Una vez más nos inclinamos reverentes ante el altar de la patria, para rendirle nuestro tributo de amor y de respeto, en el mes en que surgió al mundo como nación independiente, en la fecha que marca el inicio de nuestra nacionalidad.
Al rememorar hoy aquel histórico acontecimiento, nos preguntamos si en verdad constituyó una auténtica independencia para el pueblo en general, o solo fue para una determinada clase social que vio en él la gran oportunidad de actuar en su propio beneficio, sin tener que compartir sus ganancias con el antiguo opresor.
Naturalmente que sí hubo verdaderos patriotas que lucharon por una causa justa y noble, hombres cuya única aspiración era ver a Centro América realmente unida, libre, soberana e independiente; pero pensamos que tales postulados, desde la fecha misma de nuestra separación de España no han sido más que ideales, sueños, aspiraciones, porque la esencia de los mismos solo ha sido disfrutada por unos pocos, dándole al pueblo unas cuantas migajas.
Al saludar a Guatemala en esta fecha trascendental de su historia, modesta pero conscientemente hacemos un llamado a todos sus hijos, para que sin odios, sin rencores, sin ambiciones ni fanatismos, y sin deseos de venganza, unidos todos en la oración del trabajo, la comprensión y la fraternidad, luchemos hombro a hombro por conseguir la verdadera independencia, la auténtica independencia.
San Antonio Huista, Huehuetenango
Del libro: "El Profe y la Seño, un libro para maestros(as)", página 10
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