enamore tanto que por mi ahí pude haber concluido mi
viaje, suerte la mía que algunos recuerdos trajeron a mi mente mis cosas
favoritas el café mañanero, tu sonrisa tan radiante, tus ojos que anuncian
esperanza y en fin! Miles de recuerdos más, ya estoy llegando a mi destino, y mis
pies tocan la arena, y mi cuerpo bronceado me ha recordado que he estado
durmiendo quizás sea ese sol que provoco la escala en tu corazón, pero tu no le
hagas caso él miente, realmente tuve una escala en tu corazón pero desperté en
un mes cualquiera en una playa que admite un sueño en el que estaba viajando, y
aunque no sea real y tu tampoco lo cierto es que hice escala en tu corazón.
EL ZORRO Y EL SABUESO UN CUENTO DE NAVIDAD CAPÍTULO II. AÑOS DE AVENTURAS CAPÍTULO ANTERIOR: I. ENCUENTRO Al pequeño zorro le había dolido mucho lo que habían dicho de él, se preguntaba si de verdad era malo. Cuando llegó a su casa le preguntó a su mamá si él era malo, ella le dijo que no, que él era un buen hijo. Él le preguntó si los animales que vivían en el bosque eran malos, ella le dijo que no, que quién le había dicho eso. Él le dijo que unos perros que habían pasado por la zona donde él jugaba se lo habían comentado. Ella le dijo que no les hiciera caso, que los animales del bosque y de la ciudad no se llevaban, pero que él era un buen zorro, que la bondad o la maldad de alguien no dependía del lugar de donde era, pero que igual, mejor se alejara de los animales de ciudad si los veía, para que no le dijeran cosas feas. El zorro se quedó con la duda de por qué no se llevarían unos animales con los otros, pero ya estaba tranquilo de que al menos no era malo, él p...
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