TÚ LO PROMETISTE
Yo le dije un día a ella que era maravilloso tenerla junto a mí, que me agradaba mucho estar con ella, que ella era como una luz que alegraba mis días, le pedí que saliéramos más frecuentemente, porque un día ella se iría, y mi destino era la soledad. Ella me dijo que ella no se iría, que siempre iba a tener tiempo para mí, que siempre que la necesitara ella iba a estar ahí para mí. Yo le dije que no era que ella ya no quisiera algún día reunirse conmigo, sino que no iba a poder hacerlo, y aludí a su situación…, y que no podría en el futuro reunirse a solas conmigo, y que sabiendo que mi destino era de desolación, quería aprovechar al máximo el tiempo junto a ella. Ella me dijo que no, que no me preocupara, ella me dijo: “Te prometo que siempre estaré ahí para ti.” Yo sonreí, incrédulo, y por dentro lamenté que lo hubiera prometido, porque creía que no lo iba a cumplir. Meses más tarde, cuando a pesar de toda adversidad ella estaba ahí siempre, finalmente le creí, y vi que su promesa era cierta. Pero días más tarde todo cambió, yo había pensado que ella se refería a que ella siempre estaría para mí en cuerpo y alma, como lo estuvo buen tiempo, no que estaría por siempre aquí en mi corazón, solo ahí, desgarrándome el corazón por dentro cada día y cada noche, cada hora, cada minuto, cada segundo de su ausencia, día tras día ahí, atormentándome por siempre…
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Guatemala
Escrito en enero o febrero de 2018
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