Oz y las Mariposas, unas azules y otras rosas
Todo empezó un día aireado, cuando un viento ruin robó los pétalos a aquella flor. El mago de Oz no sabía cómo ayudar a repararla, pues no era como aquella muñeca de porcelana cuyas piernas pegó, sus pétalos no podía pegarlos. Pero Dios le descubrió qué magia podía usar, y salió al día siguiente en búsqueda de un tesoro que tomó en sus manos y convirtió en mariposas rosadas y azules, que días más tarde fueron enviadas al jardín de occidente, pero no pudieron encontrar la flor, sino hasta varios días después, y cada una se posó sobre ella para ser sus nuevos pétalos, para que recuperara lo perdido con alegre sorpresa y para dar color y melodía a su vida, y el mago de Oz estaba muy feliz de haber podido ayudar con su magia, magia proveniente de su Fe y su Corazón. Pero días después las puertas del jardín se cerraron, y separado muy lejos quedó de aquella flor, aunque mucho tiempo después el mago logró ver a través de las rejas, y vio que aquella flor aún lucía los pétalos de mariposa que le había enviado, y aquella noticia alegró mucho su Corazón.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
El Comandante de las Letras
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
Escrito probablemente en 2016
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