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Duele Verte
Una de mis canciones favoritas de pop
romántico, mi favorita de Ricardo Arjona actualmente es esta canción de “Duele
Verte”. No tiene video oficial, el cantante tanto en su porte como en su voz me
permite identificarme con él como alguien a quien me gustaría emular, y la
música es bastante alegre y pegadiza, llena de energía, pero es sin duda su
letra la que la hace ubicarse en esta posición, una letra tan perfectamente
escrita que a veces me hace pensar que hubiese sido escrita por mí por las
referencias que hace.
“Duele verte con un tipo al que le faltan las
ideas y le sobran argumentos, duele verte anestesiada, porque así se dio la
cosa, porque así quiso tu suerte.” Uno no se explica por qué los prejuicios y
presiones sociales obligan a unas personas a estar con otras que no quieren
solo por compromiso o el qué dirán, o por el contrario, a no estar con quien
realmente quieren por estos mismos motivos, se prioriza la estabilidad al amor.
“Mientras yo caliento el banco de suplentes, con la camiseta puesta para
incluirme en tu futuro, mientras yo te doy de día lo que él no cumple en las
noches, aquí está tu clandestino, para jugar al escondite como amante
guerrillero, para cubrirte tus carencias de ternura y desenfreno, aunque yo no
esté en la foto de la sala de tus padres ni en el bautismo del sobrino, y es
que tú ahora tienes dos y a mí me dividen una.” La letra es simplemente
perfecta. Hasta la metáfora del guerrillero… En sí esta canción siempre que la
escucho me alegra el día, no sé por qué, pero siempre me da mucha risa.
“Cierra puertas y ventanas, que el mismísimo
cielo pondrá una sucursal, a las once cincuenta, mientras duren los besos y
permita el reloj, cierra puertas y ventanas que en noventa minutos habrá que
condensar, las caricas que caben en los huecos que dejan los encuentros
furtivos y la soledad, y es que tú ahora tienes dos y a mi dividen una.”
Magistral. Es difícil cuando se tiene poco tiempo con la persona amada.
“Puede ser que tu conciencia te castigue por
las noches y te aliente en las mañanas,” y lo hacía, “puede ser que un día de
tantos nos quedemos sin futuro y tu sigas con tu teatro,” y sucedió, nos
quedamos sin futuro y ella sigue con su teatro haciéndose la muy santa y
culpándome a mí “mientras tanto dame un beso atrincherado, de esos que por ser
culpable son como agua en el desierto,” lo único que extraño “tómame como al
tequila, de un golpe y sin pensarlo, que si alguien sale ganando, eres tú
querida amiga aunque pienses lo contrario,” y ella pensaba lo contrario, pero
no “y es que tú ahora tienes dos, y a mí me dividen una.”
“Cierra puertas y ventanas, que el mismísimo
cielo pondrá una sucursal, a las once cincuenta, mientras duren los besos y
permita el reloj, cierra puertas y ventanas que en noventa minutos habrá que
condensar, las caricas que caben en los huecos que dejan los encuentros furtivos
y la soledad, y es que tú ahora tienes dos y a mi dividen una. Cierra puertas y
ventanas, que el mismísimo cielo pondrá una sucursal, a las once cincuenta,
mientras duren los besos y permita el reloj…” Sublime.
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