La Espera De Dos Corazones Que Ansían Estar Juntos
Estamos en la sala del piso de arriba, el reloj marca las 6:15 pm.
-Es hora de que te vayas, le digo, una tristeza me inunda el alma.
-Él hace un puchero, como un niño pequeño que no quiere irse a la cama porque quiere seguir jugando.
Me abraza, me da un tierno y suave beso, bajamos las gradas y nos dirigimos hacia la puerta.
Estando en la puerta nos abrazamos por un tiempo.
-En serio tienes que irte, le digo; está oscureciendo ya.
-¡Pero no quiero irme! Si por mí fuese me quedaría todo el tiempo contigo mi amor.
-Lo sé y yo haría lo mismo, pero por el momento no se puede, debemos conformarnos con el poco tiempo que Dios nos regala juntos.
-Esta bien. Me vuelve a abrazar y me da un beso en la frente.
-Que Dios y la Virgen vayan contigo mi amor y te protejan, le digo antes de que se vaya, le doy un beso en los labios y lo vuelvo abrazar.
-¡Te amo! Me dice cuando ya va caminando.
-¡Yo también te amo! Le digo casi gritando para que me escuche.
En ese preciso momento siento que una parte de mí se va con él, es como si se llevara mi corazón y la mitad de mi alma, le pido tanto a Dios que llegue con bien a su casa y solo espero el momento en el que me diga "Mi amor ya llegué" para quedarme tranquila y saber que él esta bien.
A partir de ahí la espera comienza de nuevo, los días se vuelven semanas, las horas se vuelven días, los minutos horas y los segundos se vuelven minutos, es como si el tiempo no estuviese a nuestro favor, es tan complicado esto, esperar tanto para pasar unas cuantas horas juntos, aunque esas cortas horas en serio que valen la pena.
En la semana me quedan los recuerdos del día anterior en el que estuvimos juntos, risas inusuales aparecen de la nada, es como si volviese a vivir cada momento, solo cierro los ojos y aparece él con su adorable sonrisa y su mirada encantadora que a simple vista se nota el increíble carisma que tiene, no hace falta saber de amor para darse cuenta de lo enamorada que estoy de él.
Los días pasan y cada vez lo extraño más y más, solo espero el momento para volvernos a encontrar,
para volver a sentirlo cerca de mí, sentir sus abrazos, sus besos, sus caricias, su amor, sentirlo a él.
Cuando nos damos cuenta ya han pasado varios días, viernes, sábado, la emoción, la ilusión de verlo otra vez me inunda el corazón de alegría y de nervios, a pesar de llevar tanto tiempo juntos, sigue causando en mí tantas emociones.
Domingo, nuestro día ha llegado, la espera esta por terminarse, una sensación extraña recorre por mi cuerpo, cada vez que pienso que está apunto de llegar siento algo en el estomago, comienzo a sudar, me pregunto si le pareceré guapa, si esas horas en el espejo probándome atuendo tras atuendo habrán valido la pena, me reviso el cabello, viendo que todo este en orden que no hallase ningún rizo mal colocado, que el rimel no se hallase regado. Cuando veo que todo está perfecto para recibirlo me siento en el sofá esperando con ansias su llegada, no importa cuantos años llevemos juntos aún sigo sintiendo lo mismo, los nervios, mariposas en el estomago, la ilusión de volverlo a ver.
Pasan unos cuántos minutos, los siento eternos, de repente tocan el timbre, no hace falta me digan quien es, porque yo sé que es él, el amor de mi vida.
Es ahí donde la espera de dos corazones que ansían estar juntos termina, uniéndose los dos en un dulce beso de amor y en un abrazo de corazón a corazón.
Sueños de Escritora.
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