Ser Maestro
Ser Maestro implica una gran responsabilidad ante la sociedad, porque supone que el maestro es una persona que tiene una preparación especial, tanto en su formación personal en cuanto a principios éticos y morales, costumbres y formas de vida en general, como en los aspectos cultural y profesional.
Debe entonces preocuparse por responder a ese concepto, de tal manera que sin llegar a pretender ser un sabelotodo, y mucho menos un santo, pueda ser para sus alumnos y la comunidad un digno ejemplo en lo que se refiere a su comportamiento y capacidad.
Lo contrario daría lugar a desacreditar su imagen y a convertirlo en uno más del montón, sin esa característica especial que debe identificarlo y darle distinción.
El maestro debe interesarse siempre por ocupar el verdadero lugar que le corresponde en la sociedad, porque él no es un trabajador común y corriente, o al menos no debería serlo, porque su material de trabajo es humano, y ese material requiere delicadeza, amor y entrega.
Y así como en el mueble se refleja la delicadeza y la categoría del trabajo del carpintero; en la belleza de un cuadro la del artista, así, en la calidad humana del discípulo, debe reflejarse la del maestro.
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Del compendio "El profe y la seño", página 34
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