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Mostrando entradas de junio, 2022

Meditaciones

  Cuando media una larga enfermedad entre la vida y la muerte, esta viene a ser un descanso para el que muere y un alivio para sus deudos; pero cuando la muerte llega así, intempestivamente, cuando menos se espera que toque nuestra puerta, se apodera de nosotros la inmensa tristeza por ese desenlace fatal e inesperado. Ain embargo la vida no es más que el viaje que emprendemos al nacer para llegar a una meta prevista que se llama muerte, a la que arribamos en el momento menos pensado. Debemos, entonces, aprovecharla para cumplir su noble propósito, que es el de servirle a nuestros semejantes, para que cuando llegue la hora de rendir cuentas, porque la misión que nos tocaba desempeñar ha concluido y es tiempo de partir al más allá, nos vayamos a la tumba con la satisfacción del deber cumplido dibujada en la última sonrisa de nuestros labios; y así, irnos a dormir el sueño eterno de la muerte. Florencio Mendoza Granados San Antonio Huista, Huehuetenango

Qué solos se quedan los muertos

  Cuando, después de un fatal e infortunado accidente, de una implacable enfermedad o de cualquier otro acontecimiento trágico de la muerte de un ser querido, nos vemos en el doloroso trance de separarnos físicamente de él, qué profunda sensación de tristeza nos invade, no solo por la dura realidad de su ausencia definitiva, sino por el hecho de dejarlo totalmente solo en el silencio conmovedor de un cementerio; qué lacerante vacío se vivirá en adelante en el seno familiar al que le dio alegría y felicidad con su presencia. Pero dice un refrán que Dios da la llaga y da la medicina, y tal expresión encierra una verdad incuestionable, porque aquella amargura provocada por la muerte del ser querido, aquella situación de angustia que creímos inconsolable, a medida que el tiempo transcurre, va apoderándose de nosotros un sentimiento de resignación y conformidad, la herida va cicatrizando porque cada vez vamos llenándonos de es tranquilidad espiritual que solo Dios puede darnos. De todos mod

La puerta se cerró detrás de mí

  Pensamos que las puertas tienen para nosotros un gran significado, pues, cuando trasponemos su umbral lo hacemos por alguna razón, de lo contrario no tendrían ningún objeto. Las puestas son para salir o para entrar, definitivamente. Cuando se abren puede ser para dar una calurosa bienvenida o para decir un triste adiós o un hasta luego, incluso, para dar una trágica noticia. Cuando se cierran connotan rechazo, seguridad o aflicción. Cuando entramos por la puerta de de un templo lo hacemos para disfrutar de su paz interior y elevar nuestro pensamiento a Dios, para pedirle protección y ayuda, para expresarle nuestra profunda gratitud por lo infinitamente bondadoso que ha sido con nosotros o para pedirle perdón por los errores cometidos. Cuando esa puerta es la del hogar, la franqueamos para gozar del calor familiar, del descanso y de la seguridad. Cuando pasamos la puerta de la oficina, del aula, del taller, del campo del trabajo, lo hacemos para rendirle homenaje a la actividad que no