POLÍTICA DE CONTROL, VIGILANCIA Y CENSURA EN TIEMPOS DEL COVID
...Ahora bien, el hecho de que haya sido o no una conspiración, como podemos ver, no obsta al aprovechamiento de las clases dominantes a través de los gobiernos y las empresas para beneficiarse injustamente de la desgracia que asola el mundo, y que todas esas ventajas que les reporta las estén maximizando, sea que ya supieran que venía esta crisis o les haya llegado de sorpresa, la misma les ha caído como anillo al dedo.
Los gobiernos se regocijan en que sea su propio pueblo el que les pida oprimirlos, el que les pida medidas severas de confinamiento y control, así como sanciones severas a quienes osen violentar las medidas impuestas desde el Estado. No es que se promueva romper tales medidas, pues es el caso que salvaguardar nuestras vidas es importante, pero el caso es que esta pandemia saca lo peor de nosotros como seres humanos, y así, cada quien ve por su propio interés, y así muchas personas ponen en peligro a los otros ciudadanos, sobre todo a los más vulnerables, muchos de ellos nuestra familia, y por ello nos indignamos en contra de ellos, y pedimos con legitimidad que sean sancionados y que las medidas sean endurecidas, mas si tuviésemos una cultura solidaria como la que sueña Zizek y erróneamente pensó que sería despertada, tales medidas no serían necesarias, y todos seguiríamos las medidas de cuidado necesarias. Pero la gran mayoría de personas que está teniendo medidas de protección de sí misma y de los demás, no lo hace por la buena voluntad, por la luz de su supuesta razón o por solidaridad con los más vulnerables, sino por miedo a la sanción económica o de privación de libertad, y ello provoca que sean las medidas draconianas las únicas que logran efectividad, para alegría de los gobernantes que alojando siempre un dictador dentro proceden a imponer.
Aprovechando tales medidas, gobiernos de todo el mundo y de toda ideología, trituran las pocas libertades democráticas que en occidente quedaban tras los retrocesos paulatinos que el Siglo XXI nos ha traído, y aprovechan para perseguir y censurar a su oposición, a sus enemigos políticos, a la prensa crítica, bajo la bandera de no promover información a juicio de ellos “falsa”, cual Ministerio de la Verdad, o de promover desestabilización al criticar al gobierno, aplastan toda libre expresión, crítica y oposición, envalentonados tras la caída del mayor irreverente de los últimos tiempos, Julian Assange, quien fue traicionado, confinado y aplastado apenas unos meses antes que nosotros y tan solo como preludio de lo que se venía, mismo que bien dijo que si WikiLeaks, que era la entidad que más lejos había llegado en ejercer de facto su libertad de expresión y de comunicación, caía, nuestra libertad de expresión estaría amenazada, y dicho y hecho. Derecho este que no debería ser arrebatado por ningún estado de excepción, ya que emitir nuestro libre pensamiento es parte de lo que nos hace humanos, limitaciones que ya se venían haciendo también en la red desde hace tiempo, censurando supuestos mensajes de odio en cuya categoría cualquier cosa cabe, dictadura de lo políticamente correcto contra la cual muchos estamos, nos manifestamos y nos resistiremos, siendo la libre expresión uno de los últimos baluartes que deben mantenerse de pie en defensa de nuestra libertad. Tal vigilancia, cual 1984 de Orwell, se extiende a internet, donde con similares excusas se limita la libre expresión, al tiempo que avanza la amenaza de aprobación de leyes que buscan controlar el internet a la manera como ya lo controla China, no siendo las únicas leyes perjudiciales que se pretenden aprobar, ya que la situación de excepción es el momento ideal elegido para aprobar todo tipo de leyes perjudiciales a la población, aprovechando que por un lado estamos distraídos con el problema central del coronavirus, y por otro, de darnos cuenta, no podemos ir a manifestar o rebelarnos, ni siquiera organizarnos, ante el aislamiento y confinamiento impuestos, cual cárcel mundial en la que cada una de nuestras casas es una celda, donde el Gran Hermano Vigila, donde el que no se normaliza es castigado, una imagen más oscura que el propio panóptico que Foucault pudo haber imaginado.
El capitalismo, si lo conceptualizamos como la explotación y opresión de la clase dominante financiera del mundo, e incluso el socialismo, si lo conceptualizásemos como el poder del Estado, unidos al unísono se fortalecen y oscurecen el futuro de libertad que todo intelectual, anarcocomunista o anarcoliberal pudo haber soñado, llevándonos hacia una distopía sin precedentes. Las grandes empresas de este capitalismo, no están exentas de culpabilidad y aprovechamiento injusto, que no solo acaparan e inflan los precios lucrándose con la desgracia ajena, sino que además consiguen exenciones de impuestos, de pagos a la seguridad social, de responsabilidades, todo tipo de beneficios para las grandes empresas que so pretexto de salvar la economía nos roban a los ciudadanos a través del Estado al no pagar la parte que les corresponde o incluso al recibir ayudas de ese Estado al que todos pagamos impuestos, impuestos, que como su nombre lo dicen, no son voluntarios, son fruto de un Contrato Social que nunca firmamos, fijado por una leyes que jamás fueron negociadas con nosotros, contrato en el cual nos obligan a pagar tales impuestos so pena de secuestro llamado “prisión”, para luego no darnos la contraprestación de un buen servicio de salud así como demás servicios que constituyen el Estado de Bienestar, y en plena pandemia se plantea elegir entre vidas por salvar, se prometen ayudas que nunca llegan ni a pobres ni a clases medias, se hacen préstamos, se recortan gastos, se despide gente, pero no se presta la ayuda y los servicios que ya pagamos, y en cambio se beneficia a las empresas que más tienen, no cumpliendo así con el impuesto Contrato Social, y no teniendo por tanto legitimidad los gobiernos para pedirnos que respetemos las constituciones y las leyes.
La petición de préstamos en todos los países del mundo está a la orden del día, y Guatemala no es la excepción, pidiendo bajos intereses por la pandemia, préstamos extraordinarios que superan los límites sanos por la gran emergencia, y gran parte de ello a parar a los bolsillos de los amigos, el propio Congreso se asignó más recursos, y a la gente que lo necesita poco o nada le llega.
Los gobiernos tienen la oportunidad de saquear sus países, y echar la culpa de las desgracias al coronavirus, al tiempo que las empresas pueden despedir a sus trabajadores con menor indemnización o mantenerlos contratados pagándoles menos con el mismo pretexto.
La desinformación y el ocultamiento no es exclusivo de Corea del Norte o China, y en muchos gobiernos del mundo, incluyendo Guatemala, se oculta la información a la población, y así tenemos rumores que van de boca en boca sobre enfermos por aquí o por allá que el gobierno sabe y no ha reportado, que al cabo de días o semanas el gobierno termina confirmando, sin dar razón del ocultamiento de datos, datos que serían fundamentales para protegernos, generando desconfianza de la información publicada como del gobierno mismo.
El Estado de excepcionalidad será la norma, y el sistema capitalista se fortalece, dice Byung Chul Han con gran acierto, y la oscuridad se cierne sobre la humanidad, el egoísmo triunfa y las clases dominantes nos aplastan, al tiempo que terminan de desarticular a la clase obrera y por tanto la posibilidad de revolución que Marx y Engels proponían, y que no será posible en la distopía que parece erigirse.
Continuará...
No te pierdas la próxima semana la continuación, mas si no puedes esperar, puedes leer mi artículo publicado en la revista del 1 de Mayo en derecho.cunoc.edu.gt e, donde puedes leer tanto mi artículo "Quien Vive, Quién Muere, Ética Médica en los Tiempos del Covid-19", como el "Exordio: Estado de Excepción Vuleto Norma, Control Poblacional, Censura, Beneficios de la Clase Dominante y Fin de la Clase Obrera."
Este es un escrito eseculativo de política y coyuntura, para mi artículo con referencias científicas sobre la enfermedad y cuidados para el Covid, visita mi artículo "Coronavirus: Desinformación, Vanalización y Pánico."
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del Corazón
El Comandante de las Letras
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
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