La Alborada y el Ocaso
Un año más que se aleja
en el caminar del tiempo,
y que a su paso nos deja
alegría y desaliento.
Una hoja más caída
del árbol de la existencia,
otra página leída
del libro de la experiencia.
Un paso más del camino
que nuestra vida reduce,
y al fin de nuestro destino
implacable nos conduce.
Porque el tiempo en su transitar
constante en la eternidad,
se encarga también de llevar
a toda la humanidad.
Todos vamos transitando
al ritmo de ese tiempo,
hoy acaso disfrutando,
mañana quizá sufriendo.
Así camina implacable,
orientándose al futuro,
sin prisa, inexorable
lento, tranquilo, seguro.
Dejando en su recorrido
una estela de recuerdos
envueltos en el olvido
de ese futuro eterno.
Así es la vida de corta,
viene hoy, se queda, y se va,
¿para dónde? Ya no importa,
la vivimos, y a liquidar.
Así pasa cada instante,
lleno de ideales y acasos,
con un triunfo resonante
o un rotundo fracaso.
Ese es nuestro destino,
nacer, vivir y morir,
aquí termina el camino
de nuestro breve existir.
Vivámoslo con humildad,
con rectitud, con decencia,
con valor y dignidad
disfrutemos su existencia.
Porque no hay de otra hermanos,
es la ley que nos gobierna,
pues como seres humanos
no tenemos vida eterna.
Es la etapa que aniquila,
como viajeros de paso
llevamos en la mochila
la alborada y el ocaso.
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Enero de 2014
Del compendio: "Cálidos Versos"
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