Un Impacto de 1.800 metros por segundo
Alzo los ojos al cielo
Pidiendo una pizca de esperanza más
No sé cuánto tiempo
Y cuanto sufrimiento tenga que soportar
Ruidos al fondo se escuchan
Bocinas, timbres, carros, bicicletas, personas hablando.
Cada cabeza es un mundo, de eso no hay duda.
Volteo hacia mi derecha
Veo una señora de avanzada edad
Cabello blanco como la nieve
Pero sucio, sin días, semanas de no bañarse
De rodillas en el suelo
Con una palangana de plástico al lado.
Volteo a mi izquierda
Veo un señor sin una pierna
Muletas a punto de desboronarse
Con una palangana de plástico en la mano.
Miro detrás mio
Un niño, con una caja de lustre en la mano
Ocho años si mucho
Ropa sucia, evidencia del arduo trabajo de cada día
Miro al frente
Varios señores con mochilas que ya casi solo de hilos
cuelgan
Palas, machetes y demás
Esperando que alguien les de trabajo.
Que sufrimiento
Tanta escasez, tanta hambre
Tanto analfabetismo.
Ahora entiendo el porqué
Porque tantas personas viajan de ilegales a Estados Unidos
Buscando un sueño, “el sueño americano” le dicen
Sueño que esperan poder cumplir para tener un futuro mejor.
Familias desintegradas
Por culpa de la pobreza y el desempleo
Niños que alimentar, vestir y educar
Necesidades que satisfacer, al menos las básicas.
Bendito sueño ¿eh?
El sol quema, quema tanto que hasta los huesos arden
Los pies duelen y mucho
El cansancio es exagerado
Agua, agua, agua, el cuerpo lo pide a gritos.
¡Corran!
Logran escuchar entre alucinaciones, sed y cansancio
Algunos tienen suerte, otros…
Se escucha un sonido ahogado de una bala saliendo a 1.800
metros por segundo
No es una, no son dos, son 10, 15, 20
Impactando en los cuerpos de los inocentes migrantes que
solo quieren un futuro mejor.
La hija de la señora de avanzada edad
El hijo del señor sin una pierna
Los padres de aquel niño trabajador
Las esposas e hijos de aquellos hombres en busca de dinero
para llevar comida a la casa.
Mis padres, tus padres,
Los padres del vecino, la vecina
El señor de la tienda
Cualquier persona, muerta, desaparecida sin rastro alguno.
Ya basta, hasta cuando Dios mio.
Lo que comenzó como un sueño terminó siendo una pesadilla.
Sueños de Escritora.
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