¿Ya compró su celular?
¿Ya tiene usted su celular?, ese aparatito que muchos lucen muy ufanos prendido al ciento, o menos vanidosos, guardado en una bolsa o metido entre el morral, y ellas, en la cartera o el bolsón, y a todos les sirve para llamar o que los llamen.
¿Quién iba a imaginar hace apenas unos años, poder comunicarse con alguien a distancia a través de ese diminuto artefacto del tamaño de un guapinol o de una pepita de mango?, es realmente inaudito.
Pero así es, la tecnología ha avanzado de tal manera que el día de mañana hasta vamos a ver en la minúscula pantalla de nuestro celular, a la persona con la que hablamos y quizá, hasta podamos darle la mano, un beso o un abrazo fraternal.
Lo cierto es que hoy por hoy, en cualquier parte, vemos a gente hablando en su mágico aparatito para presumir y sentirse copetudo por el hecho de poseerlo; algunos cuando hablan de él lo hacen pavoneándose de un lado a otro y haciendo un montón de gestos y ademanes, que más parece que estuvieran declamando.
Y algo más, se paran, los más modestos, por ahí, en cualquier rinconcito, pero los más ufanos se pueden hasta cruzar la calle con tal objeto en la oreja que ni siquiera se dan cuenta, y peor aún, otros lo usan cuando van manejando, ocasionando en no pocas ocasiones, graves accidentes.
Así que si aún está en ayunas con el uso de este novedoso adelanto tecnológico, actualícese lo antes posible, aunque no tenga quien lo llame, ni lo sepa manejar, ya todo el mundo lo usa y ni modo que usted se quede atrás.
San Antonio Husita, Huehuetenango, Guatemala
2 de febrero de 2005
Del libro "Lo cierto es que tengo mis dudas...", páginas 43-44
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