Padre nuestro que vienes al mundo
a cumplir con tu excelsa tarea,
con valor, con cariño profundo,
decidido a ganar la pelea.
Portando las armas del trabajo,
del quehacer que honra y enaltece,
sin esperar ningún agasajo,
que en honor a la verdad, mereces.
Pero tú no esperas laureles
que pretendan ensalzar tu imagen,
lo que anhelas y en verdad prefieres,
es cumplir con tu deber de padre.
Recibe pues el cálido saludo
de quienes valoran tu grandeza,
de tus hijos, de todos los tuyos,
que son la razón de tu entereza.
Es justo reconocer tu entrega
a la tarea que Dios te asignó,
y ahí sigues con amor la brega,
cumpliendo con tu honrosa obligación.
Adelante papá con tu sueño
de darle a tu familia lo mejor,
dedicándole todo tu empeño,
tu afán, tu entusiasmo y tu calor.
Que celebres tu día radiante
con tus hijos, con toda tu raza,
que recibas cariño abundante,
que se llene de afecto tu casa.
Tú mereces gratitud y aprecio,
y que el mundo valore tu labor,
porque todo en él tiene su precio,
y a papá se le paga con amor.
Florencio Mendoza Granados
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Escrito en Junio de 2011
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