Libros, vuelos y silencios
Los libros como todos saben, son seres incomprendidos, los pueblos indios también somos incomprendidos pero no acaban ahí las similitudes. Los libros también son perseguidos y tienen sus propias cárceles, con crueles celdas disfrazadas de estantes, y sus expedientes penales se pueden leer en los ficheros, ordenados absurdamente por abecedario, ignorando así que los libros se clasifican por sus vuelos.
Los hay de vuelos tímidos y tartamudos, que más que volar, apenas dan brinquitos. Los hay de vuelos floridos que trazan alegres dibujos cuando sus hojas alas despliegan. Los hay diletantes y dispersos, que además de andarse por las ramas, van de uno a otro árbol sin decidirse o comprometerse con nada, con nadie. Los hay de vuelos impotentes cuyo peso les impide siquiera moverse, ya no digamos intentar el vuelo. Los hay de volátil vuelo, apenas un vertiginoso aleteo, y se desvanecen. Los hay de vuelos largos y decididos, que desde un principio saben a dónde van, y hacia allá viajan con firmeza. Los hay de vuelos impredecibles, que no revelan su naturaleza hasta que son abiertos.Los hay de vuelos nostálgicos, que miran hacia atrás y tropiezan en el presente. Y los hay que miran a todos lados, para así saber dónde está uno y hacia dónde se dirige.
Como todos y todas saben, hay también muchos tipos de silencios: Los hay indiferentes frente a todo lo que ocurre alrededor, los hay sínicos frente al dolor ajeno, los hay cómplices en el crimen y la arbitrariedad, los hay impotentes ante el que atropella, los hay soberbios que humillan con la palabra negada, los hay fértiles para el sueño, y los hay subversivos y rebeldes.
Para cada libro, es claro, para cada vuelo, hay un silencio. Sin embargo, no son pocas las veces que los desencuentros son los que rigen, y entonces la prisión se cierra sobre ambos, encierra el vuelo y encierra el silencio.Pero otras veces hay encuentro, y el silencio vuela el vuelo, y el vuelo calla el silencio. Ocurren entonces cosas maravillosas, saltan luces que iluminan rincones cuya existencia ignorábamos, nacen pensamientos que ninguna palabra abarca, se abren caminos para los que faltan pies, o como en nosotros, se crean llaves para puertas que aún no han sido hechas.
Ciertamente un silencio puede encontrarse con un libro y al encontrarse liberar el vuelo que encierra, y lleva arriba el vuelo y rompe el silencio. No debe extrañarnos o asustarnos que haya bibliotecas y libros, cárceles y silencios. Debe extrañarnos o asustarnos que no haya en algún lado un silencio presto a romperse y así liberar el vuelo que la palabra promete. Debe extrañarnos o asustarnos que alguien piense que es libre si se mantiene lejos de los libros y las bibliotecas, y que es libre si se calla solo y si solo habla. Así como hay un libro esperando en una biblioteca el silencio que lo libere, dentro nuestro tenemos no uno sino varios vuelos que esperan ser liberados como de por sí se liberan los vuelos, es decir, luchando una palabra: Dignidad.
Subcomandante Marcos
Discurso en UNAM
2001
Espero que les hayan gustado estas hermosas líneas escritas por el Subcomandante Marcos, creo que todo escritor y lector se sentiría identificado con ellas incluso más allá de las ideologías. Sin duda Marcos o Galeano es un grandioso poeta.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
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