El Ocaso del Socialismo del Siglo XXI
A continuación, expondré y fundamentaré mi opinión, mi criterio, pero si quieres un análisis más objetivo puedes leer esta serie de artículos que escribí hace un tiempo: La Oveja Negra: 1. Introducción 2. Petrozuela y su Veneóleo 3. ¿Socialismo? ¿Escasez? ¿Fronteras? 4. La Doble Doble Moral.
Probablemente por aprender más sobre política, me he vuelto cada vez más apático a los fenómenos políticos, que, aunque no me son indiferentes, tampoco me apasionan como antaño; o quizá sea que mis ideales, mi fe y mis sueños vienen partiéndose la cara con la realidad desde hace un tiempo, en todos los ámbitos, y el político no es la excepción. Por ello me alejo del mundo político, buscando más un camino por el arte, donde la ficción pueda ser refugio lejos de ese mundo frío y cruel llamado mundo real.
Pero bueno, aún hoy en día me gusta el tema político, si bien con mayor desencanto, y si escribo, no es con la intención de generar un cambio que yo quisiera, porque lo considero imposible, y lo poco que se puede cambiar no es suficiente para mi ambición, así que el manifestar aquí mi opinión tiene dos motivos, uno es expresar mi posición política como parte de la definición de mi identidad de hoy, que no es la misma que era ayer, y el segundo criticar un poco la doble moral y los motivos en los posicionamientos políticos de otros.
“No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo”, diría Michel Foucault, y es que mañana puede que no piense igual que hoy, como hoy no pienso igual que ayer, ya el mismo autor diría: “ustedes piensan que llevo tantos años leyendo e investigando, para pensar siempre igual”, la lealtad a una ideología, a unos principios, a unos valores, a una creencia, a una persona, o a una forma de ser, está sobrevalorada, no estoy afirmando que no valga, vale, pero menos de lo que se piensa, pues para progresar y hasta para razonar, el cambio es necesario, “contradecirse, es un deber”. Y digo esto porque mi forma de pensar ha cambiado radicalmente en muchas facetas de la vida, y la política no ha sido la excepción, así que lo siento por quienes esperaban que aún tuviese la sangre roja y el corazón a la izquierda, porque ahora mi sangre es negra.
Así que lancémonos al punto: ¿Venezuela es una dictadura actualmente?, para mí sí, aunque les duela a los colegas de izquierda, siempre que me preguntan esto yo respondo con una pregunta, “depende”, depende de qué considere alguien una dictadura, porque finalmente es un problema más de lenguaje, podríamos definir todos los gobiernos de la tierra como dictaduras, pues siempre existen élites y grupos de poder que a través de las instituciones creadas dominan a la sociedad, o podríamos definir a todos como democracias, porque aunque sea un monarca, un militar golpista o lo que sea, el pueblo lo tolera, no se rebela, es cómplice, pues permite que le dominen, un pueblo que quiere ser libre muere antes que dejarse dominar; o incluso puede ser que el monarca o dictador sean, de hecho, muy populares, así que si el pueblo los quiere, ¿por qué los vamos a considerar dictadores solo por no haber llegado mediante el voto? Pero desde mi definición sí lo es, sin embargo, para mí, el ser una dictadura no lo hace mal gobierno, aunque sí considero que el gobierno de Maduro es un mal gobierno, pero no por el motivo de ser una dictadura.
Mi definición de dictadura está vinculada a mi definición de democracia. Ya WhyMaps nos da una definición diferente de democracia aquí, pero por motivos prácticos, yo sigo llamando democracia a los que él llama gobiernos de tipo representativo. Ahora y aquí, para mí una democracia es un sistema político, en el que una mayoría de la población elije periódicamente representantes que expresen su voluntad y gobiernen el Estado. Estas elecciones deberían tener además dos elementos fundamentales para considerarse democráticas, uno es que no deben estar excluidos grupos de personas de participar, salvo por razones de haber sido condenadas por un delito, incapacidad volitiva o minoría de edad (aunque estaría abierta la discusión sobre cuál sería esa edad). Y dos, que no exista un fraude vinculante, con vinculante me refiero a que la irregularidad sea tal que el resultado final de la elección sea modificado. En este sentido, una dictadura sería un gobierno de facto, que gobierna por la fuerza, ya sea llegando al poder mediante una revolución, un golpe de Estado, un artificio legal o un fraude electoral, y/o que se mantiene en el poder sin realizar más elecciones o realizándolas de forma fraudulenta y manteniéndose en el poder mediante artificios legales.
En el caso de los gobiernos del Socialismo del Siglo XXI, en mi caso, como sabrán, yo fui simpatizante de Hugo Chávez, de hecho aún lo soy, no de forma comprometida como con Fidel, pero considero que era un gobernante capaz, carismático y proactivo, que en su momento hizo a Venezuela protagonista de la coyuntura mundial en forma positiva, aunque hoy lo hayan olvidado los colegas de derecha, que en aquellos tiempos muchos se taparon la boca al ver los éxitos que tenía la revolución bolivariana, estaban tan calladitos como hoy lo están los de izquierda al ver los fracasos de la misma revolución; pero claro, hoy todos somos anti-revolución bolivariana (no es sarcasmo, yo estoy también en contra actualmente), pero no debiésemos olvidar la admiración que despertaba antaño. En este contexto, y lejos de ideologías, considero que Hugo Chávez gobernó democráticamente hasta su muerte, sencillamente porque el pueblo lo reelegía mediante elecciones periódicas, y su popularidad era evidente; si él era un demócrata, no sabría decirlo; si él hubiese perdido una elección, ¿habría entregado el poder tranquilamente a la oposición?, no sabría decirlo, pero hechos demuestran que sus gobiernos fueron democráticos, hayan sido buenos o malos, porque también la democracia da a luz malos gobiernos, como los gobiernos de facto dan también a luz buenos gobiernos. Algunos me juzgarán acá, que la reelección no es democrática, mas Franklin Roosevelt se reeligió también 4 veces, murió en el cargo, y nadie sensato lo consideraría un dictador, así como también han repetido Juan Manuel Santos, Lula, Correa, Bachelet, Cristina Fernández, y otros que no murieron en el cargo, pero sí se reeligieron, y eso no les da la etiqueta de dictadores. Por otra parte, con estos presupuestos, yo estoy completamente de acuerdo en considerar a Fidel Castro como un dictador durante su gobierno de 1959 a 1976, ya que llega mediante la fuerza de una revolución, y se mantiene en el poder sin realizar elecciones, aunque no estaría de acuerdo en considerarlo un dictador desde 1976 en adelante, a razón que a partir de allí se eligió mediante voto popular; y este hecho de considerarlo un dictador durante la primera etapa, no lo hace un mal gobernante para mí, de hecho me parece que ha sido mejor gobernante que muchos gobernantes electos democráticamente.
Ahora bien, llegamos entonces a Nicolás Maduro, quien en los presupuestos dados, considero que se eligió democráticamente en 2013, (elección que considero errónea por parte del pueblo venezolano, en aquella época, si hubiese yo sido venezolano, probablemente sería de los equivocados, pero el hecho de haber elegido un mal gobierno no lo hace dictatorial ni lo hace dejar de ser democrático), democracia que se extendió hasta las elecciones de diciembre de 2015 en que la oposición gana la mayoría en la Asamblea Nacional de Venezuela. El gobierno de Maduro dejó de ser democrático, en mi opinión, a partir de la sentencia del 13 de enero de 2016 que declaró el desacato de la Asamblea Nacional electa, aberración jurídica que sirve de artificio para no permitir el gobierno de un poder elegido democráticamente. El que en ese momento comience la dictadura, no evita que desde antes el gobierno de Maduro haya sido malo e ineficiente, pero tampoco le quita el que haya sido democrático; afirmar lo contrario, como muchos de derecha que afirman que la dictadura viene desde la época de Chávez, sería afirmar también la ilegitimidad de la Asamblea Nacional elegida bajo el gobierno del régimen, y por tanto la ilegitimidad de Guaidó, pues eso sería lo coherente. A esto deberíamos de sumar que coherentemente, no fue nada democrático ni constitucional y sí muy dictatorial el golpe de Estado de 2002 dado por la oposición, como el que intentó dar Chávez en 1992, por muy populares o beneficiosos que pudiesen haber sido tales golpes. Regresando al gobierno de Nicolás Maduro, la dictadura se confirma y se mantiene con la negativa de someterse a Referéndum Revocatorio, a diferencia de Chávez que sí se sometió, y con el saboteo con los cambios de fechas y la inhabilitación de partidos y candidatos, de las elecciones presidenciales de 2018.
Ahora bien, en el caso de Guaidó, considero que sí es electo democráticamente, por tanto contrasta con la dictadura, aunque como ya he dicho, estos conceptos por sí mismos no definen algo bueno o algo malo; pero en este caso, considero que un gobierno presidido por este personaje opositor venezolano sería considerablemente más beneficioso que el actual, y si yo fuera venezolano, lo apoyaría. Sin duda Guaidó tiene más carisma que Maduro, más bien, Guaidó sí tiene carisma, y además considero que realizaría un mejor gobierno, es sin duda la mejor opción para el pueblo venezolano, si bien tampoco lo considero la quintaesencia de todos los gobiernos posibles. Mi opinión simpatiza, por tanto, con la derecha venezolana.
En el caso de Nicolás Maduro, considero que el mayor problema del gobierno ha sido su incapacidad, su ineptitud en ejercer el gobierno, tal ineptitud resulta perjudicial para el pueblo venezolano, pero también lo resultará para ellos. Considero que el gobierno de Nicolás Maduro no solo carece de ética, sino también de estrategia, dos pecados que no pueden ir juntos sin acarrear la antipatía de todos los sectores, porque la capacidad estratégica, aunque no se tenga ética, genera la admiración de los demás, la ética aunque no se tenga capacidad estratégica genera un respeto y simpatía por quien la tiene, pero al carecer de ambas resulta indefendible para las personas razonables como las honestas. Me asombra sobremanera el hecho que aún se mantenga de pie el gobierno, y no es el mismo caso de Cuba que con Fidel a la cabeza, todo un estadista, y además carismático líder, logra resistir durante alrededor de una década la crisis del Periodo Especial, además con una gran campaña internacional que llevó a Cuba del aislamiento total a un apoyo de todos los países del mundo, que durante el último gobierno de Obama llegó incluso a tener en la ONU todos los votos de los países del mundo a favor, cero en contra y dos abstenciones de Estados Unidos e Israel. El caso de Venezuela con Maduro es diferente, no lo sé, pero quizá con Chávez habría sido diferente, quizá él habría tenido más carisma y capacidad para que Venezuela no se hundiera tanto ni perdiera tanto el apoyo y credibilidad nacional e internacional, pero Maduro no ha tenido para nada esas características, y eso lo pone en una posición más cutre, pero también más débil, tanto que considero que su gobierno ha sido más vulnerable que el de Brasil, Argentina o Ecuador, en los que el panorama político cambió antes que en Venezuela. Entonces, ¿por qué ha resistido más el gobierno de Nicolás Maduro? Algunos dirán que por el uso de la fuerza, por su autoritarismo, pero no estoy de acuerdo, en realidad su gobierno es demasiado débil y cobarde, porque si fuese lo suficientemente valiente para ser de verdad dictatorial, habría acabado y disuelto ya hace un buen tiempo la Asamblea Nacional, no se habría retrotraído de absorber las funciones legislativas el Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia, y no habría ningún líder opositor vivo y libre en Venezuela, eso sí sería utilizar la fuerza y radicalizar el régimen, aplastar a la oposición, y atornillarse por la fuerza al gobierno, pero no, ahí anda libre Guaidó, Capriles, Maria Corina Machado, Ramos Allup, estos líderes, si Maduro fuera de verdad cruel pero capaz y estratégico, no podrían estar libres y vivos. Otros dirán que se mantiene por el apoyo ruso y chino, pero no estoy de acuerdo, la impopularidad interna de Maduro es demasiado grande, y aunque es cierto que Rusia ambiciona quedarse con Citgo y así controlar el consumo de gasolina en Estados Unidos, así como ambos con China esperan cobrarse la deuda en petróleo, no es menos cierto que el interés estratégico de Venezuela es mucho menor que el de Irán o Siria, que el declive económico y de producción petrolera pone en riesgo el cobro de la deuda por ambos países, y que el interés y el poder en la región por parte de Estados Unidos es mucho mayor, y si pudo con el gigante brasileño que también tenía alianzas con Rusia y China, ¿por qué no con Venezuela? La respuesta para mí es sencilla, Venezuela le ha convenido bastante a Estados Unidos, pues antaño era inspiración de izquierdistas en toda América Latina y el mundo, en cambio hoy es una fábrica de ultraderechistas, y aprovechando que están haciendo las cosas mal, ¿por qué no dejar que se hundan y luego ponerlos como ejemplo de lo que no queremos que otros hagan?, y así, Venezuela ha sido el referente ahora para derrocar a otros gobiernos de izquierda, que no lo estaban haciendo tan mal como Venezuela, tal es el caso de Argentina, Brasil y Ecuador, que sin duda han sido importantísimas victorias para la derecha, una ganada legítima y democráticamente (Argentina), otra mediante un golpe de estado dictatorial (Brasil) y otra mediante una traición ilegítima aunque democrática (Ecuador), victorias que probablemente no se habrían obtenido sin mantener ahí a Venezuela y a Maduro, y eran países con economías muy pujantes e importantes, probablemente más que las de El Salvador, Nicaragua, Bolivia, Cuba y las islas del caribe que apoyan a Venezuela, por tanto, ya derrocados aquellos gobiernos, quizá sea ahora sí el momento de dar el empujón final a Maduro, recuperar Venezuela, y así poner nuevamente un ejemplo de que la derecha sí funciona.
Por todo esto, considero que el principal responsable de que Nicolás Maduro esté aún en el poder no son sus aliados ni su poder propio, sino Estados Unidos, que es además a quien más le ha convenido mantenerle en el poder, y por otro lado, para la gente de izquierda ha sido un gobierno nefasto e inconveniente, por ser fábrica de ultraderechistas. Por ello considero ingenua la actitud alegre, positiva y agradecida de aquellos derechistas ante las actitudes actuales de Estados Unidos, como ingenua también la actitud de los izquierdistas que se difaman a sí mismos intentando defender el indefendible gobierno de Maduro, y más bien la gente de derecha debería simpatizar un poco con tal gobierno por cuánto gracias a él han caído otros gobiernos de ese tipo en América Latina, y en cambio debería ser objeto de crítica y repudio de la gente de izquierda por el daño que hace a la imagen y a otros proyectos políticos de la misma. Todo esto considerando la información que nos publican los medios, que sin duda hay mucha que nos ocultan y que revelarían intereses y tratos que ni imaginamos y nos sorprenderían. Es esta, por tanto, mi opinión, de una Venezuela que ocasionó el alba del Socialismo del Siglo XXI, siendo también responsable ahora de ocasionar su ocaso.
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de Los Altos
27 de enero de 2019
También puedes ver el siguiente video, en donde de forma cómica muestro en parte mi alejamiento de las posturas políticas y mi desacuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro, y en parte mi simpatía por el youtuber venezolano Dross Rotzank:
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