ETERNA ROMA
(PARTE 1: ARRIBO A LA CIUDAD ETERNA)
I. Todos los Caminos Llevan a Roma
Se dice que un largo y maravilloso viaje inicia con el primer paso, empero el primer paso de este viaje no fue dado por mí, pues fue dado en tiempos antes del tiempo, cuando solo había leyenda… la leyenda se convirtió en historia a partir del 753 a. C., el primer registro de una ciudad a las orillas de Tíber destinada a ser eterna, y desde esta Ciudad Eterna mis antepasados partieron para conquistar el mundo. De esta conquista nació Hispania, que siglos más tarde se convertiría en España, que, como una de las herederas del Imperio y la Iglesia, expandió su poder por todo el mundo construyendo el primer imperio mundial dominando todos los océanos e integrando territorios en los 5 continentes, extendiendo su fe y su lengua, convirtiéndolas en la religión más numerosa y la lengua latina más hablada del mundo. Es así como en el año 1524, hace 498 años, un 15 de mayo, se fundó la ciudad de Quetzaltenango de la Real Corona, pueblo del que soy oriundo. Sobre las huellas de mis antepasados, caminando sobre las huellas de gigantes, continúo el espíritu aventurero y explorador de mis ancestros, regresando sobre sus pasos hacia otros lugares y tiempos, y realizando tal recorrido he descubierto que sí, todos los caminos llevan a Roma, la Ciudad Eterna.
Tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Roma más de una vez, mas debo decir que la primera vez vine desde el norte, y mientras me acercaba a la ciudad cabalgando sobre mi caballo, a mi izquierda me acompañaba Aníbal, a mi derecha Julio César, y en mi mismo caballo, abrazada a mi cintura, Cleopatra VII. Ahí estaba yo junto a estos personajes que ya antes estuvieron en Roma. Quise ir al Rubicón, pero no pude ir, sin embargo, cuando estuvimos de frente a la ciudad de Roma, Julio César que estaba a mi diestra dijo: “La suerte está echada”, el pueblo en Roma dijo “¡Hannibal, Hannibal ad portas!” Aníbal dijo: “Pueden ser más que nosotros, pero no hay ningún Elizondo con ellos”, Cleopatra dijo algo a mi oído con una voz irresistible, y entonces a la izquierda de Aníbal avanzó Garibaldi y dijo: “Es hora de liberar Roma”. Entonces todos juntos cabalgando sobre nuestros corceles avanzamos sobre Roma.
Tras el asedio, una vez entrando en la ciudad, habría que recorrer calle por calle. Llegué a la Estación de Roma Terminal, una terminal enorme, una de las más grandes estaciones de las que estuve, aunque no es bonita. La estación se extiende por 7 cuadras a lo largo y talvez unas 2 o 3 a lo ancho, por lo que tanto al arribar como al querer ir a tomar un tren hay que tener tiempo para caminar; en total uno puede salir hacia 8 calles distintas hacia el suroeste, a la izquierda, que serían para ir hacia el centro de la ciudad, y no sé cuántas salidas tenga hacia el noreste, pero como mínimo hay una, además de las salidas frontales. Al llegar yo en regional quedaba bastante atrás, y cuando yo llegué por primera vez salí por una de las más lejanas del frente, en la primera salida a la izquierda, entonces seguí 3 calles hasta llegar al Parque Víctor Manuel II, dedicado a este monarca que apoyó a Garibaldi para unificar y liberar Italia y la ciudad de Roma; este parque tiene una ruina romana, una fontana llamada Ninfeo de Alejandro o, por un error histórico, conocida también como Trofeos de Mario.
Alrededor de este parque hay edificios con pórticos de pasillos de arcos con columnas muy bonitos, yo aquí fui a la esquina más cercana del norte, giré y a la mitad del rectángulo giré en tangente hacia la vía Carlos Alberto, ya ahí al fondo veía la Basílica Santa María la Mayor, pero en el primer cruce diagonal, en la esquina donde está la iglesia de San Vito, tomé la izquierda, hacia el Arco de Galieno que se ve desde ahí, pasé bajo este, y seguí al final de la calle, hasta la Iglesia de San Alfonso de María de Ligorio sobre el Esquilino, ahí a la derecha se veía Santa María la Mayor, y debí tomar por la Vía San Martín a los Montes, pero distraído por la belleza de las calles tomé la izquierda, crucé en la siguiente a la derecha y seguí recto por la Vía Juan Lanza hasta donde se unen en vértice, y ahí crucé a la derecha hacia el hostal que sería mi morada, construido en lo que parece haber sido un antiguo edificio religioso por las imágenes que al interior pude contemplar.
II. Una Mejor Ruta
Aun siendo buena y hermosa, puede que esta ruta no haya sido la mejor. Una de las siguientes veces que arribé a Roma fui hasta enfrente, y ya desde el vidrio se ve una plaza muy hermosa; sin embargo, decidí salir por la puerta de la derecha, hacia la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, a la cual ingresé. Luego uno puede ir a calle de enfrente de la Terminal de Roma, donde se encuentran varios museos, pero ya desde fuera se pueden observar las ruinas romanas de las Termas de Diocleciano, si uno continúa hasta la esquina, del lado de la terminal encontrará uno la estatua de San Juan Pablo II, probablemente el mejor Papa de la historia, y si uno cruza a la derecha podrá llegar al final de la calle antes de que se estreche, al edificio que parece de época romana o medieval del Museo Romano Aula Octagonal, aunque justo antes, frente a la una fontana donde destaca la magnificente Iglesia de Santa María de los Ángeles
Esta iglesia se dice medieval aunque a mí me parece antigua, y esto es porque es ambas, ya que Miguel Ángel Buonarroti la diseñó a partir del aula del tepidarium de las Termas de Diocleciano, templo erigido a iniciativa del papa Pío IV, Juan Ángel Médicis, otro papa Médicis además de León X, Clemente VII y León XI; mismo papa aquél que cerró el Concilio de Trento llevando a buen término la contrarreforma en la que participarían Carlos Borromeo, Felipe Neri e Ignacio de Loyola, y que sabiamente estableció excelentes relaciones tanto con Catalina de Médicis, su pariente, como con Felipe II, líderes de los 2 principales Imperios que se mantuvieron leales al catolicismo, bisnieta de Lorenzo de Médicis la primera y bisnieto de Isabel la Católica el segundo, casándose afortunadamente Felipe II con la hija de Catalina: Isabel de Valois en vez de Isabel I de Inglaterra, no solo por cerrar las filas católicas con la alianza hispano franca sino que por algo fue la reina virgen, por esa cara, y que lamentablemente fue reina de Inglaterra en vez de María I Estuardo a quien yo habría preferido; mas no solo por sí mismo sino por las relaciones que tenía, es un papa con el que simpatizo, y él mandó a construir esta Iglesia en honor a los cristianos que como esclavos construyeron las Termas de Diocleciano según la epifanía experimentada por el monje siciliano Antonio del Duca en este mismo lugar.
Tras visitar este lugar entonces uno puede regresar sobre sus pasos en la misma calle, caminando al costado suroeste de la estación de trenes, sobre la Vía Giovanni Giolitti. Si uno cruzase en tangente en la primera calle que continúa la del frente de la estación, llegaría a la parte trasera de la Basílica de Santa María la Mayor, la Plaza del Esquilino, en la siguiente llegaría uno al costado, en la siguiente al frente, en la séptima tras dos cuadras llegaríamos a un tope que nos obliga tomar la sexta o la octava, la octava es la primera que tomamos en la anterior ruta hacia el Parque Víctor Manuel II, mientras la cuarta, quinta y sexta calle nos llevan al frente, costado y espalda del Acuario Romano, edificio circular con un frente neoclásico, un edificio muy bello que sería hacia el que hay que ir, cruzando entonces en la quinta calle, ya que la entrada se encuentra al costado, aunque no se puede entrar libremente uno puede ver el edificio y su parte frontal desde aquí al costado, y talvez alcance uno a ver que en el jardín del frente hay unas ruinas romanas. Entonces aquí caminamos hacia la espalda del edificio y pasamos por la calle de atrás admirándolo, caminamos una cuadra más y luego cruzamos a la izquierda sobre la Vía Napoleón III para llegar al parque Víctor Manuel II y aquí ya sigue uno la ruta expuesta anteriormente por el Arco de Galieno, y al llegar a la Iglesia de la esquina en vez de seguir recto, como dije que debí haber seguido, o cruzar a la izquierda, como yo lo hice, conviene cruzar a la derecha hacia la Plaza de Santa María La Mayor. Es cierto que podemos llegar ahí siguiendo recto desde el parque, pero se pierde uno el arco romano y la Iglesia, y de igual manera, por ambas calles, llega uno a la Iglesia de frente, su mejor vista.
III. Santa María La Mayor
Siendo Roma capital de la Antigua Roma, de la Iglesia Medieval y Moderna y de la Italia Contemporánea, Santa María La Mayor es uno de los sitios cristianos más importantes para visitar. Para mí era especialmente relevante conocer esta Iglesia por ser una de las 5 Basílicas Patriarcales, porque originalmente no era un papa, sino 5 patriarcas, una pentarquía, compuesta por el Patriarca de Roma, el Patriarca de Constantinopla, el Patriarca de Antioquía, el Patriarca de Jerusalén y el Patriarca de Alejandría, sin embargo, tras el Cisma de Oriente, 4 de los Patriarcados quedaron en la Iglesia Católica Ortodoxa y 1 en la Católica Romana, el cual pasó a ser llamado Papa.
Las Iglesias Ortodoxas, con el Patriarca de Constantinopla como primero entre sus iguales, instituyeron nuevos patriarcados de los cuales hoy el patriarcado ruso de Moscú y el griego de Atenas son los más importantes. Sin embargo, los otros 3 patriarcados aún son disputados, el de Antioquía entre la Iglesia Ortodoxa Siria que no está en comunión con Constantinopla, 3 de las Iglesias Católicas Orientales en comunión con Roma pero autónomas y con liturgia y biblia orientales, y el patriarcado Ortodoxo en comunión con Constantinopla, el de Jerusalén es disputado por el patriarcado Ortodoxo en comunión con Constantinopla, un patriarcado latino adscrito a la Iglesia Católica y un patriarcado de los 4 adscritos a la Iglesia Ortodoxa Armenia, iglesia primitiva sin comunión con Constantinopla ni Roma y que fuera la primera Iglesia Cristiana en ser oficializada por un Estado en el 301 d. C., el de Armenia, 12 años antes de su despenalización en Roma y 79 años de la oficialización en Roma; y el patriarcado de Alejandría que es disputado entre la Iglesia Ortodoxa en comunión con Constantinopla, el patriarca y papa de la Iglesia Ortodoxa Copta, antigua también, con su mayor cantidad de feligreses en Etiopía y Eritrea y con muchas tradiciones judías, y el patriarca de una Iglesia Católica de rito Oriental en comunión con Roma.
La importancia para mí radica en la gran simpatía que tengo por todas las religiones ortodoxas orientales, tanto las que se independizaron antes del Cisma de Oriente y Occidente de Constantinopla y Roma como las surgidas después de este, ya que su estética antigua, sus templos, sus imágenes, sus liturgias en idiomas especiales como lo fuese otrora el latín en la Católica Romana, son para mí un deleite, al entrar a templos tan magníficos siente uno que de verdad es la casa de Dios, motivo por el cual tengo una gran simpatía por estas religiones que me transportan al pasado y a la épica, a diferencia de las iglesias protestantes, la tercera rama del cristianismo, que en mi experiencia americana son iglesias sumamente feas y banales, parecen más un centro comercial o centro de convenciones, no tienen arte ni cultura ni estética, aunque debo hacer la salvedad respecto a la estética protestante que pude conocer en el viejo continente, que no sé si es porque tomaron los antiguos edificios católicos o es una peculiaridad de sus denominaciones cristianas, así como la salvedad de los mormones que aunque su estética es demasiado moderna para mi gusto, al menos tienen una arquitectura identificativa y sus templos parecen templos, y con todo esto juzgo la estética y no la falsedad o verdad de las religiones citadas.
Ahora bien, en Roma hay 5 Basílicas Patriarcales, que correspondían a cada Patriarca cuando los 5 se reunían en Roma, antes del Cisma: La Basílica de San Juan de Letrán corresponde al Patriarca de Roma, el Papa, y fue su residencia durante más de mil años, la Basílica de San Pedro, corresponde al Patriarcado de Constantinopla, la Basílica de San Pablo Extramuros corresponde al Patriarca de Alejandría, la Basílica de San Lorenzo Extramuros corresponde al Patriarca de Jerusalén y la Basílica de Santa María la Mayor corresponde al Patriarcado de Antioquía. De ahí que visitar estas 5 Iglesias era de gran importancia para mí, y hospedarme cerca de una de ellas fue grandioso.
Además, la Basílica de Santa María la Mayor es una de las 4 Basílicas Papales, donde este es algo así como el párroco, aunque hay que decir que en 2006 Benedicto XVI decidió renunciar por motivos históricos y ecuménicos al título de Patriarca de Occidente y dispuso que sean llamadas oficialmente 4 de las citadas como Basílicas Papales, excluyendo San Lorenzo, disposición que propongo desdeñar y desobedecer, ya que tales acciones de ecuménicas no tienen nada, manteniendo el nombre histórico de Basílica Patriarcal y el título de Patriarca abre más las puertas a una reconciliación con el cristianismo oriental, pues se está reconociendo que hay otros patriarcas y no solo un papa, además que si San Juan Pablo II, el más ecuménico y carismático de los papas no lo cambió, no va venir este otro papa a cambiarlo, y además discrimina arbitrariamente una de las Basílicas, la de San Lorenzo. Por todo ello mi objetivo en Roma nunca fue visitar las supuestas “Basílicas Papales”, sino visitar las 5 Basílicas Patriarcales.
Además de todo lo antedicho, Santa María La Mayor es además una de las 7 Iglesias a visitar en Roma en peregrinaje, tradición instituida por el contrarreformador católico San Felipe Neri, el más afable de los contrarreformadores, aunque de esto me enteré ya estando en Roma, y demasiado tarde para hacer el recorrido, que incluye las 5 Basílicas Patriarcales y 2 más, una donde está un Santo enterrado y otra donde está un trozo de la Cruz traído de Jerusalén, yo solo visité 6 de las 7, una sin planificarlo, espontáneamente, aunque San Juan Pablo II propuso una alternativa a la del Santo que fue la que no visité, pero tampoco visité esta. Sin embargo, puede que la Ciudad Eterna me espere, incluso más interesante sería hacer tal recorrido en 2025, año del Jubileo, que de hacer tal peregrinaje a pie en un solo día se supone que según los cánones católicos obtendría la indulgencia plenaria, es decir el perdón, aunque no sé para qué me serviría, pues sin perdón oficial alguno ya he estado recorriendo el paraíso en este maravilloso y deleitante viaje de 2022, no parece el perdón necesario para ir al cielo porque ya fui una vez, aunque he de decir que aun si no fuese perdonado y el catolicismo no tuviera la verdad, el solo placer de hacer tal recorrido en un año tan simbólico me bastaría para querer hacerlo, falta ver si tendría el recurso económico para tal proeza.
La Basílica de Santa María La Mayor se construyó sobre un antiguo templo a Cibeles, la Diosa frigia de la Madre Tierra adoptada por los griegos y luego los romanos, al mismo tiempo es una de las 2 Iglesias en Roma que mantiene una base de estructura artísticamente paleocristiana, además fue durante un tiempo residencia de los Papas, ante algunos deterioros en San Juan de Letrán y antes del traslado a la Basílica de San Pedro. A la entrada de la Iglesia se encuentra una estatua de Felipe IV de España, El Grande o Rey Planeta, con el que simpatizo.
Aquí se encuentran 3 papas Sepultados. Está el papa Clemente VIII, que no me agrada demasiado, tanto por su política contraria a España y Ferrara como por su decisión final contra Giordano Bruno desautorizada por Juan Pablo II. Está el Papa Pablo V, Camilo Borghese, quien finalizaría la Basílica de San Pedro, enriqueció la Biblioteca Vaticana, fue mecenas de artistas, santificó a Carlos Borromeo y Francisca Romana y beatificó a Ignacio de Loyola, Felipe Neri, Francisco Javier, Isidro Labrador y llamó a los católicos a no jurar fidelidad al rey Jacobo I de Inglaterra tras el intento de este de subyugar a sus súbditos con juramento de lealtad tras el intento del católico Guido Fawkes de volar el parlamento inspirando luego la película de V de Venganza y la máscara de Anonimus, y no estando yo a favor de destruir el parlamento ni del juicio contra Galileo, tengo, sin embargo, un mejor punto de vista sobre este papa que del anterior.
Por último, está el papa Pío V cuya mayoría de políticas internas no son del todo de mi agrado, pero cuya política internacional, con su bula en contra de Inglaterra y especialmente contra Isabel I a la cual desdeño, liberando a los católicos de obedecerla y autorizándolos a asesinarla o destronarla, su política contra los calvinistas en Francia y su organización de la Liga Santa que derrotó al Imperio Otomano en la Batalla de Lepanto salvando al mundo cristiano del islam, constituyen motivos por los cuales simpatizo ampliamente con este papa, ya quisiéramos tener sus políticas hoy en día para liberar Europa del servil y humillante yugo Inglés y Estadounidense que criminalmente y cobardemente han provocado la guerra entre hermanos eslavos sin tener honor ni valentía alguna de luchar ellos mismos su guerra, evitar la pauperización de Europa en beneficio de Estados Unidos, y además evitar el fortalecimiento turco otomano que amenaza a nuestros hermanos griegos, armenios, sirios y kurdos, pero lamentablemente no hay un Pío V en la Europa de hoy en día.
La Iglesia es enorme y hermosa, tiene un atrio al frente con una columna en cuya cima está la Virgen María con el niño Jesús. Yo en realidad la conocí por detrás, que vale también verla, atrás tiene un amplio atrio llamado Plaza del Esquilino, pues esta zona es una de las 7 colinas de Roma llamada de esta manera. En lo personal me gusta mucho más su arquitectura a la espalda que la de frente por su color, majestuosidad y cúpulas, en cambio en frente la noto más apagada, salvo por el hermoso campanario que destaca. De cualquier forma, tengo la sensación de que vista desde fuera podría ser relativamente subestimada, es decir, indudablemente iglesias como la Basílica de San Pedro, la Catedral de Milán, la Catedral de Santa María De la Flor, la Catedral de Santa María Asunta en Pisa por solo citar las italianas, presentan una magnificencia exterior muy superior y de calidad internacional, y uno podría pensar que Santa María la Mayor no les puede competir, sin embargo el mayor tesoro de esta iglesia está en su interior, cuando entré en la Basílica quedé cautivado por su belleza. Tiene un blanco celestial y un dorado real que subyugan, la iluminación a través de las ventanas no podría ser más perfecta, uno siente estar entrando al cielo mismo. Tiene una cantidad de esculturas, relieves y decoraciones en justa medida, es elegante, soberbia, luminosa, digna de un pontífice o un monarca, es como entrar a la verdadera casa de Dios. Yo visité Santa María la Mayor después de visitar la Basílica de San Pedro, y aun así, me impresionó, no lo he meditado con detenimiento, pero puede que sea el más bello interior de una Iglesia que jamás he visto, aunque como mínimo estaría entre los 3 interiores más bellos que he visto.
IV. Justa de Caballeros, Mi Encuentro con el Gran Maestre de la Orden de Santiago
Ahora podríamos bajar por Vía Cavour, detrás de la Iglesia, para dirigirnos hacia el Coliseo, pero quizá sería mejor bajar por Vía Olmata, al costado del frente, luego cruzamos a la izquierda, y ahí se encuentra el New Generation Hostel Rome Center, uno de los lugares donde me quedé em Roma, un edificio antiguo a una cuadra de Santa María la Mayor, especialmente porque me quedé antes en uno de la misma franquicia bastante bueno, y debo decir que aun cuando probablemente sea la mejor opción por ubicación, precio y servicio en toda Roma y el servicio fue muy amable y óptimo, me pareció extremadamente caro ya que con ubicación y servicio similar compartido e incluyendo desayuno me salía el otro como a 20 euros y aquí me salía como a 40, que me parecía un exceso.
De cualquier forma, lo mejor aquí fue que conocí a uno de los mejores amigos que hice en el viaje, aunque también conocía a otro par de personas. Entre otros me hice amigo de un griego del que lamentablemente perdí el contacto. Luego, encontrábame yo en el comedor del hostal cuando recuerdo que entró una chica que me preguntó si el agua del grifo se podía beber, recuerdo haberle dicho que sí, ya que a mí me habían dicho que sí en todas las ciudades a donde llegué en Europa, aunque en realidad jamás vi a nadie hacerlo…: yo estaba preparando mi propia comida, unos fideos cocidos sin sal y solo con pimienta que encontré por ahí, pues soy pésimo cocinando, solo intentaba no morir, y estaba yo ahí tranquilamente comiendo cuando entra a la cocina compartida un sujeto de barba y bigote, como yo, pero con el pelo gris aunque relativamente joven en relación a su pelo, con el solo perfil que tenía no podría haber adivinado de dónde era, pero reconocí su vaso de mate con bombilla para beber la infusión, pues en casa tenemos de estos recipientes y mate que mi papá trajo de su viaje a Argentina. Entonces yo le hablé en español sobre el mate, y ahí empezamos la conversación.
Él era uruguayo, tenía 50 años y había hecho el Camino de Santiago, y luego siguió viajando por Europa y por ello nos encontramos ahí. Era un peregrino, un caballero andante al igual que yo, un caballero con mayor experiencia y sin caballo y con mayor edad había hecho semejante proeza de completar el camino de Santiago, era por tanto no solo un compañero caballero, sino además un maestro, era el Gran Maestre de la Orden de Santiago, protector de los peregrinos del Camino de Santiago. De nombre Néstor, este sería uno de los grandes compañeros de aventuras, juntos viviríamos unas épicas aventuras en la ciudad de Roma que narraré más adelante. Recuerdo también que uno de los días que estuvimos ahí salimos al jardín del hostal y me compartió algo de su comida, yo no tenía tanto dinero y comía sencillo y poco, por lo que su generosidad fue de mayor ayuda para mí de lo que él probablemente haya pensado, sin duda se gana mi gratitud.
Yo me despediría de él ahí mismo en el hostal dejándole un presente traído de mi Guatemala y partiendo para Atenas, él me dijo que estaba evaluando ir a Albania porque le había hablado de tal lugar un amigo, yo le dije que eso estaba cerca de Atenas, que fuera luego hacia allá. Nos despedimos y nos mantuvimos en contacto, y el destino nos reuniría una vez más, es el único de los amigos con los que vivimos aventuras en países diferentes, y quien sabe, quizá nos esperen próximas aventuras juntos cuando este yo vuelva a perder la razón y este Quijote cabalgue de nuevo salvando princesas, desfaciendo entuertos y combatiendo ya gigantes ya molinos de viento.
V. Camino al Coliseo
Al final de esta calle del hostal se topa uno con la Torre de los Capocci, una torre medieval altísima y grandiosa. Frente a esta torre podríamos tomar hacia la derecha, hacia abajo, cualquiera de las 2 calles paralelas desembocará en la misma Vía Cavour y ya ahí cruzar al llegar a la Vía de los Annibaldi desde donde ya se ve el Coliseo, que fue la primera ruta que yo tomé. Sin embargo, y aun siendo muy bella, considero más interesante estando ahí frente a la Torre, ir hacia la Basílica de San Silvestre que se encuentra detrás, que es muy hermosa, caminar por el costado y luego pasarla viendo de frente, si está abierta uno puede entrar y puede uno vivir unas aventuras subterráneas en una especie de capilla paleocristiana a la que se puede bajar y bajar. En el fondo hay unas puertas que están como cerradas por derrumbes, se puede uno sentir como Indiana Jones bajando por estas insólitas salas bajo tierra. Estando uno en la calle del frente de esta iglesia sigue uno por Viale del Opio, que ya solo con ese nombre se empieza a poner más alegre el recorrido. Cuando se divide la calle se debe cruzar a la izquierda, y entonces encuentra uno un parque lleno de ruinas romanas, muchas de ellas son parte de las termas del Emperador Trajano.
Más adelante se llega a la Plaza Martín Lutero con una fuente, ¿Qué hace una plaza dedicada a Martín Lutero en el centro de Roma?, no lo sé, me parece extraño por ser el centro del mundo católico y por la condena que hubo a su reforma, además que no hizo nada relevante por acá, como Giordano Bruno por ejemplo, que es razonable que aun habiendo sido condenado haya una estatua suya en esta ciudad. No obstante, he decir que el alemán Lutero junto con el checo Hus son dos revolucionarios protestantes que respeto, a Hus incluso admiro, ya que ambos se rebelaron a la jerarquía eclesiástica por motivos éticos, no políticos ni fanáticos como otros supuestos reformadores, y si bien sus acciones tuvieron consecuencias políticas, en su intención original nunca estuvo fragmentar la iglesia sino reformarla, de ahí que sea Reforma Protestante y que la Iglesia Luterana reconozca toda la historia de la Iglesia como suya propia y se considere la legítima continuación histórica siendo desde su perspectiva la jerarquía de Roma la que se separó, a diferencia de los restauracionistas que buscan saltarse toda la historia; además que su respeto y utilización de imágenes es de mi mayor simpatía, ya que me gustan mucho las estatuas y esculturas, ¿qué religión que se precie de divina no va a tener estatuas?, no hay peor pecado al arte y a la estética que destruir, perseguir o prohibir las imágenes, así como Nietzsche decía que no podría creer en un Dios que no supiera bailar, yo no podría creer en uno o varios Dioses que no gustasen del arte de la escultura y no quisiesen ser representados en tan bello arte.
Después del parque podemos encontrar una larga calzada con bancas para descansar, con una estatua del colega escritor Alfredo Oriani, y a un costado parte de la Domus Aurea o Casa de Oro, que cuando yo pasé estaba cerrada por reparaciones, pero que es recomendable visitar, siendo un fragmento del palacio de lujo que se construyó el Emperador Nerón, zona que quedó soterrada y fue redescubierta a inicios del renacimiento inspirando a varios artistas, entre ellos a Rafael. Ya desde esta calle, mientras descendemos, podremos divisar al fondo el edificio más bonito de Roma: El Coliseo Romano, llamado así, por cierto, porque en su momento fue construido a la par del Coloso de Nerón, hoy inexistente. Nerón, por más aversión que me provoque, se le puede reconocer la obra arquitectónica que impulsó, si bien gran parte se perdió, pues avergonzados de él y por su impopularidad en el pueblo, los siguientes emperadores construyeron sus termas, el Coliseo y demás edificios sobre lo que habría sido el Complejo Palaciego de Nerón, de ahí que haya quedado soterrado, algunas partes perdidas para siempre y otras conservadas gracias a este afortunado accidente de quedar bajo tierra.
VI. Lo que me quita el respiro y me habla de amor
Finalmente, arribé al Coliseo Romano, el lugar más bello de Roma, el edificio más grandioso de toda Italia. El Coliseo es una Maravilla, no hay estructura que se le compare, supera cualquier anfiteatro y aún ´más a cualquier estadio moderno. Atónito y estupefacto, embelesado con su figura, caminé hacia él y alrededor de él contemplándolo, mientras de fondo en la película de mi vida sonaba la canción “Dimmi cos’è, che ci fa sentire amici anche se non ci conosciamo, dimmi cos’è, che ci fa sentire uniti anche se siamo lontani, dimmi cos’è, cos’è, che batte forte, forte, forte in fondo al cuore, che ci toglie il respiro, e ci parla di amore. Grazie Roma, che ci fai piangere abbracciaci ancora, Grazie Roma, Grazie Roma, che ci fai vivere e sentire ancora una persona nuova.”, canción de Antonello Venditti que en español diría “Dime qué es, lo que nos hace sentir amigos incluso si no nos conocemos, dime qué es, lo que nos hace sentir unidos aun si estamos tan lejanos, dime qué es, qué es, lo que palpita fuerte, fuerte en lo profundo del corazón, que me corta el respiro y nos habla de amor. Gracias Roma, que nos haces llorar y abrazarnos de nuevo, gracias, Roma, que nos haces vivir y sentir una vez más una persona nueva.”
Hay muchas vistas que se pueden tener del Coliseo, desde lo alto, desde lo bajo, desde dentro, desde fuera. Yo caminé por todas las calles de alrededor más de una vez, me acerqué a él, toqué sus paredes y sentí que era real, yo no lo podía creer, había llegado, no era ya una fantasía o un sueño, estaba yo frente a esta Maravilla del Mundo Antiguo, mis ojos brillaban, al llegar al Coliseo Roma era mía, la había conquistado y yo me erigía Emperador. El metal de las espadas chocando de los gladiadores sonaba en el interior, la multitud ovacionaba, los leones rugían. Una multitud de personas en procesión y vestidas de blanco elevando en un estandarte una cruz caminaban alrededor del Coliseo, y seguidamente sus espíritus se elevaban hacia el firmamento. De la otra parte, los héroes de la arena con saludaban desde el podio de la victoria mientras de sus espadas caían gotas de la sangre aún tibia de bestias y hombres.
A un costado del Coliseo Romano se yergue imponente el Arco de Constantino, ahí tuve la oportunidad de saludar de nuevo al ahora colega Emperador, que hube saludado antes en Milán, precisamente cuando emitía el Edicto de libertad religiosa, quien aquí me trató cual si fuera yo uno más de la tetrarquía, pero en los tiempos de paz, si no habría sobrevivido… él. El sol ya caía en el horizonte y la Colina del Palatino, otra de las 7 colinas de Roma, y el Foro Romano estaban cerrados ya, sin embargo la Vía Sacra está siempre abierta, por lo que siguiendo por ahí puede uno llegar al Arco de Tito, que si bien es más pequeño que el de Constantino parece más grande al estar en una posición más elevada. Ahí pude saludar al Emperador Tito, aunque la impresión que me dio fue de sentimientos encontrados, pues en una mano tenía un martillo que le había entregado su padre, mas en la otra tenía una espada con sangre y un pedazo de muro lleno de lágrimas y lamentos. A su lado se encontraba Beatriz, una mujer inteligente y bella a decir verdad, si en algo difiero de los romanos es de su desprecio por las mujeres más aristocráticas y refinadas, cuando yo no puedo más que admirarlas.
Si uno continúa por esta Vía Sacra y luego por San Buenaventura, recorrerá uno una serie de imágenes que constituyen un viacrucis que finaliza en la Iglesia de San Buenaventura al Palatino. Al llegar acá me encontré en un camino sin salida. En un salón a la par de la Iglesia San Buenaventura parece que había una reunión, abrieron la puerta y me invitaron a pasar, pero no quise pasar, pensé que me habían confundido con alguien, parecía gente religiosa aunque no del clero. Al ser un camino sin salida se debe regresar y salir de nuevo hacia el Coliseo por el lado del Arco de Constantino.
A un costado del Coliseo, justo al lado opuesto del Arco de Constantino, del Arco de Tito y del Foro Romano, se encuentra una serie de cuadras que sobre la calle del Coliseo tienen diversos hoteles y restaurantes, bastante óptimos como para llevar a una princesa rusa de sílfide figura, tersa piel, elegante vestido y dorados cabellos, acaso no humana, sino la divina Diosa Venus, aunque si con orígenes varegos talvez se trate de la valquiria Ladgerda, de ahí que se parezca tanto a una Katheryn Winnick joven de iguales orígenes eslavos; algo plausible para un caballero como yo, aunque demasiado caros como para la supervivencia de un vagabundo como yo. Puede que haya aquí una historia por contar, si me sigues y comentas mis escritos y publicaciones en redes talvez la cuente con más detalle.
Siendo mi lugar favorito de Roma, vine aquí al Coliseo una y otra vez, cada vez que iba a alguna parte venía al Coliseo y de aquí partía hacia donde tenía que ir, cualquier pretexto era bueno y su ubicación céntrica es óptima para ir hacia cualquier sitio de la ciudad, por ello cada vez que estuve en Roma vine al Coliseo, el lugar más imperdible, impresionante y grandioso de Roma.
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