QUEJAS DEL ALMA
Buenos días Guatemala, feliz cumpleaños a pesar de todo lo que está pasando, que Dios te cuide y te bendiga, no cabe duda que hoy te sentís contenta porque en todos los ámbitos de tu suelo están de fiesta celebrando el día de tu Santo. Y si te digo qué es lo que está pasando, te voy a amargar tu fecha, que vos querés que todos tus hijos tengan su barriga llena, pero no de lombrices sino de comida, aunque sea solo frijol y tortilla, pero que no falte el pan de cada día, que todos tengan techo, salud, vestido y escuelas; pero ya ves lo que pasa, que el pueblo se está muriendo de hambre por tus cuatro puntos cardinales; aunque eso realmente no importa, lo que precisa es que nuestras autoridades estén bien alimentadas para que puedan dirigir sabiamente tu destino; y para acabar de ajustar tu desaliento siguen aumentando impuestos, dis que para hacer obras, pero eso es mentira, lo que nos dan son las sobras y lo demás posiblemente se va a los bancos a acrecentar el ahorro personal de nuestros preclaros dirigentes.
¿Hasta cuándo va a terminar esta situación que nos agobia y nos mata, que cada día que pasa nos hunde más en la miseria y la desesperación? ¿Qué decís de eso mamá Guatemala?, ¿verdad que tenemos razón de interrumpir un momento tu festejo para quejarnos con vos? Y eso no es todo, falta más, mucho más; ahí tenés a los de la luz cuya jugosa presa es tu pueblo, al que están dejando en cueros y en la oscuridad a cada poco, con las dolorosas consecuencias; la violencia y la corrupción siguen reinando tranquilas y campantes y hasta riéndose descaradamente de nosotros; los ladrones por su parte también hacen de las suyas porque saben que si se van a la cárcel, mañana estarán de nuevo repitiendo sus fechorías, ante la mirada cómplice de las autoridades, que se hacen de la vista gorda porque tienen miedo de actuar o les embarran la mano con el fruto de su rapiña; y el pueblo qué, que siga aguantando y echando espuma y tempestades.
Que le importa a nuestros mandamases que al pueblo se lo coma el chucho, si lo que en verdad les interesa es su propio bienestar y el de todos sus secuaces. Y mirá cuántos de tus hijos se están yendo para el norte, y no para Ixcán, El Petén o Alta Verapaz, y mucho menos de paseo o de vacaciones, se están yendo porque aquí no tienen trabajo, y si lo consiguen les pagan salarios de hambre que no los sacan de apuros, matando sus esperanzas de querer salir adelante; por eso se sacrifican y dejan a su familia prácticamente abandonada y lamentando su ausencia con la ilusión de conseguir allá lo que en su tierra no encuentran; los presos entran y salen como Pedro en su casa, no hay nadie que les diga algo porque todos posiblemente reciben una tajada; las promesas, todas banas. seguridad, transparencia y otro tanate de pajas. ¿Qué es lo que estás viendo mi querida Guatemala, qué decís de todo esto y de mucho más que falta y que por ser corto el tiempo no te digo en esta carta? Verdad que es una ironía gritar ¡Viva la Patria!, si te estás muriendo de hambre y de otras enfermedades de las que mejor ya no te hablo.
Perdoná mamá Guatemala que en el día de tu santo te haga la fiesta amarga, pero no se puede callar lo que se lleva en el alma; sin embargo aquí estamos presentes como siempre lo hemos hecho, talvez con carita de hambre pero con un corazón muy grande para amarte Mamá Guatemala.
San Antonio Huista, Huehuetenango
De las colecciones "El Profe y la Seño" y "Cálidos Versos"
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