Una noche más y un suspiro entrecortado,
Marcaron aquella lágrima atorada con mil preguntas para sí,
Un día con emoción pasajera,
Una hora de sonrisas muertas,
Un segundo que agoniza en la espera,
Una ilusión que se congela en primavera,
Todo quedó a la deriva de ese intento fallido,
Todo quedó lejos del olvido y más que ausente en su mente,
Sueños rotos y angeles caídos,
Dolor entre cada palpitar de su corazón malherido,
Fuerzas agotadas y una carcajada barata,
Pensamientos suicidas y armas letales, forman heridas preocupantes que señalan finales alarmantes,
Manos sin poder escribir y palabras sin poderse decir,
Rosas que espinan y se clavan en la piel,
Unos ojos infinitos sin poder ver,
Ahoga sus gritos de dolor tras esa cara sin preocupación,
Oculta su pesar tras esa patética personalidad,
Mira al cielo y pide un favor, sabiendo que allá arriba nadie escuchará su petición,
Se llena de ira y ya no pide perdón,
Se llena de rabia y solo dice adiós,
Se despidió de su propia conciencia, se despidió de sus heridas,
Tomo la rienda de su vida,
Extendió la vela y zarpó rumbo al infinito,
No dejo huella de sus pasos,
Solo unos cuantos poemas en otros brazos,
Decidió acabar con todas sus ataduras y voló hacia la luna,
En el firmamento se encuentra su petición cumplida,
Pero fue tarde ella partió hacaa el infinito,
Se volvió noche y suspiros que se pueden sentir en la soledad que transmiten los abrazos vacíos...
"El tiempo se agotó y este corazón pereció"
~DG
Quetzaltenango, noviembre 2019
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