La Aeromoza De Los Lindos Ojos Azules.
Cuando me quité el antifaz no pude evitar voltear a ver a la aeromoza, esa dulce mirada atrajo tanto mi atención, su mirada tan dulce me recordaba al cielo y precisamente ahora estábamos por las nubes. Verla me tranquilizaba tanto, la turbulencia me asusta demasiado, nunca lo había experimentado y no creo volver a volar.
Abroché mi cinturón rápidamente, la aeromoza, Susan se acercó, creo que fui muy obvio, volar me asusta tanto.
-¿Estas bien?, preguntó Susan.
-Sí sí, es solo que estoy algo asustado, ¿Cuánto crees que dure la turbulencia?
-No lo sé unos cuantos minutos más, ¿Quieres algo de tomar?
-¿Podrías servirme un poco más de lo que me diste hace un rato?
- Claro; toma.
Lo volví a beber de un jalón, ahora no sabía tan mal.
-Bueno estaré en la parte de atrás si me necesitas
-Gracias, le respondí.
La turbulencia pasó, me tranquilicé, no quería dormir así que saqué mi libreta de bolsillo y una pluma, comencé a escribir...
Mi querida musa
Apenas te veo y siento que ya te conozco
Apenas te hablo y siento que ya te amo
quien sería yo para adorarte de tal manera
que tus lindos ojos fueran testigos de este amar sin frontera
Es muy apresurado de mi parte hablarte de amor
pues sólo te he visto una vez
y en mí una luz floreció
Es sin duda la mirada más dulce
el encanto más lindo
de quién fuera la dicha querida musa mía
para ser dueño de esa ternura
Me encantas cual diosa divina
que tus manos como pétalos
enciende la pasión de esta travesía
Estando en las nubes el cielo te ilumina
refleja tu mirada oh querida musa mía
refúgiame en tus brazos
ámame con tus labios
no permitas que sea prisionero de tu querer.
Oh musa amada mía
tus ojos son el cielo
y tu cuerpo mi refugio.
Me encuentro sumergido en el mundo de las letras cuando de repente Susan aparece.
-¿Ya te sientes mejor?, pregunta.
Guardo rápidamente mi libreta.
-Ya ya estoy mejor, gracias por todas tus atenciones.
-No es nada, es mi trabajo; me responde con una sonrisa en el rostro; pero que sonrisa más linda, pienso.
Ahora volar resulta más sencillo sabiendo que Susan está aquí, me gustaría volverla a ver algún día, sé que son muchas horas de vuelo, pero no me son suficientes para conocerla, así que decido escribirle una nota:
Querida Susan:
Quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mi, quiero decirte que el saber que tú estas aquí me hace más sencillo volar, quiero confesarte que tú me pareces una mujer hermosa y me encantaría llegar a conocerte mejor, perdona mi atrevimiento pero si no lo hago no creo volverte a ver.
Me gustaría invitarte a una cita, luego de aterrizar, te dejo mi numero de teléfono 0016141836 estaré esperando tu llamada.
Atte:
El tipo al que le da miedo volar; Santiago.
Tomo valor para levantarme de mi asiento, camino hacia la parte trasera del avión buscando a Susan, la encuentro en primeros auxilios.
-¿Qué haces aquí?
-Lo siento es que me corté un dedo, le mentí.
-Ven te voy a curar.
-Bueno en realidad quería entregarte esto; le entregué la nota.
Sonrió al recibirla, la leyó y con una sonrisa dijo.
-Acepto tu invitación a salir.
-Nos vemos entonces, esperaré con ansias nuestro encuentro.
-Yo también lo esperaré.
-Nos vemos entonces, esperaré con ansias nuestro encuentro.
-Yo también lo esperaré.
Sueños de Escritora.
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