LA CATA (CAPÍTULO VIII)
Me dejó en mi edificio, subí a mi apartamento, y me preparé para irme a acostar. Pero ya acostada, no podía hacer más que pensar en Ernesto, será que... no, solo debe ser porque lo conocí hoy. debo pensar en otra cosa y dormirme ya.
La semana fue pasando y no sé por qué estaba tan pendiente de la salida que tendríamos con Ernesto, por el vino seguramente, estaba tan emocionada de poder salir con Ernesto a Casa Rioja, por el vino, es que es una gran gentileza que él me de la oportunidad de ir a Casa Rioja, y como a mí me gusta la enología, no es porque me guste Ernesto, no, es solo un amigo, a mí lo que me gusta es la enología, y por eso quiero ir. Aunque..., no me ha escrito, ¿será que sigue firme su invitación?, pero no puedo escribirle yo a él, eso quizá se vería mal, no me escribió casi en toda la semana, ¿será que ya se le olvidó?
Llegó el día jueves, y ni siquiera me recordaba, es nuestro aniversario con Raúl, y me ha invitado a cenar. Me ha invitado a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, la verdad no estoy tan de humor después de enterarme de lo que hizo, pero él no sabe que yo sé, así que me puse un vestido cualquiera, de estos que él me ha regalado, y me preparé para salir con él. Vamos en el auto, y pone música de jazz, no sé cómo se llama la melodía, pero es la misma que estaban tocando en Lady Godiva cuando vi a Ernesto por primera vez. ¡Qué casualidad! Llegamos al restaurante, Raúl se baja, me abre la puerta, él es siempre muy caballeroso conmigo, nos dan una mesa para dos, Raúl me detiene la silla mientras me siento, luego se sienta él. Nos prenden las velas, el ambiente es bastante romántico, la luz es tenue, y suena música instrumental en el fondo, todo es muy lindo, pero esa canción en el auto me ha dejado a Ernesto aquí metido en la cabeza, ¡rayos!, tengo que sacármelo ya.
―¿Han decidido ya los señores qué van a ordenar?
―Tráiganos dos mar y tierra y dos güisquis.
―En seguida les traemos su orden.
(―El güisqui está bien, aunque habría preferido algún vino, pero bueno, Raúl siempre pide por los dos)
―Gracias amor por estos años a tu lado, tres años ya y cinco de conocernos, espero que la vida nos permita compartir muchos años más. (Me decía mientras tomaba mi mano)
―Gracias Raúl, no te hubieras molestado en traerme a un lugar tan caro, pero gracias, yo también espero que pasemos muchos años más juntos mi amor.
―No te preocupes por el dinero, yo cuido lo mío y le procuro siempre lo mejor. (Me dijo viéndome a los ojos, se fue acercando a mí, y sus labios rozaron los míos, uniéndonos en un beso apasionado)
Pero en eso, su celular sonó, y arruinó el momento.
―¿Vas a contestar?
―Lo siento amor es que es importante.
―Es nuestro aniversario Raúl, apágalo.
―No puedo amor, es del trabajo, permíteme un rato.
Se levantó y fue a hablar lejos, a él no le gusta que yo escuche sus conversaciones.
―Acá tienen, dos mar y tierra y dos güisquis.
―Muchas gracias. Puede ponerle aquí al señor.
―Con mucho gusto, ¿algo más en lo que les pueda servir?
―Así está bien, muchas gracias.
―Estamos a la orden.
En ese momento me llegó un mensaje, era de Ernesto: "Hola Danniela, espero que estés muy bien, paso por ti mañana a las 16:30, espero que estés preparada para la cata en Casa Rioja". No sé por qué su mensaje me emocionó, y le escribí "Claro, te espero, estoy ansiosa por catar esos vinos". El me envió un emoticón de manitas chocando, y luego yo le envié un emoticón de abrazo. Raúl venía ya para la mesa, salí de la conversación, y la archivé rápidamente, no sé por qué hice eso, y luego guardé el teléfono.
―Qué bueno que ya nos han traído la cena.
―Sí, gracias cielo por la cena.
―¿Qué tienes?
―¿Qué tengo de qué?
―Te ves como nerviosa.
―Ay amor, así siempre me pones tú.
Nos dimos otro beso, y continuamos platicando y cenando. Hasta cuándo íbamos cerca de la mitad él dijo:
―Amor, casi se me olvidaba que a ti te gusta más el vino. ¡Mesero, tráiganos dos copas de vino!
―No amor, no tengas pena, yo no quiero vino.
―No te preocupes, es nuestro aniversario, a mí me gusta el güisqui y a ti el vino, tomemos de los dos. ¡Dos copas de vino!
―No gracias, solo una para él por favor. En serio mi amor, es que no quiero revolver, me va a hacer mal.
―Está bien, entonces una sola copa.
―¿De algún vino en especial?
―No, solo que sea un vino blanco.
―Amor, va más un vino tinto con tu comida.
―Bueno..., pero yo quiero uno blanco, tráigame una copa de blanco.
―Con todo gusto señor.
Qué le voy a hacer, él nunca ha sabido nada de vinos, recuerdo que antes me hacía gracia, me daba mucha risa, pero ahora no sé por qué me decepciona que haga eso, o quizá es que va a revolver y eso no le sentará bien, me molesta porque puede arruinar nuestra noche. Pero al rato, no sé cómo le hizo o dónde las tenía guardadas, pero me dio un gran ramo de rosas rojas, y luego un violinista que él había contratado llegó a tocar a nuestra mesa, con lo que él sabe que me gusta la música. La verdad es que Raúl siempre es muy lindo conmigo, creo que no podría tener a mejor hombre conmigo, quizá lo que hizo solo fue un error, ¡cómo podría yo dejarlo o reclamarle si me ha dado tanto durante estos años!, Raúl tiene los ojos oscuros, tez blanca, pelo negro siempre bien peinado, a veces como hoy lleva su barba de candado, otras va bien rasurado, lo que sí es que va siempre pulcro y casi siempre vestido de traje, como hoy, me encanta verlo de traje, es un hombre de negocios, es cierto, tiene mucho trabajo y a veces me deja mucho tiempo, pero a veces tiene detalles tan lindos conmigo como hoy, hemos vivido tantas cosas juntos, lo amo.
Esa noche fue espectacular. Al día siguiente desperté, y no sé por qué pero esa noche soñé con Ernesto, qué raro, ha de ser porque hoy es viernes e iremos a Casa Rioja. Mi amiga Ana me escribe: "Hoy es el día amiga, qué emoción" y me pone emoticones de caritas alegres, yo le respondo: "sí qué emoción visitar Casa Rioja y conocer nuevos vinos" ―"ajá, sí los vinos, XD" "tienes que contarme todo lo que pase con Ernesto, eh" ―"Jajaja, claro. Seguro la pasaremos bien con los vinos" ―"O sin los vinos... jajaja" ―"Jajaja, ay Ana, cómo eres".
La verdad la emoción volvía..., por los vinos, en realidad estaba ansiosa por que llegara la tarde..., por los vinos, Ernesto era muy lindo en invitarme y ya quería verl..., ver los vinos que traerían. Me levanté, desayuné, me arreglé de una vez para ir a Casa Rioja, y como no volvería a casa, me puse uno de los vestidos que más me gusta, que todavía no había estrenado, elegí unos zapatos, una cartera, le envié unas fotos a Ana para que me dijera si estaba bien. ―"Te ves hermosa amiga, seguro Ernesto se derretirá por ti y no podrá resistirse a ti" ―"Ana, jajaja, cómo eres, es solo porque vamos a Casa Rioja y quiero ir acorde a la ocasión" ―"Jmm..., pero bien que estás estrenando vestido eh? rojo y bastante sexy, no te preocupes, seguro se fijará en ti" ―"No Ana, en serio, me vas a hacer sentir mal, mejor me voy a poner otro" ―"Amiga, yo solo te lo digo para que te sientas segura de ti misma, lleva el vestido, te ves muy linda, de por sí ya eres hermosa, y no es por Ernesto, cualquier hombre se moriría por ti, siempre te lo he dicho." ―"Gracias amiga, no creo que se mueran por mí jaja, tú porque me quieres, pero de cualquier forma tú sabes que yo soy leal y no le haría eso a Raúl" ―"Claro amiga, tú eres demasiado buena, jaja, yo sí aprovecharía. Pero acéptalo, Ernesto está guapísimo, y si estuvieras libre le harías caso" ―"Jajaja, bueno, la verdad es que sí me gusta, pero igual no creo que quiera nada conmigo, solo es porque tenemos en común el gusto por la enología, es genial encontrar a una persona así para ir juntos a estos eventos" ―"Uy amiga, tú en lo que estás, seguro que le gustas a él también. Pero de cualquier forma que disfrutes de tu salida, y no olvides contarme cada detalle de tu salida." ―"Gracias amiga, jaja, claro, te contaré." "Ya me debo ir, te tengo que dejar, gracias por tu apoyo y consejos" ―"Chao amiga, sabes que te quiero preciosa, eres la mejor" ―"Gracias amiga, tú eres la mejor para mí."
Salgo de casa y paso todo el día ansiosa por que llegue la tarde y pueda ver de nuevo a Ernesto, por el vino, para que vayamos juntos a Casa Rioja, sin duda será una tarde espectacular.
Continuará...
La semana fue pasando y no sé por qué estaba tan pendiente de la salida que tendríamos con Ernesto, por el vino seguramente, estaba tan emocionada de poder salir con Ernesto a Casa Rioja, por el vino, es que es una gran gentileza que él me de la oportunidad de ir a Casa Rioja, y como a mí me gusta la enología, no es porque me guste Ernesto, no, es solo un amigo, a mí lo que me gusta es la enología, y por eso quiero ir. Aunque..., no me ha escrito, ¿será que sigue firme su invitación?, pero no puedo escribirle yo a él, eso quizá se vería mal, no me escribió casi en toda la semana, ¿será que ya se le olvidó?
Llegó el día jueves, y ni siquiera me recordaba, es nuestro aniversario con Raúl, y me ha invitado a cenar. Me ha invitado a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, la verdad no estoy tan de humor después de enterarme de lo que hizo, pero él no sabe que yo sé, así que me puse un vestido cualquiera, de estos que él me ha regalado, y me preparé para salir con él. Vamos en el auto, y pone música de jazz, no sé cómo se llama la melodía, pero es la misma que estaban tocando en Lady Godiva cuando vi a Ernesto por primera vez. ¡Qué casualidad! Llegamos al restaurante, Raúl se baja, me abre la puerta, él es siempre muy caballeroso conmigo, nos dan una mesa para dos, Raúl me detiene la silla mientras me siento, luego se sienta él. Nos prenden las velas, el ambiente es bastante romántico, la luz es tenue, y suena música instrumental en el fondo, todo es muy lindo, pero esa canción en el auto me ha dejado a Ernesto aquí metido en la cabeza, ¡rayos!, tengo que sacármelo ya.
―¿Han decidido ya los señores qué van a ordenar?
―Tráiganos dos mar y tierra y dos güisquis.
―En seguida les traemos su orden.
(―El güisqui está bien, aunque habría preferido algún vino, pero bueno, Raúl siempre pide por los dos)
―Gracias amor por estos años a tu lado, tres años ya y cinco de conocernos, espero que la vida nos permita compartir muchos años más. (Me decía mientras tomaba mi mano)
―Gracias Raúl, no te hubieras molestado en traerme a un lugar tan caro, pero gracias, yo también espero que pasemos muchos años más juntos mi amor.
―No te preocupes por el dinero, yo cuido lo mío y le procuro siempre lo mejor. (Me dijo viéndome a los ojos, se fue acercando a mí, y sus labios rozaron los míos, uniéndonos en un beso apasionado)
Pero en eso, su celular sonó, y arruinó el momento.
―¿Vas a contestar?
―Lo siento amor es que es importante.
―Es nuestro aniversario Raúl, apágalo.
―No puedo amor, es del trabajo, permíteme un rato.
Se levantó y fue a hablar lejos, a él no le gusta que yo escuche sus conversaciones.
―Acá tienen, dos mar y tierra y dos güisquis.
―Muchas gracias. Puede ponerle aquí al señor.
―Con mucho gusto, ¿algo más en lo que les pueda servir?
―Así está bien, muchas gracias.
―Estamos a la orden.
En ese momento me llegó un mensaje, era de Ernesto: "Hola Danniela, espero que estés muy bien, paso por ti mañana a las 16:30, espero que estés preparada para la cata en Casa Rioja". No sé por qué su mensaje me emocionó, y le escribí "Claro, te espero, estoy ansiosa por catar esos vinos". El me envió un emoticón de manitas chocando, y luego yo le envié un emoticón de abrazo. Raúl venía ya para la mesa, salí de la conversación, y la archivé rápidamente, no sé por qué hice eso, y luego guardé el teléfono.
―Qué bueno que ya nos han traído la cena.
―Sí, gracias cielo por la cena.
―¿Qué tienes?
―¿Qué tengo de qué?
―Te ves como nerviosa.
―Ay amor, así siempre me pones tú.
Nos dimos otro beso, y continuamos platicando y cenando. Hasta cuándo íbamos cerca de la mitad él dijo:
―Amor, casi se me olvidaba que a ti te gusta más el vino. ¡Mesero, tráiganos dos copas de vino!
―No amor, no tengas pena, yo no quiero vino.
―No te preocupes, es nuestro aniversario, a mí me gusta el güisqui y a ti el vino, tomemos de los dos. ¡Dos copas de vino!
―No gracias, solo una para él por favor. En serio mi amor, es que no quiero revolver, me va a hacer mal.
―Está bien, entonces una sola copa.
―¿De algún vino en especial?
―No, solo que sea un vino blanco.
―Amor, va más un vino tinto con tu comida.
―Bueno..., pero yo quiero uno blanco, tráigame una copa de blanco.
―Con todo gusto señor.
Qué le voy a hacer, él nunca ha sabido nada de vinos, recuerdo que antes me hacía gracia, me daba mucha risa, pero ahora no sé por qué me decepciona que haga eso, o quizá es que va a revolver y eso no le sentará bien, me molesta porque puede arruinar nuestra noche. Pero al rato, no sé cómo le hizo o dónde las tenía guardadas, pero me dio un gran ramo de rosas rojas, y luego un violinista que él había contratado llegó a tocar a nuestra mesa, con lo que él sabe que me gusta la música. La verdad es que Raúl siempre es muy lindo conmigo, creo que no podría tener a mejor hombre conmigo, quizá lo que hizo solo fue un error, ¡cómo podría yo dejarlo o reclamarle si me ha dado tanto durante estos años!, Raúl tiene los ojos oscuros, tez blanca, pelo negro siempre bien peinado, a veces como hoy lleva su barba de candado, otras va bien rasurado, lo que sí es que va siempre pulcro y casi siempre vestido de traje, como hoy, me encanta verlo de traje, es un hombre de negocios, es cierto, tiene mucho trabajo y a veces me deja mucho tiempo, pero a veces tiene detalles tan lindos conmigo como hoy, hemos vivido tantas cosas juntos, lo amo.
Esa noche fue espectacular. Al día siguiente desperté, y no sé por qué pero esa noche soñé con Ernesto, qué raro, ha de ser porque hoy es viernes e iremos a Casa Rioja. Mi amiga Ana me escribe: "Hoy es el día amiga, qué emoción" y me pone emoticones de caritas alegres, yo le respondo: "sí qué emoción visitar Casa Rioja y conocer nuevos vinos" ―"ajá, sí los vinos, XD" "tienes que contarme todo lo que pase con Ernesto, eh" ―"Jajaja, claro. Seguro la pasaremos bien con los vinos" ―"O sin los vinos... jajaja" ―"Jajaja, ay Ana, cómo eres".
La verdad la emoción volvía..., por los vinos, en realidad estaba ansiosa por que llegara la tarde..., por los vinos, Ernesto era muy lindo en invitarme y ya quería verl..., ver los vinos que traerían. Me levanté, desayuné, me arreglé de una vez para ir a Casa Rioja, y como no volvería a casa, me puse uno de los vestidos que más me gusta, que todavía no había estrenado, elegí unos zapatos, una cartera, le envié unas fotos a Ana para que me dijera si estaba bien. ―"Te ves hermosa amiga, seguro Ernesto se derretirá por ti y no podrá resistirse a ti" ―"Ana, jajaja, cómo eres, es solo porque vamos a Casa Rioja y quiero ir acorde a la ocasión" ―"Jmm..., pero bien que estás estrenando vestido eh? rojo y bastante sexy, no te preocupes, seguro se fijará en ti" ―"No Ana, en serio, me vas a hacer sentir mal, mejor me voy a poner otro" ―"Amiga, yo solo te lo digo para que te sientas segura de ti misma, lleva el vestido, te ves muy linda, de por sí ya eres hermosa, y no es por Ernesto, cualquier hombre se moriría por ti, siempre te lo he dicho." ―"Gracias amiga, no creo que se mueran por mí jaja, tú porque me quieres, pero de cualquier forma tú sabes que yo soy leal y no le haría eso a Raúl" ―"Claro amiga, tú eres demasiado buena, jaja, yo sí aprovecharía. Pero acéptalo, Ernesto está guapísimo, y si estuvieras libre le harías caso" ―"Jajaja, bueno, la verdad es que sí me gusta, pero igual no creo que quiera nada conmigo, solo es porque tenemos en común el gusto por la enología, es genial encontrar a una persona así para ir juntos a estos eventos" ―"Uy amiga, tú en lo que estás, seguro que le gustas a él también. Pero de cualquier forma que disfrutes de tu salida, y no olvides contarme cada detalle de tu salida." ―"Gracias amiga, jaja, claro, te contaré." "Ya me debo ir, te tengo que dejar, gracias por tu apoyo y consejos" ―"Chao amiga, sabes que te quiero preciosa, eres la mejor" ―"Gracias amiga, tú eres la mejor para mí."
Salgo de casa y paso todo el día ansiosa por que llegue la tarde y pueda ver de nuevo a Ernesto, por el vino, para que vayamos juntos a Casa Rioja, sin duda será una tarde espectacular.
Continuará...
Pintando con palabras y sueños
Desde el tintero del corazón
Quetzaltenango, Quetzaltenango, Estado de los Altos
Felicidades mi querido Comandante de las letras, esto va buenísimo estaré pendiente de la novena, la décima y así...
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Pronto continuaré la saga. Abrazos :) .
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