APROVECHAMIENTO POLÍTICO Y 3 POSIBLES OBJETIVOS DEL ORIGEN DEL COVID
Salve, camaradas de lectura, de literatura y de academia. Hoy en especial nos encontramos en tiempos del Covid-19, una etapa excepcional en la historia, que sin duda dejará marcada nuestra sociedad para siempre.
El mayor enemigo que tenemos, no obstante, no es el Covid-19, sino el ser humano mismo, ya decía Einstein que el problema del Ser Humano no estaba en la bomba atómica sino en su Corazón, y es en nosotros mismos que se encuentra el peligro y no en el coronavirus en esta ocasión. En esta época en la que como Slavoj Zizek sueña, debería florecer la solidaridad, la cooperación, el trabajo conjunto, tenemos en cambio el recrudecimiento del individualismo, el egoísmo y la agresión de unos a otros, que de pronto parece rebelar una muy temida y triste derrota de Rousseau ante Hobbes, al tiempo que el Leviatán se levanta fortalecido y nos empieza a devorar, no uno a uno, sino a todos de un tajo, y se erige como el soberano, el Gran Hermano que todo lo vigila y todo lo controla, de quien no se puede escapar, y que en el fondo, no es nadie, y son todos.
Hay quien dice incluso que el coronavirus que hoy nos azota fue creado en un laboratorio, y las elucubraciones no están sin indicios para su fundamento. Así, algunos argumentan que fue el Gobierno Chino el que creó este virus en el Laboratorio de Wuhan, laboratorio virológico localizado con demasiada casualidad en la localidad donde iniciara esta enfermedad, llamada en sus inicios Neumonía de Wuhan, laboratorio que de hecho ha trabajado con otros coronavirus, incluyendo algunos con presencia en los murciélagos. Este planteamiento se sustenta en el hecho que tras la expansión del virus están siendo los gobiernos occidentales los más afectados, y al haber sido China el primer país en ser afectado, no causaría sospecha, amén de que podría haberles servido para controlar la sobrepoblación que ya sufre China como eliminar so pretexto del virus a enemigos políticos. Pero finalmente, China se empieza a levantar antes que occidente, y mientras la economía y las bolsas occidentales caen, China puede comprar acciones de empresas, así como deuda de los Estados a precios bajos, para que cuando se recuperen, no solo obtener grandes ganancias sino además tener más control neocolonial sobre estos países, y erigirse como la nueva potencia mundial que parecen destinados a ser derrocando a Estados Unidos de América. Esto se vería fortalecido por la oscuridad de los datos que ha dado China sobre el coronavirus en su población, ya que, aunque desde noviembre y diciembre habían empezado los contagios, fue hasta en enero donde reconocieron internacionalmente la nueva enfermedad, obligados en parte por la revelación que el médico Chino Li Wenliang que contó al mundo de la nueva enfermedad, lo que le llevaría a represalias del gobierno, y finalmente a su supuesta “muerte por coronavirus”, casualmente muerto por esta enfermedad, al igual que la desaparición de Fang Bin y el abogado Cheng Qiushi, que “fueron puestos en cuarentena” tras documentar como periodistas la verdadera situación catastrófica de Wuhan y tras haber sido amenazados por el gobierno, sin que hasta este momento aparezcan ni sus familias sepan de su paradero. Las palmaditas en la espalda de la Organización Mundial de la Salud a la República Popular China porque “lo está haciendo bien”, y la discriminación, invisibilización e insultante bloqueo y desdén de esta misma organización hacia la República de China, es decir, Taiwán, isla que con el sistema e ideas económicas y políticas contrarias a Cuba es su símil en cuanto a país en resistencia ante una potencia condenada a bloqueo por querer pensar diferente, bloqueada uno por el Imperio Estadounidense y la otra por el Imperio Chino, esa actitud ofensiva y marginadora de la OMS al mucho mejor trabajo en la contención de la pandemia que hizo la República de China, Taiwán, refleja los poderes, el bloqueo y la manipulación que el Imperio Chino maneja, y su influencia en la OMS, que con la actitud tibia y tardía en pedir la toma de medidas y declarar la pandemia, podría significar una deliberada intención de hacer daño del Grande Asiático. Tales acciones de ocultamiento y manipulación oscurecen grandemente la información dada por el gobierno Chino y su validación por la OMS, lo que hace desconfiar sumamente de las intenciones de China y nos hace ver que como Imperio, no serán mejores que Estados Unidos, y ya de eso habla el control que ejerce de sus ciudadanos, al punto que para sacar la información de China los ciudadanos han tenido que usar VPN para eludir la censura de internet, siendo China el país que más cámaras de reconocimiento facial tiene en las calles, y que mayor control de tinte orwelliano tiene sobre sus ciudadanos que no pueden hacer ni siquiera un inofensivo meme sobre el gobierno, sin la amenaza y temor de tener una represalia o la cárcel. El hecho que algunos de los primeros casos de Covid-19 en China no hayan tenido, según reportes de los propios estudios, relación con el mercado de Wuhan donde se supone se inició el virus, además de todo lo ya narrado, hacen sospechar que como parte de la lucha con Estados Unidos por el dominio del mundo, China haya decidido adelantar su encumbramiento al trono, y no esperar a alcanzar a la economía estadounidense en 2030 o a duplicarla en 2050 como anunciaban las proyecciones.
Ahora bien, se ha planteado también la posibilidad que tal acción de liberación de este virus, como una acción originada en Estados Unidos, bien provocada por militares o agentes de este gobierno, en un intento de detener el progreso de China y mantenerse como potencia hegemónica, acción que a la luz de los hechos actuales les habría salido como tiro por la culata, sin embargo, si consideramos que China no ha dado los datos reales y el nivel de contagios, muertes y por tanto de desastre ha sido mayor de lo que aparentan, es posible que de hecho sí se haya dado un gran golpe a la economía China, frenando su desarrollo aun a costa de golpear al mundo entero, con tal que el poderío económico se mantenga en su proporción actual y Estados Unidos pueda ganar tiempo en su lucha contra China, manteniéndose como la mayor potencia del mundo. Esto podría estar vinculado, como algunos elucubran, con los trabajos de la doctora Zhengli Shi, viróloga que ha estudiado por más de 15 años los coronavirus y específicamente los relacionados a los murciélagos, así como el SARS, y cuyo financiamiento ha provenido tanto del Gobierno Chino como del Gobierno Estadounidense, trabajando entre otros, en el laboratorio Chino de Wuhan, y cuyo conocimiento del virus es tal que algunos la vincularían a un conocimiento previo del nuevo coronavirus, en cuya construcción podría haber participado, bien por dirección del gobierno chino, o bien por dirección del gobierno estadounidense al haber hecho varios viajes a este país y obtener un importante financiamiento del mismo, algunos argumentan incluso que podría haber trabajado como una doble agente. Otro planteamiento vincularía a Bill Gates que como multimillonario tendría el poder de hacerlo, y además tendría motivos, ya que desde hace años participó en diversas charlas como en TED, donde habló la posibilidad de una pandemia de virus respiratorio, realizando además simulaciones de pandemias, así como inversiones en investigación de medicinas y vacunas, siendo titular de diversas patentes, y proponiendo además la utilización de chips para monitorear la salud, todos indicios de que podría estar vinculado al desarrollo del virus, lo que se une a la casual renuncia a la presidencia de Microsoft justo previo al desplome de la economía, manteniéndose no obstante participando en el área de la salud y de las vacunas. Además de esto un supuesto hackeo habría sido realizado a diversos correos donde se vincularía a Gates al desarrollo del coronavirus, si bien tal filtración tiene poco o ningún fundamento sólido de veracidad hasta el momento. Una tercera posibilidad habría sido la liberación del virus como un ataque perpetrado por militares infiltrados estadounidenses en China, como lo acusara el propio Ministro de Relaciones Exteriores chino, lo que devendría en una pugna de mutuas acusaciones entre el gobierno estadounidense y el chino, siendo más popular en países como los nuestros la teoría de que China fue la autora al carecer nosotros de fuentes directas de aquel país e informarnos solo de fuentes con influencia estadounidense, que sería precisamente uno de los objetivos del ataque y que se estaría cumpliendo, el colocar la opinión pública mundial en contra de China para que tras este golpe económico mundial, los chinos tengan más difícil recuperarse, al no querer nadie tener trato con ellos o sus productos, manteniendo así Estados Unidos su hegemonía. En todo caso está claro que el interés de Estados Unidos y su oligarquía económica, así como el poder para hacerlo, lo tienen, aunque al igual que la autoría China no está del todo claro y es aventurado acusar a unos u otros.
Una tercera posibilidad atribuiría no a gobiernos, sino a oligarquías económicas, el desarrollo e impulso de este virus, como es el caso del reconocido periodista y ex agente ruso de inteligencia, con grandes conocimientos de economía y conocido por estudiar y revelar información del Club Bilderberg, Daniel Estulin, quien considera que la situación actual no fue impulsada por ningún gobierno en específico, al tener claro que los gobiernos y quienes los presiden no son más que personajes que representan los intereses políticos y económicos de grupos de poder que están detrás y trabajan desde las sombras, en especial, a nivel mundial, el grupo más poderoso sería en de los financieros, los dueños de bancos que con la especulación en bolsa y el financiamiento de industrias y gobiernos a nivel mundial que les deben dinero, son prácticamente los amos del mundo, como todos lo sabemos, y poco se puede hacer para enfrentárseles sin quedar aislado y ser atacado duramente, si no destruido y aplastado. Tales grupos financieros que tras la caída de la Unión Soviética habrían pasado a ser el máximo grupo de influencia y dominio del mundo, ante la llegada al límite de expansión capitalista al haber llegado ya a todos los mercados y a los límites de recursos propios del planeta, se ven ante el precipicio, y se verían con el interés de políticas que les permitan mantener sus privilegios y poder en el mundo, lo que pasaría por un control del crecimiento demográfico para mantener sus propios recursos de privilegio, como el control de la población mundial arrebatando a los ciudadanos los derechos y libertades ganadas durante el Siglo XX, así como a los Estados su soberanía. Entre otras cosas, el coronavirus les daría el beneficio de encubrir la crisis económica que ya anunciaban diversos analistas económicos y organismos internacionales, que se veía venir por la mala administración de los bancos y entidades financieras mundiales, que ahora podrán echar la culpa al coronavirus, así también ayudaría a disminuir la población mundial, y en especial atacando a personas de mayor edad que son la mayor carga no productiva para los Estados, además de ello el coronavirus justificaría el control poblacional, que en medio del pánico cedería sus libertades tal como las está cediendo a cambio de la seguridad y salud, es más, la población pide medidas duras y drásticas que nos arrebaten la libertad, y los gobiernos obviamente están felices de dárnoslo, siempre lo habrían querido así; esta pandemia también permitiría endurecer las medidas contra la migración para proteger la salud, y controlar los cuerpos a través de la salud, bien instalando chips que reporten la salud en tiempo real ante posibles pandemias, bien obligando a registrar nuestra salud a través de nuestros celulares u otro medio electrónico que nos registre en bases de datos para tenernos controlados, así como justificar mayor vigilancia ante posibles ataques terroristas de guerra biológica, siendo justificación así como el atentado de las Torres Gemelas para colocar mayores controles y quitarnos más libertades. De cualquier manera, de una manera u otra los grupos financieros saldrían ganando con el coronavirus, grupos que no tienen un país determinado ni una ideología determinada, que solo conocen el idioma del beneficio y del lucro, y que no serían el gobierno de China, ni de Estados Unidos, ni de Europa, sino el gobierno profundo de poder económico que tras bambalinas domina el mundo, de ahí que pudiesen haber participado tanto miembros del gobierno estadounidense como chino, los autores del virus no serían de una nacionalidad determinada, sino de una clase determinada, la clase dominante, a la manera en que Marx entendía el mundo.
Así, tenemos en síntesis tres posibles autorías humanas que explicarían la pandemia actual que vivimos, tres planteamientos que pueden descomponerse a su vez en más vertientes pero que se pueden resumir en esos tres grandes espectros, y si bien todas plausibles y racionales, también todas adolecen de problemas de verificabilidad.
Para empezar, hay incongruencias respecto a que China iniciara la expansión del virus en su propio territorio y no a nivel internacional, y en todo caso es raro una liberación intencional sin una preparación para que no afectara su economía como lo hizo, siendo plausible no obstante, no solo una liberación intencional, sino también una accidental del virus, pero en todo caso deja abiertas muchas preguntas, como el contagio de miembros del partido de gobierno o de militares que no debieron haber enfermado, o las motivaciones de China si de todas formas las proyecciones sin coronavirus anuncian su empoderamiento como máxima potencia mundial siendo incongruente la destrucción de la economía del mundo que quieren dominar.
Por otro lado, parecería extraño que Estados Unidos no se hubiese preparado para la pandemia y no tomara acciones para no salir afectado dejando que el resto del mundo colapsara, y las acusaciones a la científica Zhengli Shi carecen de pruebas más allá de datos circunstanciales, y sus estudios sobre los coronavirus son explicables por las anteriores epidemias que han provocado estos y que han surgido de China, no siendo ella sola sino una mayor comunidad científica que se dedica a este tipo de investigación en el mundo, mientras que el caso de Bill Gates y su advertencia y estudios sobre la posible pandemia causada por virus, son de hecho afirmaciones que muchos otros estudios de virólogos ya anunciaban, ya que las pandemias no son algo nuevo y han existido siempre en la humanidad, y ya desde hace años ante la globalización y facilidad del transporte y comunicaciones no había que ser profeta y conspirador para saber que tarde o temprano nos tocaría enfrentar una pandemia de este calibre.
Más plausible sea quizás la tercera opción, que conociendo como se maneja la política por dentro no es inimaginable, pero aun así carecemos de pruebas suficientes de verificación, acaso tal ausencia de pruebas y tantos relatos encontrados sean de hecho intencionales, lo que hace que nos cueste más fiarnos de ellos, y de esta manera podría esconderse la verdad con la sobreinformación, a la manera de la distopía de “Un Mundo Feliz”, no sabiendo ya qué es verdad y qué es mentira. La oficialidad, no obstante, utiliza esta problemática en nuestra contra, fomentando en cambio la distopía contraria, 1984 de George Orwell, instaurando Ministerios de la Verdad por todas partes, podemos ver como tanto en Guatemala, como en España y todos los países del mundo se censuran a medios de comunicación que contradicen las informaciones del gobierno, la Organización Mundial de la Salud o instituciones oficiales, no siendo ya en la lejana China autoritaria donde se cometen tales atropellos a la libertad de expresión, sino todos los países del mundo que respaldados por el estado de excepción usan su poder contra medios de comunicación que no siguen la línea editorial oficial, hasta el propio YouTube ataca a todo aquel que hable del coronavirus fuera de la línea oficial bien desmonetizando los videos sobre el tema o incluso borrándolos, no pudiéndonos fiar tampoco, ante tal agresión y represión de la libre expresión, de los datos oficiales, que buscan un sesgo informativo y un control total de la información, sin abrir el debate al distinto espectro de ideas.
Poco se llega a salvar de la desinformación y la sobreinformación, apenas la ciencia, y como científicos es nuestro deber no aceptar como verdad las teorías de la conspiración sin haberlas verificado, pero no descartarlas tampoco ante su plausibilidad, y al mismo tiempo tampoco podemos tomar como fiable la información dada por entidades políticas oficiales, y en todo caso, atender a lo que distintos expertos sobre los diversos temas que nos puedan informar desde la contrastabilidad, verificabilidad, reproducibilidad y falsabilidad del conocimiento científico. De esta manera, si atendemos a científicos como el físico Javier Santaolalla que hace poco hubiese visitado Guatemala, o el biotecnólogo Darío García, podemos darnos cuenta que de acuerdo a la ciencia el coronavirus que ha causado la actual pandemia no tiene indicios de haber sido creado en un laboratorio, y antes bien su estructura le revela surgido de la naturaleza, tal como se ha afirmado, de los murciélagos, que ha saltado hacia los humanos, proceso que se ha dado ya en el pasado, incluso contando milenios hacia atrás, lo que no es raro en nuestro ecosistema terrestre. El virus no registra señales de manipulación, y aunque no se puede descartar una evolución natural en murciélagos en cautiverio bajo análisis de laboratorio o una extracción del virus de los murciélagos para su análisis y posterior liberación accidental o deliberada para provocar la pandemia, la seguridad de este tipo de laboratorios lo hace poco plausible, siendo la tesis más sostenible científicamente y que por la navaja de Ockham debemos de aceptar a menos que otra hipótesis presente pruebas verificables al respecto, es la del surgimiento natural a partir de los murciélagos, que en algún momento saltó hacia los seres humanos. Quizá sea nuestro cerebro que en búsqueda de patrones y un relato más entretenido nos haga dar mayor crédito del merecido a teorías que se nos presentan, que bien podrían ser fruto de casualidad y no de causalidad, aunque al no ser tan descabelladas, se puede estar abierto como científico a su posibilidad.
Científicamente debemos observar lo que los expertos han descubierto hasta ahora, siendo sus experimentos reproducibles, falsables y verificables, su respaldo es suficiente como para basarnos en ellos, lo que no cierra la posibilidad que otras hipótesis se gestionen, ya que la ciencia siempre es abierta a nuevas pruebas que le hagan cambiar de paradigmas. El funcionamiento de la sociedad es un poco diferente al de la química, la biología y la física, por lo que las conspiraciones se hacen más difíciles de probar y verificar, ya que por eso se llaman conspiraciones, porque se hacen desde las sombras, lejos de la vista pública, pero el solo hecho de ser conspiraciones no las hace descartables de forma absoluta, sobre todo cuando tienen cierta razonabilidad y posibilidad, ya en el pasado se han confirmado diversas conspiraciones tales como el derrocamiento de Salvador Allende o de Jacobo Arbenz, el proyecto MK Ultra, el asesinato de John F. Kennedy o el Club Bilderberg, todas conspiraciones que en su momento eran impensables y acaso irrisorias pero que el paso del tiempo ha confirmado. Quizá en algunas décadas sepamos con mayor claridad lo que ha pasado en estos años, pero en todo caso, las que sí son desdeñables son aquellas teorías que fomentan una cultura mágica o anticientífica y que pueden poner en peligro vidas humanas; es decir, no podemos negar los peligros de la enfermedad de esta pandemia que aunque con baja mortalidad no deja de ser mortal y altamente contagiosa, ni podemos negar su existencia, ni afirmar que se curará con algún remedio casero, bebiendo agua caliente o desinfectante, o al menos no debemos divulgar ni validar teorías que por su carácter anticientífico devienen en evidente falsedad y falta de coherencia y sentido común.
Ahora bien, el hecho de que haya sido o no una conspiración, como podemos ver, no obsta al aprovechamiento de las clases dominantes a través de los gobiernos y las empresas para beneficiarse injustamente de la desgracia que asola el mundo, y que todas esas ventajas que les reporta las estén maximizando, sea que ya supieran que venía esta crisis o les haya llegado de sorpresa, la misma les ha caído como anillo al dedo. (...)
Continuará...
El mayor enemigo que tenemos, no obstante, no es el Covid-19, sino el ser humano mismo, ya decía Einstein que el problema del Ser Humano no estaba en la bomba atómica sino en su Corazón, y es en nosotros mismos que se encuentra el peligro y no en el coronavirus en esta ocasión. En esta época en la que como Slavoj Zizek sueña, debería florecer la solidaridad, la cooperación, el trabajo conjunto, tenemos en cambio el recrudecimiento del individualismo, el egoísmo y la agresión de unos a otros, que de pronto parece rebelar una muy temida y triste derrota de Rousseau ante Hobbes, al tiempo que el Leviatán se levanta fortalecido y nos empieza a devorar, no uno a uno, sino a todos de un tajo, y se erige como el soberano, el Gran Hermano que todo lo vigila y todo lo controla, de quien no se puede escapar, y que en el fondo, no es nadie, y son todos.
Hay quien dice incluso que el coronavirus que hoy nos azota fue creado en un laboratorio, y las elucubraciones no están sin indicios para su fundamento. Así, algunos argumentan que fue el Gobierno Chino el que creó este virus en el Laboratorio de Wuhan, laboratorio virológico localizado con demasiada casualidad en la localidad donde iniciara esta enfermedad, llamada en sus inicios Neumonía de Wuhan, laboratorio que de hecho ha trabajado con otros coronavirus, incluyendo algunos con presencia en los murciélagos. Este planteamiento se sustenta en el hecho que tras la expansión del virus están siendo los gobiernos occidentales los más afectados, y al haber sido China el primer país en ser afectado, no causaría sospecha, amén de que podría haberles servido para controlar la sobrepoblación que ya sufre China como eliminar so pretexto del virus a enemigos políticos. Pero finalmente, China se empieza a levantar antes que occidente, y mientras la economía y las bolsas occidentales caen, China puede comprar acciones de empresas, así como deuda de los Estados a precios bajos, para que cuando se recuperen, no solo obtener grandes ganancias sino además tener más control neocolonial sobre estos países, y erigirse como la nueva potencia mundial que parecen destinados a ser derrocando a Estados Unidos de América. Esto se vería fortalecido por la oscuridad de los datos que ha dado China sobre el coronavirus en su población, ya que, aunque desde noviembre y diciembre habían empezado los contagios, fue hasta en enero donde reconocieron internacionalmente la nueva enfermedad, obligados en parte por la revelación que el médico Chino Li Wenliang que contó al mundo de la nueva enfermedad, lo que le llevaría a represalias del gobierno, y finalmente a su supuesta “muerte por coronavirus”, casualmente muerto por esta enfermedad, al igual que la desaparición de Fang Bin y el abogado Cheng Qiushi, que “fueron puestos en cuarentena” tras documentar como periodistas la verdadera situación catastrófica de Wuhan y tras haber sido amenazados por el gobierno, sin que hasta este momento aparezcan ni sus familias sepan de su paradero. Las palmaditas en la espalda de la Organización Mundial de la Salud a la República Popular China porque “lo está haciendo bien”, y la discriminación, invisibilización e insultante bloqueo y desdén de esta misma organización hacia la República de China, es decir, Taiwán, isla que con el sistema e ideas económicas y políticas contrarias a Cuba es su símil en cuanto a país en resistencia ante una potencia condenada a bloqueo por querer pensar diferente, bloqueada uno por el Imperio Estadounidense y la otra por el Imperio Chino, esa actitud ofensiva y marginadora de la OMS al mucho mejor trabajo en la contención de la pandemia que hizo la República de China, Taiwán, refleja los poderes, el bloqueo y la manipulación que el Imperio Chino maneja, y su influencia en la OMS, que con la actitud tibia y tardía en pedir la toma de medidas y declarar la pandemia, podría significar una deliberada intención de hacer daño del Grande Asiático. Tales acciones de ocultamiento y manipulación oscurecen grandemente la información dada por el gobierno Chino y su validación por la OMS, lo que hace desconfiar sumamente de las intenciones de China y nos hace ver que como Imperio, no serán mejores que Estados Unidos, y ya de eso habla el control que ejerce de sus ciudadanos, al punto que para sacar la información de China los ciudadanos han tenido que usar VPN para eludir la censura de internet, siendo China el país que más cámaras de reconocimiento facial tiene en las calles, y que mayor control de tinte orwelliano tiene sobre sus ciudadanos que no pueden hacer ni siquiera un inofensivo meme sobre el gobierno, sin la amenaza y temor de tener una represalia o la cárcel. El hecho que algunos de los primeros casos de Covid-19 en China no hayan tenido, según reportes de los propios estudios, relación con el mercado de Wuhan donde se supone se inició el virus, además de todo lo ya narrado, hacen sospechar que como parte de la lucha con Estados Unidos por el dominio del mundo, China haya decidido adelantar su encumbramiento al trono, y no esperar a alcanzar a la economía estadounidense en 2030 o a duplicarla en 2050 como anunciaban las proyecciones.
Ahora bien, se ha planteado también la posibilidad que tal acción de liberación de este virus, como una acción originada en Estados Unidos, bien provocada por militares o agentes de este gobierno, en un intento de detener el progreso de China y mantenerse como potencia hegemónica, acción que a la luz de los hechos actuales les habría salido como tiro por la culata, sin embargo, si consideramos que China no ha dado los datos reales y el nivel de contagios, muertes y por tanto de desastre ha sido mayor de lo que aparentan, es posible que de hecho sí se haya dado un gran golpe a la economía China, frenando su desarrollo aun a costa de golpear al mundo entero, con tal que el poderío económico se mantenga en su proporción actual y Estados Unidos pueda ganar tiempo en su lucha contra China, manteniéndose como la mayor potencia del mundo. Esto podría estar vinculado, como algunos elucubran, con los trabajos de la doctora Zhengli Shi, viróloga que ha estudiado por más de 15 años los coronavirus y específicamente los relacionados a los murciélagos, así como el SARS, y cuyo financiamiento ha provenido tanto del Gobierno Chino como del Gobierno Estadounidense, trabajando entre otros, en el laboratorio Chino de Wuhan, y cuyo conocimiento del virus es tal que algunos la vincularían a un conocimiento previo del nuevo coronavirus, en cuya construcción podría haber participado, bien por dirección del gobierno chino, o bien por dirección del gobierno estadounidense al haber hecho varios viajes a este país y obtener un importante financiamiento del mismo, algunos argumentan incluso que podría haber trabajado como una doble agente. Otro planteamiento vincularía a Bill Gates que como multimillonario tendría el poder de hacerlo, y además tendría motivos, ya que desde hace años participó en diversas charlas como en TED, donde habló la posibilidad de una pandemia de virus respiratorio, realizando además simulaciones de pandemias, así como inversiones en investigación de medicinas y vacunas, siendo titular de diversas patentes, y proponiendo además la utilización de chips para monitorear la salud, todos indicios de que podría estar vinculado al desarrollo del virus, lo que se une a la casual renuncia a la presidencia de Microsoft justo previo al desplome de la economía, manteniéndose no obstante participando en el área de la salud y de las vacunas. Además de esto un supuesto hackeo habría sido realizado a diversos correos donde se vincularía a Gates al desarrollo del coronavirus, si bien tal filtración tiene poco o ningún fundamento sólido de veracidad hasta el momento. Una tercera posibilidad habría sido la liberación del virus como un ataque perpetrado por militares infiltrados estadounidenses en China, como lo acusara el propio Ministro de Relaciones Exteriores chino, lo que devendría en una pugna de mutuas acusaciones entre el gobierno estadounidense y el chino, siendo más popular en países como los nuestros la teoría de que China fue la autora al carecer nosotros de fuentes directas de aquel país e informarnos solo de fuentes con influencia estadounidense, que sería precisamente uno de los objetivos del ataque y que se estaría cumpliendo, el colocar la opinión pública mundial en contra de China para que tras este golpe económico mundial, los chinos tengan más difícil recuperarse, al no querer nadie tener trato con ellos o sus productos, manteniendo así Estados Unidos su hegemonía. En todo caso está claro que el interés de Estados Unidos y su oligarquía económica, así como el poder para hacerlo, lo tienen, aunque al igual que la autoría China no está del todo claro y es aventurado acusar a unos u otros.
Una tercera posibilidad atribuiría no a gobiernos, sino a oligarquías económicas, el desarrollo e impulso de este virus, como es el caso del reconocido periodista y ex agente ruso de inteligencia, con grandes conocimientos de economía y conocido por estudiar y revelar información del Club Bilderberg, Daniel Estulin, quien considera que la situación actual no fue impulsada por ningún gobierno en específico, al tener claro que los gobiernos y quienes los presiden no son más que personajes que representan los intereses políticos y económicos de grupos de poder que están detrás y trabajan desde las sombras, en especial, a nivel mundial, el grupo más poderoso sería en de los financieros, los dueños de bancos que con la especulación en bolsa y el financiamiento de industrias y gobiernos a nivel mundial que les deben dinero, son prácticamente los amos del mundo, como todos lo sabemos, y poco se puede hacer para enfrentárseles sin quedar aislado y ser atacado duramente, si no destruido y aplastado. Tales grupos financieros que tras la caída de la Unión Soviética habrían pasado a ser el máximo grupo de influencia y dominio del mundo, ante la llegada al límite de expansión capitalista al haber llegado ya a todos los mercados y a los límites de recursos propios del planeta, se ven ante el precipicio, y se verían con el interés de políticas que les permitan mantener sus privilegios y poder en el mundo, lo que pasaría por un control del crecimiento demográfico para mantener sus propios recursos de privilegio, como el control de la población mundial arrebatando a los ciudadanos los derechos y libertades ganadas durante el Siglo XX, así como a los Estados su soberanía. Entre otras cosas, el coronavirus les daría el beneficio de encubrir la crisis económica que ya anunciaban diversos analistas económicos y organismos internacionales, que se veía venir por la mala administración de los bancos y entidades financieras mundiales, que ahora podrán echar la culpa al coronavirus, así también ayudaría a disminuir la población mundial, y en especial atacando a personas de mayor edad que son la mayor carga no productiva para los Estados, además de ello el coronavirus justificaría el control poblacional, que en medio del pánico cedería sus libertades tal como las está cediendo a cambio de la seguridad y salud, es más, la población pide medidas duras y drásticas que nos arrebaten la libertad, y los gobiernos obviamente están felices de dárnoslo, siempre lo habrían querido así; esta pandemia también permitiría endurecer las medidas contra la migración para proteger la salud, y controlar los cuerpos a través de la salud, bien instalando chips que reporten la salud en tiempo real ante posibles pandemias, bien obligando a registrar nuestra salud a través de nuestros celulares u otro medio electrónico que nos registre en bases de datos para tenernos controlados, así como justificar mayor vigilancia ante posibles ataques terroristas de guerra biológica, siendo justificación así como el atentado de las Torres Gemelas para colocar mayores controles y quitarnos más libertades. De cualquier manera, de una manera u otra los grupos financieros saldrían ganando con el coronavirus, grupos que no tienen un país determinado ni una ideología determinada, que solo conocen el idioma del beneficio y del lucro, y que no serían el gobierno de China, ni de Estados Unidos, ni de Europa, sino el gobierno profundo de poder económico que tras bambalinas domina el mundo, de ahí que pudiesen haber participado tanto miembros del gobierno estadounidense como chino, los autores del virus no serían de una nacionalidad determinada, sino de una clase determinada, la clase dominante, a la manera en que Marx entendía el mundo.
Así, tenemos en síntesis tres posibles autorías humanas que explicarían la pandemia actual que vivimos, tres planteamientos que pueden descomponerse a su vez en más vertientes pero que se pueden resumir en esos tres grandes espectros, y si bien todas plausibles y racionales, también todas adolecen de problemas de verificabilidad.
Para empezar, hay incongruencias respecto a que China iniciara la expansión del virus en su propio territorio y no a nivel internacional, y en todo caso es raro una liberación intencional sin una preparación para que no afectara su economía como lo hizo, siendo plausible no obstante, no solo una liberación intencional, sino también una accidental del virus, pero en todo caso deja abiertas muchas preguntas, como el contagio de miembros del partido de gobierno o de militares que no debieron haber enfermado, o las motivaciones de China si de todas formas las proyecciones sin coronavirus anuncian su empoderamiento como máxima potencia mundial siendo incongruente la destrucción de la economía del mundo que quieren dominar.
Por otro lado, parecería extraño que Estados Unidos no se hubiese preparado para la pandemia y no tomara acciones para no salir afectado dejando que el resto del mundo colapsara, y las acusaciones a la científica Zhengli Shi carecen de pruebas más allá de datos circunstanciales, y sus estudios sobre los coronavirus son explicables por las anteriores epidemias que han provocado estos y que han surgido de China, no siendo ella sola sino una mayor comunidad científica que se dedica a este tipo de investigación en el mundo, mientras que el caso de Bill Gates y su advertencia y estudios sobre la posible pandemia causada por virus, son de hecho afirmaciones que muchos otros estudios de virólogos ya anunciaban, ya que las pandemias no son algo nuevo y han existido siempre en la humanidad, y ya desde hace años ante la globalización y facilidad del transporte y comunicaciones no había que ser profeta y conspirador para saber que tarde o temprano nos tocaría enfrentar una pandemia de este calibre.
Más plausible sea quizás la tercera opción, que conociendo como se maneja la política por dentro no es inimaginable, pero aun así carecemos de pruebas suficientes de verificación, acaso tal ausencia de pruebas y tantos relatos encontrados sean de hecho intencionales, lo que hace que nos cueste más fiarnos de ellos, y de esta manera podría esconderse la verdad con la sobreinformación, a la manera de la distopía de “Un Mundo Feliz”, no sabiendo ya qué es verdad y qué es mentira. La oficialidad, no obstante, utiliza esta problemática en nuestra contra, fomentando en cambio la distopía contraria, 1984 de George Orwell, instaurando Ministerios de la Verdad por todas partes, podemos ver como tanto en Guatemala, como en España y todos los países del mundo se censuran a medios de comunicación que contradicen las informaciones del gobierno, la Organización Mundial de la Salud o instituciones oficiales, no siendo ya en la lejana China autoritaria donde se cometen tales atropellos a la libertad de expresión, sino todos los países del mundo que respaldados por el estado de excepción usan su poder contra medios de comunicación que no siguen la línea editorial oficial, hasta el propio YouTube ataca a todo aquel que hable del coronavirus fuera de la línea oficial bien desmonetizando los videos sobre el tema o incluso borrándolos, no pudiéndonos fiar tampoco, ante tal agresión y represión de la libre expresión, de los datos oficiales, que buscan un sesgo informativo y un control total de la información, sin abrir el debate al distinto espectro de ideas.
Poco se llega a salvar de la desinformación y la sobreinformación, apenas la ciencia, y como científicos es nuestro deber no aceptar como verdad las teorías de la conspiración sin haberlas verificado, pero no descartarlas tampoco ante su plausibilidad, y al mismo tiempo tampoco podemos tomar como fiable la información dada por entidades políticas oficiales, y en todo caso, atender a lo que distintos expertos sobre los diversos temas que nos puedan informar desde la contrastabilidad, verificabilidad, reproducibilidad y falsabilidad del conocimiento científico. De esta manera, si atendemos a científicos como el físico Javier Santaolalla que hace poco hubiese visitado Guatemala, o el biotecnólogo Darío García, podemos darnos cuenta que de acuerdo a la ciencia el coronavirus que ha causado la actual pandemia no tiene indicios de haber sido creado en un laboratorio, y antes bien su estructura le revela surgido de la naturaleza, tal como se ha afirmado, de los murciélagos, que ha saltado hacia los humanos, proceso que se ha dado ya en el pasado, incluso contando milenios hacia atrás, lo que no es raro en nuestro ecosistema terrestre. El virus no registra señales de manipulación, y aunque no se puede descartar una evolución natural en murciélagos en cautiverio bajo análisis de laboratorio o una extracción del virus de los murciélagos para su análisis y posterior liberación accidental o deliberada para provocar la pandemia, la seguridad de este tipo de laboratorios lo hace poco plausible, siendo la tesis más sostenible científicamente y que por la navaja de Ockham debemos de aceptar a menos que otra hipótesis presente pruebas verificables al respecto, es la del surgimiento natural a partir de los murciélagos, que en algún momento saltó hacia los seres humanos. Quizá sea nuestro cerebro que en búsqueda de patrones y un relato más entretenido nos haga dar mayor crédito del merecido a teorías que se nos presentan, que bien podrían ser fruto de casualidad y no de causalidad, aunque al no ser tan descabelladas, se puede estar abierto como científico a su posibilidad.
Científicamente debemos observar lo que los expertos han descubierto hasta ahora, siendo sus experimentos reproducibles, falsables y verificables, su respaldo es suficiente como para basarnos en ellos, lo que no cierra la posibilidad que otras hipótesis se gestionen, ya que la ciencia siempre es abierta a nuevas pruebas que le hagan cambiar de paradigmas. El funcionamiento de la sociedad es un poco diferente al de la química, la biología y la física, por lo que las conspiraciones se hacen más difíciles de probar y verificar, ya que por eso se llaman conspiraciones, porque se hacen desde las sombras, lejos de la vista pública, pero el solo hecho de ser conspiraciones no las hace descartables de forma absoluta, sobre todo cuando tienen cierta razonabilidad y posibilidad, ya en el pasado se han confirmado diversas conspiraciones tales como el derrocamiento de Salvador Allende o de Jacobo Arbenz, el proyecto MK Ultra, el asesinato de John F. Kennedy o el Club Bilderberg, todas conspiraciones que en su momento eran impensables y acaso irrisorias pero que el paso del tiempo ha confirmado. Quizá en algunas décadas sepamos con mayor claridad lo que ha pasado en estos años, pero en todo caso, las que sí son desdeñables son aquellas teorías que fomentan una cultura mágica o anticientífica y que pueden poner en peligro vidas humanas; es decir, no podemos negar los peligros de la enfermedad de esta pandemia que aunque con baja mortalidad no deja de ser mortal y altamente contagiosa, ni podemos negar su existencia, ni afirmar que se curará con algún remedio casero, bebiendo agua caliente o desinfectante, o al menos no debemos divulgar ni validar teorías que por su carácter anticientífico devienen en evidente falsedad y falta de coherencia y sentido común.
Ahora bien, el hecho de que haya sido o no una conspiración, como podemos ver, no obsta al aprovechamiento de las clases dominantes a través de los gobiernos y las empresas para beneficiarse injustamente de la desgracia que asola el mundo, y que todas esas ventajas que les reporta las estén maximizando, sea que ya supieran que venía esta crisis o les haya llegado de sorpresa, la misma les ha caído como anillo al dedo. (...)
Continuará...
No te pierdas la próxima semana la continuación, mas si no puedes esperar, puedes leer mi artículo publicado en la revista del 1 de Mayo en derecho.cunoc.edu.gt e, donde puedes leer tanto mi artículo "Quien Vive, Quién Muere, Ética Médica en los Tiempos del Covid-19", como el "Exordio: Estado de Excepción Vuleto Norma, Control Poblacional, Censura, Beneficios de la Clase Dominante y Fin de la Clase Obrera."
Este es un escrito eseculativo de política y coyuntura, para mi artículo con referencias científicas sobre la enfermedad y cuidados para el Covid, visita mi artículo "Coronavirus: Desinformación, Vanalización y Pánico."
Fuentes: Por el poco tiempo para abordar el tema y la sobreinformación que nos inunda no pude colocar todas las fuentes necesarias, si bien la mayor parte de lo comentado no ha sido publicado por un único medio, sino por tantos, tanto a favor como en contra, información que prácticamente es de público conocimiento, y que cualquiera que se informe de diversas fuentes sin una fidelidad ciega a una tendencia de medios, ha de haber escuchado. Sin embargo, en el caso de las alianzas financieras mundiales que dominan el mundo mi fuente es el exagente de inteligencia y Premio Pulitzer Daniel Estulin, sobre todos sus videos, publicados frecuentemente en el canal de Ángel Metropolitano, aunque también otras entrevistas, aunque también algunas entrevistas que le han hecho, pudiendo consultarlo en sus cuenta de Twitter y su página oficial. En el tema científico mi principal referencia es el físico Javier Santaolalla, y a partir de él, otros científicos que él conoce, como el experto en biotecnología Darío García.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del Corazón
El Comandante de las Letras
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
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