PERSONAJES:
CACAO ANDANTE
Una promesa para la música quetzalteca
Hay personajes
consolidados y hay personajes nacientes, algunos cual aurora de la mañana
empiezan a dejar ver sus rayos de luz, a veces los pájaros adornan con su canto
ese ascenso, a veces es el propio personaje quien produce las notas de su
ingreso, y es este el caso de nuestro personaje de hoy, un joven músico
quetzalteco que de a poco emerge a la palestra del arte.
¿Quién es este
nuevo artista de notas y caminares? Pues Cacao Andante es un músico joven que
incursiona como revelación en el escenario artístico altense, con el piano o la
guitarra a cuestas, se convierte en creador de esas mágicas notas que deleitan.
Nos encontramos
un día en el resurgido Café Baviera y le pregunté: ¿Por qué Cacao Andante?, le
he preguntado. Me dijo que prefirió utilizar otro nombre y no el suyo propio
porque su yo artístico es diferente, su música tiende a ser triste, pero él es
más bien alegre. Pensó en varios nombres, y finalmente decidió llamarse “Cacao
Andante”. Me explicaba que el nombre Cacao lo eligió por varias razones, una de
ellas es porque es su apellido, y porque según algunas investigaciones está
vinculado a antiguos reyes mayas, de lo cual se siente orgulloso, por otra
parte él recuerda haber leído en un menú del Café La Luna que “Cacao significa
manjar o bebida de los Dioses”. Luego me contó que en una ocasión él se puso a
analizar las métricas, a conocerlas, y se dio cuenta que él tocaba lento, de
ahí la palabra “Andante”, que es la expresión que denota cuando se toca lento.
Me explicaba entonces que el hecho de ir lento hacía que pusiésemos disfrutar
más de una canción de Drexler, por ejemplo. Entonces “Cacao” refleja un sentido
de pertenencia familiar, a sus raíces, a su cultura, mientras “Andante” refleja
la senda que hay delante, la forma en que la quiere recorrer, recorrerla
andando por nuevos lugares disfrutando lentamente de cada detalle, de cada
poema, de las métricas, de las líricas, de las tristezas, de los ojos de otra
persona… etc.
Le pregunté
cómo se había iniciado en el arte, y me contaba un anécdota de que cuando
estaba en primero primaria irónicamente perdió el curso de música, al parecer porque
trabajaba un poco lento, pero poco a poco fue practicando con el metrónomo, y
en tercero ya empezaba su gusto para la música. Sin embargo me dice que algo
que marcó su vida de pequeño fue cuando fue a ver a Pablo Milanés en Tikal Futura,
era el día del cumpleaños de Pablo, y tocó junto a la orquesta, y recuerda cómo
tocaba el saxofonista, la voz de Pablo y el sonido del jazz, y él pensó “yo
quiero estar ahí arriba y hacer lo que él”, y ese es el primer recuerdo que
tiene del sueño de ser músico. En primero básico me contaba que empezó a tocar
la guitarra, a su primera guitarra le llamó Jade, no sabe por qué. Más o menos
a los 14 años empezó a ser fan de los Beatles, y a los 15 años fue su primera
presentación en público, participando en el festival de su colegio tocando
covers, pero a finales de ese año compuso su primer canción, y sintió que en
ella liberó mucho. En aquella época tuvo un proceso creativo en el que escribió
varias canciones, alguna incluso la grabó. Él había aprendido originalmente los
acordes con un amigo y sacó algunas canciones de oído, pero una vez entrando en
la Escuela Dr. Rodolfo Robles, empezó a participar en algunos grupos musicales
de ahí, y además por otro medio empezó a estudiar solfeo, teoría y a practicar
su habilidad, aprendió a transportar canciones de tono y de instrumento, el
piano siempre estuvo ahí. En los últimos dos años de su carrera de
diversificado leyó varios libros de música, y dedicó bastante tiempo a ensayar
y vocalizar. Con el grupo que tenían en la Robles querían después de graduarse
continuar cantando, ir cantar a algún café quizá, pero ya no se concretó, cada
uno siguió su camino. Cacao Andante ingresó a un grupo como tecladista un tiempo,
pero después se marchó. Después trató de poner atención a su carrera en la
universidad, pero la música seguía atrayendo su inspiración, y se inscribió en
el conservatorio. En la Universidad de San Carlos de Guatemala se enteró de que
existía una Estudiantina, y acudió a la audición con el director, 5 acudieron a
ella, solo él se quedó. Ahí aprendió a desenvolverse de mejor manera con sus
compañeros y con el público. Tuvo la oportunidad de tocar también en cafés, ya
a los 16 años acompañó en una ocasión a Alfredo Castro en Rustichela, y en un
cumpleaños más reciente, estando con su familia en “La Peña de los Altos”, el
famosísimo Otto Mora, de quien ya hemos escrito algo en “La Nueva Palestra” lo
invitó a pasar al escenario a tocar, y aquel evento fue para él algo mítico.
¿Y qué proyectos
tiene pensado Cacao Andante de aquí en adelante? Pues me contó que quiere hacer
un repertorio de canciones, me dice que está en un proyecto de salvar alguna
música de Xela que se había dejado en el pasado, es el trabajo que podemos ver
ahora, pero sobre todo quiere hacer su propio repertorio de canciones, y al
parecer será a fines de este año que tiene planificado ya tener algo más
trabajado para presentarnos.
Por último le
pregunté ¿qué le diría a los jóvenes que quieren ser músicos? Él me dijo que toda
arte es estética, y en la búsqueda de esa pulcritud es necesario ensayar mucho
y también la crítica de los demás que ayuda a corregir errores. Él dice que se
debe hacer nacer la música, y eso requiere de un gran esfuerzo, pero una vez
logrado uno se siente satisfecho. Él les diría a los jóvenes que estudien
mucho, la música no es algo sencillo o sin técnica, es algo que se estudia,
pero eso no tiene que hacer que dejen de disfrutar la música, deben
disfrutarla, el día que eso no pase deben retirarse. Él dice que es importante sobre
todo empezar a escuchar música, ser abierto a todo tipo de música, no solo un
estilo, pues de todos los estilos se aprende, eso les ayudará bastante para
generar su propia creatividad. Cacao Andante motiva sobre todo a los jóvenes como
él a que no se rindan.
Por último le
pregunté ¿qué tenía de especial la música para él? Él me dijo: “La música es
una de las cosas que exaltan más al ser humano, nos hace ver que este mundo que
a veces tiene sus dolores e injusticias no es del todo malo. Si un ser humano
pudo hacer música, no está del todo perdido, hay esperanza.”
Quetzaltenango, Guatemala
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