Intenté llamarte, buscarte escribirte y soñarte,
Pero en ningún lugar estabas más, mis sueños ya no te veían, mis versos ya no sabían a tu amor y tu adiós era más evidente,
Cada día que pasaba, tu amor se esfumaba por aquella ventana y sólo dejaba tu ausencia en mis labios,
Suspiraba mil veces al día para que te recordarás de mí,
Intentaba soñarte al ver la luna y así pensarás en mí,
Las estrellas estaban apagadas al igual que mi amor,
¡No quiero perderte!, Esas palabras resonaban en mi mente, una y mil veces seguidas,
El recuerdo de tu mirada fugaz y tus labios al decir ¡Todo pasará! Se clavaban como una daga en mi alma,
Fue verdad ¡Todo pasó! Pero tu calma nunca más llego,
Desde aquél día sigo caminando en la oscuridad de la soledad, en la penumbra del adiós y en el amanecer de la desolación,
Me quedó de recuerdo tu voz y tu mano,
Me quedó de recuerdo tu amor y tus labios,
Inventé un recuerdo tuyo y con eso intenté olvidarte con otro amor,
Intenté engañar al corazón y sólo me ocasionó más dolor,
Inventé que llegarías a mi rescate y en ese cuento eras el valiente caballero que llegaba con unas hermosas rosas cafés, dispuesto a pelear con el dragón para salvar a su princesa,
Yo era la princesa del cuento, ¡Pero tu amor nunca más volvió!
El dragón que custodiaba mi torre murió, esperando tu llegada al igual que yo,
Inventé también que las hadas te traían de vuelta, pero todo fue una fantasía de mi amor moribundo,
Llegó la realidad y me quitó tu recuerdo,
Te lloré, esperando que pasara más rápido el tiempo,
Te escribí mil poemas y las letras llevaban tus promesas,
Te soñé de mil maneras y tú sonrisa era lo único que quedaba,
¡Todo pasará! Esas palabras cargadas de dolor resonaban en mis recuerdos,
El adiós se hacía tan evidente, el otoño apareció anunciando un invierno helado y desolado en pleno verano,
Intenté hacer mil cosas para borrar tu nombre y cuando estaba apunto de hacerlo llegaba el 21 de cada mes y me hacía retroceder el tiempo, pues me quedé esperando tu mensaje, pero aquél mensaje nunca más llego,
¡Era tarde! el tiempo había agotado nuestra historia de amor,
Intenté de mil maneras no pensarte, pero estabas tan clavado en mi corazón que todo me recordaba a tu amor,
Ese cuento no tuvo un final feliz ,
Intenté no llorar al recordarte, ¿Pero, cómo no hacerlo?, Eras el amor de mi vida, mi alma gemela y mi otra mitad,
El 21 de cada mes me recuerda que ya no eres eso, ahora eres la herida de un amor que congelo el tiempo y me hizo amar la vida,
Quizás me quede un último intento para salir adelante y sanar este corazón que se está muriendo,
Hasta entonces intentaré mantener la sonrisa a flote y las lágrimas estarán escondidas en mi almohada, esperando ingenuamente tu llegada.
- DG
"Las lágrimas firman está nota y la muerte a mi corazón"
Salcajá abril de 2019.
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