Patria es la extensión territorial enmarcada dentro de cimientes reconocidos y respetados por convenios establecidos entre las naciones, es la tierra que nos concedió el privilegio de nacer en ella, y que guarda en su seno los sagrados restos de quienes iniciaron nuestra genealogía.
Patria es el lugar cuyo nombre llevamos escrito con caracteres indelebles en lo más interno del corazón y de la mente, es algo quizá hasta cierto punto indefinible pero que en nuestro interior palpita como parte de nuestro propio ser, es el suelo bendito que un día nos permitió la dicha de ser uno más de sus hijos.
Patria es el medio en el que nos ganamos el sustento cotidiano, es el motivo de orgullo que mantiene vivo el ferviente deseo de luchar por su grandeza y felicidad, es la razón de nuestra existencia; es en fin la tierra generosa de nuestros más nobles sentimientos.
El quererla no consiste solamente en proporcionar con nuestro esfuerzo su progreso material, mucho menos en pregonar a los cuatro vientos nuestro amor por ella, quererla significa nuestra preocupación por cultivar los más elevados valores cívicos y morales que representen las columnas fundamentales sobre los cuales descanse su bienestar.
La práctica permanente de principios superiores como la fraternidad, la justicia, la lealtad, la dignidad, el honor y la honestidad, y de otros, debería ser parte fundamental de nuestra conducta ciudadana y no la prédica falsa y por lo mismo carente de verdaderos sentimientos cívicos.
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