ARREPENTIMIENTO
Qué tanta fue mi juvenil ceguera
que por reír no vi que te marchabas,
tampoco que en las noches me añorabas
buscándome en mi frágil primavera.
Cuántas veces yo puse a tu experiencia
como añeja solera de los vinos
y no supe entender que mil destinos
se nutren de su basta consecuencia
Mas luego pasó el tiempo y con espanto
asumo tu legar, te he perdido,
y luego sin sonrisa y sin encanto
mi vana juventud ha sucumbido
solo llevo en mi alforja el desencanto
que como a ti, a mí fue repetido.
Comentarios
Publicar un comentario