No tenía
planificado publicar este artículo el día de hoy, mas algunas personas que
conozco han perdido a un ser querido, y eso me hizo recordar lo difícil que es
decir o escribir algo para momentos como aquellos. Creo que la mayoría hemos
experimentado la partida de un ser querido, y sabemos lo difícil que es
expresarlo y sobrellevarlo. Por ello les comparto este artículo de mi abuelito,
una reflexión que vale la pena:
UN
DOLOROSO VACÍO
“No cabe duda
que toda muerte, cualquiera que sea la víctima, el motivo y la forma en que se
dé, provoca en nuestro espíritu un sentimiento de pesar, haciéndonos pensar que
como humanos estamos expuestos a sufrir en el momento menos esperado un golpe
de tal magnitud, por lo que no podemos permanecer insensibles ante el dolor de
los demás y nos unimos calladamente a él, y lloramos en silencio.
Tampoco cabe
duda que el desenlace doloroso, el golpe final a una vida que quizá se ha
aferrado al mundo con desesperado tesón y que ha luchado valientemente contra
un mal invencible, deja en el alma una herida y el sabor amargo de la
impotencia ante la dura realidad de la vida y de la muerte.
Porque el que
se va, independientemente de la edad, de la razón y la forma de su muerte, deja
en quienes se quedan y son o fueron parte importante de su existencia, ese
doloroso vacío de desolación y amargura que solo se llena con lágrimas y
recuerdos.
Pero tenemos que
aceptar la realidad, que ante el mandato de Dios nada podemos hacer, más que el
esfuerzo que ya se hizo por evitar lo inevitable, aceptando con valor esa
consoladora satisfacción que da el hecho de haber luchado en todo momento y
agotado el último recurso por salvarle la vida al ser amado cuyo final
posiblemente estaba ya señalado por el destino.
También es
importante saber que por circunstancias especiales, la muerte de algunas
personas se siente más profundamente, tal vez por existir un vínculo de amistad
o familiar, por una deuda moral, por un recuerdo determinado, por su don de
gentes, por su juventud, por su entrega a una causa noble, en fin, por un
sinnúmero de razones, el adiós definitivo de alguien como que sacude con más
violencia nuestro ser y nos deja abatidos, llenos de incertidumbre y tristeza.”
San Antonio
Huista, Huehuetenango, Guatemala
Escrito en Noviembre de 2005
Lo cierto es
que tengo mis dudas…: página 113, 2008
Gracias por la
amabilidad de leernos un ratito,
Por dedicarnos
aunque sea un momentito,
Esperamos
volver a compartir con ustedes un poquito,
Bendiciones les
desea El Comandante de las Letras
Podrían interesarte otros escritos de Anécdotas y Prosa
Comentarios
Publicar un comentario