Rencor
Con cuánto amor sembré entre mis anhelos,
la flor con que iniciara mis amores
y así adorné de besos y de flores
la tímida ilusión de mis desvelos.
Mas el fantasma intruso de los celos
me abasayó con ira y con rencores
y haciéndome un amante de dolores
huí de las caricias y consuelos
Y aconteció que un día, enajenado
y lleno de codicia sofocante,
cual lobo en agonía envenenado,
busqué de la venganza el cruel calmante
y lleno de dolor desesperado
maté al amor que tanto me había costado
Quetzaltenango, Guatemala
5 de diciembre de 2008
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