CORAZÓN ROTO
Este día descubrí aquello que siempre supe, pero de lo que no quise darme cuenta ante lo maravilloso que era ver mi sueño hecho realidad. Pero aunque una sospecha acallada me lo decía, jamás pude imaginar que tanto doliera darme cuenta de que aquella hermosa historia de Amor no fuese más que una ilusión, detrás de la cual tan solo existía mentira, crueldad y traición. Todavía recuerdo aquel día en que ella me dijo que sí, la inmensa felicidad de aquella respuesta, de aquella oportunidad que tantos años busqué, no cabía en mi interior. Intenté conquistarla durante años, nunca me rendí, ella me dijo que no una, y otra, y otra vez, pero finalmente después de tantos intentos logré que me aceptara, así que creí que mis esfuerzos por fin habían tenido frutos. Sus ojos brillaban tanto, y esa sonrisa tan dulce cada vez que salíamos juntos… creí que de verdad había logrado entrar en su corazón, creí que ella sinceramente había decidido darme una oportunidad al darse cuenta de que la Amaba de Verdad, de que la Amaba a pesar de todo.
Tras tantos días de felicidad, de no dejar de enviarnos ni un mensaje ni de hablar siquiera un día durante meses, el que ella aceptara casarse conmigo fue lo más lindo que pudo pasar. Ese “acepto” ante el altar, con esa voz meliflua y melodiosa que siempre ha cautivado mi alma, significó que aquel día se convirtiera en el más hermoso de mi vida. Apenas llevamos un mes juntos, el mes más hermoso de mi vida. Pero esta felicidad que ha inundado estos días mi vida, parece que se esfuma en unos cuantos segundos. Una daga atraviesa ahora mi corazón, pues ahora la verdad se ha develado cruda y cruel ante mis ojos. Ella nunca me Amó, ella desde siempre estuvo en contubernio con él, ella me traicionó con él.
No fue casualidad que ella me aceptara justo cuando tuve aquel ascenso social, cuando triunfé y llegué a tener bienes que sin duda me catapultaron a ser de las personas con más grandes fortunas de nuestro medio, ¿pero a quien le importan los bienes materiales, si no se está con quien se Ama?, para mí aquello era insignificante, y quizá por lo poco que significaba para mí, no me di cuenta de lo mucho que significaba para ella. Es duro darse cuenta de que el dinero mueve más a la sociedad que el Amor. Es muy doloroso enterarme además que ellos lo planearon todo desde el principio, que fue él el que la convenció a ella, y que todo lo hicieron para quedarse con mi dinero. Un reclamo surge desde el fondo de mi alma, un ¡por qué!, yo nunca la dañé, nunca la obligué, y hoy ella me paga de esta manera.
La veo a los ojos y mi reclamo no encuentra consuelo, esos hermosos ojos en los que aún puedo ver el brío que me Enamoró el primer día que la vi, porque a pesar de todo la Amo. Me pregunto si ella lo sabe, me pregunto si ella acaso sabrá que yo le habría dado toda mi fortuna si ella me lo hubiese pedido, sin pedirle a cambio que correspondiera a mi Amor, me pregunto si ella sabrá que yo le habría entregado todo a cambio de nada, porque el Amor Verdadero siempre es incondicional. No necesitaba condenar su alma, y si hubiese yo sabido sus planes no habría permitido que los ejecutara, la habría detenido, por el mismo Amor que le profeso no me habría casado con ella, mas igual le habría dado todo lo que tengo. No puedo explicar el dolor que se siente al ser traicionado de esta manera por la persona Amada, es un dolor inmenso que resquebraja y hiere lo más profundo del alma.
Pero quiero ver un instante más sus lindos ojos, su mirada es estoica, pero en el fondo sé que hay un dolor también en ella, porque sé que al ver ella mi mirada se da cuenta de que de Verdad la Amo, y ahora se siente mal por lo que ha hecho, pero aunque lo quisiera, ya no puede dar marcha atrás, debe continuar y terminar lo que empezó. Me esfuerzo por ganar unos segundos más de su mirada, en un vano intento de no dejar escapar este momento, pues no alcanzo a resignarme a que será la última vez que la veré. Mis manos rozan las suyas, y sienten por última vez su calor a través de esa delicada piel que no quiero dejar de sentir, y que siempre fue la más tersa y fina que mis dedos llegaron a tocar.
Mis manos rodean las suyas en un intento vano de detenerla, mientras mi corazón sufre, al ser atravesado por una hoja fría de metal, arrebatándome de a poco la vida. Mi camisa está manchada, y mi corazón hace un esfuerzo por enviar sangre a mi cerebro, mas con cada diástole y cada sístole tan solo consigue que yo pierda más sangre y con ella segundos de vida, y mientras mi cerebro va perdiendo oxígeno, extrañamente pareciera que el tiempo pasa más lento, y me da tiempo de pensar en todo esto, mientras ella sostiene firme la daga sobre mí, mientras mis ojos dejan caer algunas lágrimas por mis sienes, porque en realidad el dolor físico que provoca ese metal punzante que ha penetrado mi corazón es todavía incomparable a la inmensidad del dolor moral que se siente al estar muriendo a manos de mi Amada.
Sin embargo, a pesar de todo, la perdono, no quisiera que su alma se condenara, quisiera decirle antes de morir que la perdono, pero más quisiera decirle que la Amo, intento decírselo, pero no puedo, creo que mi cerebro ya no logra enviar la orden a mi voz, y mis últimas palabras se ahogan en un frustrante silencio. No quiero dejar de ver sus hermosos ojos, pero mi vista comienza a nublarse, quiero ganar aunque sea un segundo más de su mirada, pero finalmente llega el instante en que mi vista se oscurece. Todo está oscuro, y de pronto el dolor físico se desvanece, no logro ver ni oír nada, pero mi cerebro todavía está activo, aunque sé que dentro de pocos segundos colapsará por completo y dejaré de razonar, el miedo crece, y una duda asalta mi pensamiento: ¿Qué vendrá ahora? Pero solo una certeza me queda al final de este camino: la Amo y fue sin duda ella lo mejor que encontré en la vida.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del Corazón
El Comandante de las Letras
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
Escrito en 2017
Publicado el 7 de Febrero de 2021
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