-Decíamos en artículos pasados, refiriéndonos al nuevo año, que todos tendemos a fijarnos metas, por supuesto que con el propósito de alcanzarlas en su transcurso; tal intención la tienen desde los ciudadanos mas humildes, hasta los mas acomodados; lo cierto es que, con o sin mayores recursoso para subsistir, ninguno carece del derecho, de la posibilidad y de la intención, de hacer realidad algo que lo beneficie y que ha venido considerando desde hacer rato, o que incluso hasta hoy se le está ocurriendo, por la necesidada de satisfacer una carencia.
-Lo cierto es que hay tantas cosas que se desean porque nos son útiles, porque nos hacen falta, y que en la medida de nuestras capacidades queremos conseguir, y que pueden concretarse si les ponemos ganas y dedicación, siempre y cuando no rebasen la real capacidad que poseemos, o sea que estén en verdad a nuestro alcance.
-Tales proyectos y pretensiones pueden ser, por ejemplo: ampliar la casa, compara un terreno, una vaca, una moto, seguir estudianado, poner un negocio, dejar de fumar, de chupar... y hasta de cambiar de imagen usando ropa de este o aquel estilo, corte de pelo diferente al acostumbrado; en fín, hacer realidad ese sueño que ya se está convirtiendo en pesadilla, y hasta en pesadumbre, por la necesidad que se tiene en concretarlo, y la dificultad para conseguirlo.
-Pero así es la vida, no siempre podemos conseguir lo que queremos, por las razones que sean: pobreza, incapacidad, negligencia, o lo que anhelamos está materialmente muy distante de nuestro alcance; pero no olvidemos que mientras hay vida y verdaderos propósitos de hacer algo positivo, hay esperanza.
-Pero aparte de los deseos de superarnos en el orden material, tenemos que pensar también en cambiar nuestra actitud de dejadez y pesimismo, igual de altivez y prepotencia; propongámonos cada año, mejor dicho cada día, cada momento, a ser mejores personas, a olvidar resentimientos y deseos de venganza; a ser mas útiles a la sociedad de la que somos parte. Así el cambio que anhelamos será mucho mejor.
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Escrito el 12 de enero de 2017
Publicado el 2 de enero de 2020
Mientras hay vida hay esperanza (o desesperanza).
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