5. CANTO DE LA CALLE
Otto Mora (Autor)
Otto Mora; Los Kenchas (Intérpretes)
Una canción maravillosa que conmueve el corazón, hiela la piel y penetra lo hondo de los huesos con un frío estremecedor que nos hace preguntar por qué somos tan indiferentes al dolor y sufrimiento de los otros en este mundo, y nos recuerda la humanidad que debemos siempre tener, incluso si no podemos ayudar, una sonrisa será mejor que la indiferencia.
Una canción del famosísimo Otto Mora, cantautor quetzalteco de larga trayectoria quien fuera junto a Fernando Juárez uno de los miembros de los Kenchas, y que juntos iniciaran el grandioso proyecto de La Peña de los Altos, un rincón de música y alimentación en el centro histórico de Quetzaltenango que ha tenido entre sus visitantes a grandes personalidades como el cantante guatemalteco Tuco Cárdenas o el conjunto musical revolucionario de Venezuela de los Guaraguao. Otoniel Mora, economista y artista, también se ha destacado como escritor y comentarista en las memorias que deja plasmadas en su blog "Otoniel Mora y sus Altibajos", además de iniciar a publicar su producción en su canal de YouTube. La canción completa y los comentarios de su canción la puedes encontrar el artículo de su blog sobre Canto de la Calle.
Esta canción la escuché por primera vez en La Peña de los Altos, aunque es posible que la haya escuchado antes pero no recuerde, mas desde que la escuché cantada por él ahí en La Peña de los Altos se convirtió en una de mis canciones favoritas.
La canción trata de los niños de la calle, y es cantada cual si fueran los propios niños que cantan, de hecho en la versión de los Kenchas grabaron algunos niños cantando, siendo así a través de la canción de Otto Mora que encuentran voz los que no tienen voz.
La canción comienza en las primeras estrofas apelando tanto a la situación de olvido, de llanto sin cuna, lo que no es de amar, y a la vez la situación humana y de valor hablando de la ilusión al caminar, la esperanza verde, la espera fiel de humanidad.
Ambos coros elevan la figura de tales niños al lugar trascendente que se merecen, con ese "somos mucho más", siendo el primer coro donde habla que son mucho más que sueños, que historias, que un tosco caminar, que mucha vida junta en un lugar, cicatrices antes que jugar, apelando en cada uno de los más tanto a cosas importantes y grandes como los sueños y las historias, siendo aquellos niños aún más valiosos que estos elementos, así como a lo que la gente ve en ellos cuando les mira por a calle o cómo los trata la vida, con tosco caminar, como mucha vida junta en un sitio o como cicatrices en vez de jugar; cerrando el coro con un "somos el candor", utilizando tal palabra de cierre épico que grita lo que en realidad son, una palabra que encierra algo poco describible y bastante trascendente.
La canción continúa en las siguientes estrofas hablando de sus manos viejas sin edad, el futuro cruel en libertad, siendo el presente y futuro en pobreza y de sufrimiento que tienen los niños, habla del silencio con mirada dura con que al pasar quizá a veces les miramos, con indiferencia destruyendo sus sueños, quitándoles sin dar, no les ayudamos y además los tratamos con indiferencia, algo que sin duda golpea sus almas y ensombrece las nuestras, no les damos ni una sonrisa, y la mirada de ellos con el tiempo se endurece también ante la dura vida que les golpea. Esta canción nos desnuda, nos muestra el espejo y nos reclama que con tanto desarrollo y calidad de vida, con todo el progreso de la humanidad, haya aún niños pobres sin oportunidades y sin felicidad en la total miseria, algo sumamente vergonzoso, que se convierte en las promesas de alguien más, de políticos y organizaciones benéficas que dicen que los ayudarán pero a pesar que supuestamente están todos trabajando por ellos la situación persiste, viviendo ellos a costa de perpetuar la pobreza de niños y grandes, cerrando las estrofas diciendo que ellos son quienes sufren con la libertad consecuencia de la sociedad de mercado libre, pero que ellos dan más; y es que el capitalismo y el liberalismo nos venden la idea del desarrollo, y sin embargo es vergonzoso que siendo el mundo ahora casi en su totalidad capitalista y liberal haya niños en la calle sufriendo, y esto me recuerda el argumento meritocrático del liberalismo, que tiene mucho sentido, si se sirve bien al prójimo dando un buen producto que se ofrece y siendo lo que la mayoría de gente demanda, el liberalismo premia al mejor empresario e incluso al mejor trabajador, al que a menor precio ofrece la mejor calidad, el socialismo marxista en cambio propone que sean las horas de trabajo las que determinen la ganancia y el éxito, y quien trabaje más horas gane más, ambas son mentalidades meritocráticas, y puede que el liberalismo haya funcionado más, pero que funcione no quiere decir que sea justo, y uno de los problemas que el liberalismo sigue sin resolver son las condiciones iniciales, porque al final de la vida puede que uno merezca la riqueza o la pobreza que tiene por las decisiones que tomó, pero el liberalismo no puede justificar la pobreza y sufrimiento de los niños que no han podido decidir y hacer mérito para su situación, y algunos que intentan salir con atribuir a los padres tales méritos pecan de hacer pesar sobre alguien más las consecuencias de las acciones de otros, ellos que tanto critican que las decisiones del Estado no deberían pesar sobre nosotros sin nuestro consentimiento libre, por lo que no, el liberalismo no puede justificar éticamente ni resuelve funcionalmente el problema de las condiciones iniciales, ni siquiera pensando en la utopía liberal de un mercado perfecto y sin Estado.
La canción cierra con otra elevación trascendental de los niños de la calle en su coro final, afirmando que son mucho más abiertos, mucho más aliento, mucho más que lo que pretende la piedad, lo que me recuerda que muchas veces la piedad surge de la lástima o la compasión o la culpa sentida y a veces no se les valora por lo que son, que como dice la canción son fuerza, son realidad, tienen una fuerza en sí mismos, cierra la canción con sus frases más fuertes, diciendo que son mucho más que la verdad, ¿qué importa qué sea verdad, si izquierda o derecha, liberalismo o socialismo, si dios existe o no, si tienen razón unos u otros, cuando hay niños pobres y con hambre?, y con el broche de oro cierra diciendo que son el amor, palabra fuerte, palabra trascendente, palabra que nos dice lo que los niños de la calle son.
Sin duda una canción conmovedora y reflexiva, que cantada con la voz y guitarra del talentosísimo Otto Mora, y además sabiendo quién es él y su calidad de persona, hacen de esta una de mis canciones revolucionarias favoritas, con un lugar ganado en la historia musical del mundo.
Fragmentos Favoritos: "Somos unas manos viejas sin edad, somos el futuro crudo en libertad, somos el silencio cruel de soledad, la mirada dura que al pasar nos roba los sueños sin pensar, nos quita sin dar. Somos siempre las promesas de alguien más, somos un temor vacío en la ciudad, somos quienes sufren con la libertad, consecuencia de esta sociedad, del mercado libre y su ansiedad, pero damos más. Somos mucho más, mucho más que sueños, somos mucho más, mucho más que historia."
Video Oficial de Canto de la Calle por Otto Mora:
Canto de la Calle, Otto Mora en Sound Cloud
Otto Mora y sus Altibajos Blog
Amigos también les comparto el canal de YouTube del autor de esta canción Otto Mora para que le den un vistazo y puedan suscribirse😉.
Y les dejo el enlace del artículo que se publicó en este blog sobre este apreciado personaje😊.
Si te gustan las canciones revolucionarias o simplemente quieres descubrir nuevas canciones, puedes ver mi lista completa de canciones revolucionarias aquí en mi artículo con la lista de mis 25+1 canciones revolucionarias favoritas en español.
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