20. Arwa al-Sulayhi (Yemen 1048-1138. Destacada en Política, Guerra y Religión).
Salve Reina Arwa al-Sulayhi, la más grande reina que ha tenido el Oriente, portadora de la palabra del único y verdadero Dios Alá, y gobernante del más poderoso reino yemení. En medio de las arenas ardientes del Reino de Arabia como en las aguas húmedas del río Indo se escucha aún fuertemente el eco de tu nombre, Reina Noble, y puede que ni en Kairuán ni en el Cairo recuerden del todo a algún califa fatimí, pero sí que se recuerdan de la poderosa Arwa, la que con su apoyo a un Califa puso en el trono. Hoy vengo desde occidente, a rendirte mis versos vehemente, con admiración por tu sin igual genialidad, con contemplación a tu belleza cercana a la divinidad, impresionado por tu poder y determinación, por la inmortalidad de tu obra que hiciste con gran visión. ¡Arwa! gritan tu nombre en las mezquitas, rindiéndote honor y gloria todos los musulmanes, como reina por propio derecho en la jutba, como santa al ser hujja por los imanes reconocida. A ti sea el honor y la gloria sierva de Alá y reina de todos los mortales, bella poetisa, historiadora y experta en el Corán y el hadiz, bendita de Alá seas constructora de mezquitas, tus enemigos te temen pues la vida les arrebatas les quitas, mientras tus gobernados te admiran porque Califas e imanes pones a voluntad, en Yemen y Guajart aún tienes seguidores leales, y desde occidente mis letras te envío hasta el cielo y tus palacios reales.
BIOGRAFÍA:
Arwa al-Sulayhi, Arawa bint Ahmad ibn Muhammad ibn Jafar ibn Musa Uns-Sulayhi Al-Isma Iliyyah, As-Sayyidah Al-Hurrah, Al-Malikah, Al-Hurrah, Al-Hurratul-Malikah, o Malikat Saba Uns-Saghirah, son los nombres con que se conoce a esta gran reina de Yemen, nacida en Haraz, sobrina del gobernante de Yemen Ali al-Sulayhi, al quedar huérfana de niña fue llevada al Palacio Real de Saná, donde tuvo como su tutora a su tía Asma bin Shinhab, su futura suegra, cogobernante y esposa de Ali bin Muhammad, gracias a cuya formación se convirtió en una mujer muy educada e inteligente, recitadora de poemas y relatos, profunda conocedora de la historia, del Corán y de el hadiz.
Arwa era una mujer muy bella, valiente, fervorosa religiosa e independiente de carácter, que a sus 17 años se casó con Ahmad al-Mukarram bin Ali bin Muhammad As Sulaihi, obteniendo como mahr o dote la entera ciudad de Adén. Un año más tarde, tras la muerte de su suegro, su esposo se convirtió en gobernante de Yemen, pero fue incapaz de gobernar al enfermar y quedar paralizado y en cama, por lo que éste cedió todo su poder a Arwa, siendo mencionado su nombre en la jutba (o proclamación del nombre en las mezquitas del nombre del soberano), directamente después del califa fatimí de su tiempo, significando su autoridad a gobernar directamente y por derecho propio, siendo un honor que entre las mujeres reinas solo ella y su suegra llegaron a tener en la historia islámica.
Arwa reinó junto a su suegra como corregente hasta la muerte de esta en 1087, y aunque no apareció descubierta sino velada cuando asistía a los consejos de ministros y altos funcionarios a diferencia de como hiciese su predecesora y suegra, probablemente por ser más joven, interactuó siempre con los hombres directamente de tú a tú como iguales. Después de la muerte de su marido Ahmed al-Mukarram en 1091, Al-Mustansir Billah la animó a casarse con el primo de este, Saba ibn Ahmed, y ella aceptó de mala gana para mantenerse en el poder, pero no dejó que el matrimonio fuese consumado, y se mantuvo al frente del gobierno mientras que Saba ibn Ahmed vivía y hasta la muerte de este en 1101, fecha a partir de la cual continuó gobernando sola por 37 años más.
Durante su gobierno trasladó la capital de Saná a Jibla, por estar en mejor posición estratégica para la guerra y así poder destruir al gobernante Najahid Sa'id ibn Najar, de Zabid, atrayéndolo a una trampa y así vengar la muerte de su suegro. En Jibla construyó un nuevo Palacio, y transformó el Palacio en una Gran Mezquita, donde sería enterrada a su muerte. En Saná, mientras tanto, Arwa amplió la Gran Mezquita y la carretera de esa ciudad a Samarra fue mejorada. Arwa construyó numerosas escuelas durante su periodo, promovió la cultura y la educación de su pueblo, mejoró la economía y apoyó la agricultura, por algo la edad media fue la era de oro del mundo islámico.
El imán Al-Mustansir Bilah le otorgó a Arwa el rango más alto en la dawah yemení, el de Hujjat, que significa "la imagen viviente más cercana de la voluntad de Dios en vida", según la doctrina ismailí, en 1084, título dado a misioneros del islam, similar al de los santos de la Iglesia Católica, y que constituye en Arwa al-Sulayhi la única vez en toda la historia que tal estatus se otorgó a una mujer. Este título le fue dado por su gran labor a favor de la fe durante su gobierno. Durante su reinado los daes chiíes fueron enviados a India occidental, y por su patrocinio de las misiones, una comunidad ismailí fue establecida en Gujart en la segunda mitad del siglo XI, la cual todavía sobrevie hoy conocida como Dawoodi Bohra, Sulaymani y Alavi.
En un cisma y conflicto en 1094, Arwa apoyó a Al-Musta'li como legítimo sucesor de Al-Mustansir Billah como Califa Fatimí, y por la influencia y poder que ostentaba Arwa, tanto Yemen como India Occidental reconocieron a este imán como el nuevo califa fatimí, apoyo que fue fundamental para el califa. Así mismo apoyó al imán at-Tayyib para convertirse en cabeza del grupo conocido como el Taiyabi ismailí, mientras sus enemigos en Yemen dieron su respaldo a Al-Hafiz, pero fueron incapaces de sacar a Arwa del poder; y así, desde aquella época, la línea de sucesión continuaría hasta la actualidad a través de varios Taiyabi Duat, esto mientras los seguidores de Al-Hafiz, su enemigo, promotores del islamismo Hafzi, ligados fuertemente al régimen fatimí en el Cairo, desaparecieron tras la caída del Califato Fatimí en 1171 y la invasión ayubí de Arabia del Sur en 1173, sin embargo el grupo también ligado al califato fatimí de Taiyabi dawah iniciado y apoyado por Arwa sobrevivió a la caída del Califato y a la invasión con su cede en Haraz, y hasta la actualidad se mantiene vivo tanto en Yemen como en Guajart, en India.
Arwa gobernó hasta su muerte en 1138, siendo enterrada en la Mezquita que ella misma construyera en Jibla llamada Mezquita de la Reina Arwa, convirtiéndose su tumba en lugar de peregrinación, y siendo bautizada en su nombre la Universidad Reina Arwa en Saná, manteniéndose vivo el grupo Taiyabi dawah por ella fundado en Yemen y Guajart, último lugar donde ella hubiese enviado las misiones pregonando la fe musulmana, por lo que su legado se mantiene vivo en la actualidad.
VALORACIÓN:
La más grande política jamás vista en Asia, hábil y poderosa, determinada e inteligente, gobernante por derecho propio, líder en la política como en las guerras, victoriosa sobre sus enemigos, impactó todo el mundo árabe y el propio califato fatimí, así como la religión islámica con su grupo que fundó, que podría asemejarse al de las órdenes religiosas cristianas, el cual sigue vivo tanto en Yemen como en India, a donde envió misiones, siendo algo similar a santa del Islam, siendo la única con este título y siendo una de las únicas dos mujeres que como reinas fuese su nombre proclamado en las mezquitas, por lo que su impacto tanto en política como en religión y la guerra es innegable, y aunque no destacó especialmente en el arte o la belleza, tuvo un impacto también en estos ámbitos, siendo recordada por los pocos que observaron su rostro como una de las mujeres más bellas, e impulsando ella el arte, la arquitectura y la cultura en su reino, y aunque no impactó más ámbitos, impactó fuertemente los continentes de Asia y África en su historia medieval, moderna y contemporánea.
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