La perspectiva del Amor y Esos Hermosos Ojos Café.
Dicen que el amor es algo maravilloso, sientes mariposas revolotear en tu estomago, al parecer eso que sientes son las alas de las mariposas, las personas cuando se enamoran cambian completamente, unas sacan a la luz ese lado cursi que nunca nos imaginamos que tendrían, otras no pueden dejar de hablar de esa persona, no hay nada en donde no la mencionen, todo es mi novio y yo o mi novia y yo, eso me enferma.
Soy una chica diferente a las demás, suelo usar jeans, blusas holgadas y zapatos bajos, nunca en mi vida me he puesto un vestido, los odio y no creo ponerme ninguno. Suelo leer libros de amor en donde los finales siempre son felices, aunque el amor es algo que no va conmigo. Cuando estaba en 6to grado me "enamoré" de un niño, era uno de los mas lindos del salón, de cabello castaño claro y ojos verdes, me ponía nerviosa cada vez que pasaba cerca de mí, mis compañeras decían que yo le gustaba, pero no era así, al poco tiempo él ya tenía novia, me sentí triste, con el corazón partido no porque en realidad eso no era amor. Desde entonces no me he fijado en ningún chico, hasta ahora...
Son las nueve de la mañana del día 18 de julio, me dirijo a la universidad, al entrar noto a una persona que llamó mucho mi atención, cabello castaño oscuro, ojos color café, de estatura alta con una sonrisa perfecta, él también se me quedo viendo, yo no sabia que hacer, nunca había pasado por esta situación así que solo le sonreí y seguí caminando. Entré a clase, durante toda la explicación del profesor no podía dejar de pensar en él, no podía ser, no me podía enamorar, no, eso no va conmigo, así que intenté prestarle atención a lo que el profesor explicaba.
Terminó la jornada de estudio, salí del salón y me dirigí a la cafetería, pedí una porción de papas fritas y un café, busque un lugar en donde comer, no había ninguno vacío, pero ahí estaba él, otra vez, -No importa, comeré afuera- pensé, pero él se acercó y me dijo:
-No pensarás comerte eso ahí parada verdad.
-No claro que no, es solo que no hay lugares disponibles, le dije un poco nerviosa.
-Puedes sentarte conmigo, claro si quieres.
-Gracias; le dije y nos dirigimos a la mesa en donde él estaba.
-¿Cómo te llamas?, me preguntó.
- Keiryn ¿y tú?
-Mathew
-Bonito nombre, ¿quieres papas? (¿Es en serio Keiryn, solo se te ocurre ofrecerle papas?) pensé.
-Claro, gracias, dijo Mathew tomando dos.
Y así estuvimos hablando durante un tiempo, sé que se llama Mathew, tiene 22 años y estudia medicina, es un tipo muy interesante aunque un poco misterioso, pero supongo que es lo que me atrae de él, no puedo negar que sus ojos me gustan tanto, ese color cafe parece envolverme cada vez que me miran, pero no, no puedo hacerme ilusiones con él, no quiero caer en eso del amor.
Siguieron pasando los días, Mathew y yo nos estuvimos conociendo, siempre me esperaba a la hora que salía de la universidad y me acompañaba hasta mi casa, no voy a mentir que comencé a arreglarme un poco mas, me ponía rimel, mi cabello rizado lo acomodaba buscando siempre que se viera bien y cambie algunas prendas de mi vestuario.
Después de varios meses así Mathew me dijo que me tenía una sorpresa, era sábado, ese día no íbamos a la universidad, me dijo que no preguntara nada solo que fuera a mi habitación, ansiosa fui a mi habitación, encima de la cama había una nota que decía:
Querida Keiryn, este tiempo que llevo de conocerte ha sido tan hermoso, nunca me imagine llegar a conocer a una persona como tú, fue tan repentino, te vi y ahora formas parte de mi vida, por eso hoy he preparado una sorpresa para ti, busca en tu armario, encontrarás una caja, pasaré por ti a las 7:30 pm.
PD: Ponte guapa, bueno aun más guapa.
Abro la puerta de mi armario y ahí estaba la caja que Mathew decía, la pongo encima de la cama, la abro y para mi suerte es un vestido,muy lindo la verdad, es color aqua, algo corto, con los hombros descubiertos y mangas cortas, acampanado, veo que aún hay mas en la casa, son unos tacones negros muy altos. Miro el vestido y lo pienso mil veces, no creo poder hacerlo, al final decido ponermelo, tengo que, Mathew lo compro para mi.
Me lo pongo, me queda perfectamente bien, me pongo los zapatos, me maquillo un poco y me levanto el cabello dejando unos que otros rizos sueltos para darle realce al vestido, voy al cuarto de mi mamá y busco un collar que vaya con el vestido, encuentro uno.
Ya estoy lista, son las 7:15 pm, Mathew no tardará en venir pienso.
7:30 en punto, el timbre de mi casa suena, oh no, siento el revoloteo de las mariposas en mi estomago, no puede ser.
Mi madre abre la puerta -Hola Mathew pasa adelante, Keiryn no tarda en bajar- le dice, mi madre siempre tan amable.
Me miro una ultima vez en el espejo, compruebo que todo este bien y bajo.
-¡Keiryn! dice mi madre asombrada, ¿Ese es un vestido? pregunta ironicamente.
-Si mamá, Mathew lo compró para mi, le digo mientras saludo a Mathew.
-¡Que hermosas estas! me dice él sonriendo.
-Gracias a ti, le digo.
Nos dirigimos al lugar en donde Mathew había preparado todo, esta un poco lejos, pero supongo que Mathew a de tener todo muy bien controlado.
Al llegar me doy cuenta que es un restaurante al aire libre que da a un lago hermoso, la verdad no tengo idea de en donde estamos, Mathew no me quiso decir.
-Buenas noches, pasen por acá señor y señora Lee, nos dice la señorita de la recepción.
Llegamos a nuestra mesa, nos sentamos y nos sirvieron un poco de vino.
-Señor y señora Lee, le digo con una cara de sarcasmo.
-Dentro de poco, me dice él y me toma de la mano.
Cenamos, hablamos de nosotros y tomamos mas vino, al terminar fuimos a dar un paseo por el sendero que tenía el restaurante.
Nos detuvimos a apreciar el lago en un pequeño puente.
-Gracias por el vestido, los zapatos, la cena, esto, todo esta muy hermoso. Le digo viendolo directamente a esos hermosos ojos color cafe.
-No hay nada que agradecer, me dice tomandome de las manos, te mereces esto y mucho más.
-No claro que no, le digo riendo.
-Claro que si Keiryn, sabes desde que te vi en la entrada de la universidad me pareciste una mujer diferente a las demás, tan bella, tan perfecta y tan imperfecta a la vez. No quisiera cambiar nada de ti, Keiryn, estoy enamorado de ti, y si lo sabe Dios que lo sepa el mundo ¡ESTOY ENAMORADO DE TI! y no quisiera tener que callarlo,¿ Keiryn quieres ser mi novia?
No se que hacer, que decir, nunca pensé encontrarme yo en esta situación, en un lugar desconocido, con un vestido y con un chico.
-Sí, le digo sin detenerme tanto a pensar, si quiero ser tu novia, estoy tan enamorada de ti, no quería aceptarlo pero ahora no hay porque negarlo, desde el primer momento que te vi me enamoré de ti, nunca me imaginé ponerme un vestido y menos por un hombre, pero lo hice por ti, y te quiero Mathew, te quiero.
-Yo también te quiero Keiryn, me dijo, me tomo de la cintura, me acercó a él y me besó, me besó tan profundamente que me di cuenta que todo este tiempo había deseado tanto ese beso.
Luego nos abrazamos y nos quedamos asi por un momento, inundados por el sonido del agua y el de nuestros corazones.
-Tenemos que irnos, le digo.
-¿Irnos? pregunta él con una gran sonrisa, no señorita, nos quedaremos, vamos, tengo una casa de campaña en el auto.
Me le quedo viendo tan feliz, lo abrazo y le doy un pequeño beso en la mejilla.
Esta noche dormiremos juntos, no me importa lo que venga después, disfrutaré este momento con él y seré tan feliz tanto como pueda, ahora entiendo porque las personas enamoradas se comportan de otra manera, pues el amor le da otra perspectiva a la vida.
Fin.
Sueños de Escritora.
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