TAN SOLO OTRA BELLA NAVIDAD HECHA EN CASA (Relato de la Comunidad)
El fuego de nuestra fogata se apagó, y ante la ausencia de éste, los lobos empezaron a correr hacia nosotros. Salimos todos corriendo, cada cual por su lado, yo corría con todas mis fuerzas para salvar la vida mientras los aullidos, gruñidos y el correr de los lobos se escuchaban detrás de mí. La nieve estaba densa, el frío era intenso, y me dolían las piernas. No sabía que había sido de los demás, solo pensaba en que tenía que escapar. Al estar subiendo una pendiente, de pronto encontré a un lobo parado frente a mí. Me detuve. El resto de lobos no me atacaron, pero me rodearon. El lobo frente a mí parecía retarme. Yo saqué el cuchillo que cargaba en mi cinturón, y una botella de vidrio que tenía, la rompí contra una roca, para que fuera cortante. Ambos estábamos preparados… ¡El lobo se abalanzó hacia mí y…!
En aquel momento desperté… Anahí y Daniel me movían para despertarme, me había quedado dormido esta tarde, y les había prometido llevarlos a comer. La verdad ese libro que leí me afectó un poco, ¡qué sueño ese!, en realidad estaba asustado, debe ser que tengo muchas cosas en la cabeza, hay mucho que me hubiera gustado preparar para hoy, pero… no se ha podido. Nos abrigamos, y salimos en dirección al parque central.
Anahí es una niña muy lista, con la tez blanca, tiene los ojos celestes, con una pizca de amarillo, como los de su madre, tiene también el cabello claro; es muy sentimental y cariñosa, sabe escuchar, y además es muy inteligente. El pequeño Dani tiene el cabello negro, ojos café, cumplió 7 años en octubre, y lleva puesta esa chumpa azul que tanto le gusta, su favorita, aunque ya le queda algo pequeña.
Llegamos a nuestro lugar de destino, nos sentamos, y muy amablemente nos sirvieron un pan y un chocolatío caliente a cada uno. Es la refacción perfecta para estos días de tanto frío, una fogata no estaría de más para calentarnos, pero bueno… terminamos la comida, agradecimos, nos levantamos y empezamos a caminar para regresar a casa, y es que ya es víspera de Navidad.
Las tiendas ya están cerradas a esta hora, pero justo en la Tienda de Juguetes Mario, la vitrina tiene muchas lucesitas de colores alrededor, gran cantidad de juguetes, algunos en sus cajas en forma de paralelepípedos, pero en el centro, el más brillante, el último muñeco de Batman. Al pequeño Dany le brillan los ojos, con la cara y las manos pegadas al vidrio dice “WOW”, sin duda Batman es su juguete favorito, el pequeño Dany es demasiado pequeño para entender lo que significa ser tan pobre…
Cerraron la fábrica hace unos años, desde entonces no encuentro empleo, la crisis es cada vez más dura, y la gente no paga mucho por los trabajos que hago en sus casas, pero estos niños son mi motivo para seguir adelante, ellos son mi razón de vivir. El estallar de las luces se escucha al fondo, la pirotecnia adorna el cielo de la ciudad, es Nochebuena y yo voy caminando a casa sin un solo centavo en mi bolsillo, habiendo comido gracias a la comida de caridad que organizaron esta Navidad, la noche está ya encima de mí, la noche que más temía, no tengo regalos para que abran, pero la Navidad será la misma…
La pequeña Anahí ya no es una bebé, cumplirá trece en abril, ha estado soñando aquella muñeca en la ventana durante la mitad de su vida, mas ella ya es lo suficientemente grande para comprender que esa muñeca jamás llegará… rayos no puedo llorar frente a ellos, no, por favor no, no puedo dejar salir mis lágrimas, ¡ah!, quisiera tener el valor de robar algún banco para conseguir esa muñeca y el Batman de Dany…
En el camino está la Pastelería de Tony, y Anahí se me escapa corriendo y se acerca a ver un delicioso pastelillo decorado con deliciosa trufa. El dueño está cerrando ya, pero al ver a Anahí, entra y toma el pastelillo de la vitrina, y se lo regala a mi hija. Yo se lo agradezco, nos deseamos Feliz Navidad y seguimos camino a casa.
Finalmente llegamos, la dulce Anahí quiere compartir con nosotros su pastelillo con trufa, yo le digo que lo compartan a la mitad con Dany. Lo parto a la mitad, pero igual ella me dice que pruebe un pedacito, y para que no se sienta mal, se lo acepto. Mientras tanto Dany se lo ha comido completito, aunque se ha manchado la nariz. De pronto todos comenzamos a reír en la mesa, sin duda la pasaremos felices de estar juntos, esperaremos las doce contando historias y cantando villancicos entre abrazos y risas. Es tan solo otra bella Navidad hecha en casa, que construiremos con nuestras manos y nuestros corazones. Es tan solo otra bella Navidad hecha en casa, y nuestro fino y elegante amor casero, precioso regalo del Dios de los cielos, constituirá la Navidad hecha en casa de esta pequeña familia de 3.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
22 de diciembre de 2017
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