Historias de Guerra y Revolución: El Comandante Simón 4
(Esta es una historia basada en la vida real, contada por sus protagonistas y testigos. Los nombres de los personajes y los lugares donde ocurrieron los hechos han sido modificados para proteger a sus relatores)
La historia que venimos narrando (Click para la Tercera Parte), llega a su final. La guerra finalizó un 29 de diciembre de 1996, cuando guerrilla y gobierno firman la paz. Pero lo cierto es que esa paz no es querida por la guerrilla, es impuesta, los jefes deciden firmar la paz, pero los hombres y mujeres que lucharon y entregaron años, incluso décadas de su vida a la lucha armada por un mundo mejor, ven como aquel mundo mejor que soñaron no será construido, firmar la paz es como una derrota, y su consigna era ¡Patria o Muerte!, no están muertos, pero tampoco han triunfado... eso para ellos es peor.
El Comandante Simón no está de acuerdo con la firma de la paz, pero sabe que no puede hacer nada. Finalmente la paz es firmada, unos acuerdos que ellos sabían que el gobierno jamás cumpliría. El día llega, y se reúnen en un campamento los desmovilizados, y en ese momento el Comandante Simón, el profesor Diego Robles, tiene una idea junto a otro compañero. Saben que es la última vez que verán a muchos de sus compañeros de lucha, y no quieren perder la oportunidad de salvar un pedazo de historia, así que se ponen a recoger testimonios de los demás compañeros, testimonios impactantes, conmovedores, aterradores, inspiradores, de toda clase. Posteriormente publicarían aquellos testimonios, todavía bajo pseudónimo por temor a las represalias, un pseudónimo distinto a sus nombre y también distinto a su pseudónimo de guerra.
Platicar con él hace ya varios años fue una experiencia grandiosa, después de la guerra fundó una ONG con la que intenta ayudar a su municipio, don Diego Robles no obstante refleja un sentimiento muy duro y profundo del sentir de la guerrilla, ese sentir muy distinto al de los revolucionarios del 44, quienes expresan un gran optimismo al haber triunfado una vez(como Alfonso Bauer, con quien platiqué, por ejemplo); el sentimiento de la guerrilla en cambio es triste, porque sienten que fueron derrotados con la firma de la paz, porque aquellos acuerdos no construyeron el país mejor que soñaban, y porque la consigna de lograr la libertad o morir en el intento no llegó a realizarse.
Esto combinado con la triste pérdida de tantas vidas de hombres y mujeres ejemplares, una generación perdida de personajes valiosos que habrían podido construir una mejor Guatemala, vidas que entregaron en vano, pues la causa nunca llegó a realizarse. Es duro escuchar a don Diego Robles decir que preferiría estar muerto, que habría preferido morir en combate, en batalla, porque esa era la idea revolucionaria, que tuvo muchos amigos que murieron y que no debían morir, pero que él es quien está aquí, y continuará trabajando por construir una mejor humanidad.
En San Arévalo Bermejo, municipio de Guatemala, él es reconocido por haber sido de los pocos que no solo eran revolucionarios de palabra, sino que de verdad arriesgó su vida por sus ideales, además que hoy en día sigue luchando por ayudar a los más necesitados. Por ello hoy rindo homenaje a este admirable personaje, salvando su historia para la posteridad.
Desde el tintero del corazón
Pintando con palabras y sueños
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