EL CHINGÜENGÜENCHÓN
Distinguida concurrencia,
voy a contar con dolor,
sinceridad y paciencia
mi calvario de amor.
He sufrido tanto, tanto
que hasta quisiera llorar,
pero si miran mi llanto
van a quererme ayudar.
Ahora a desembuchar
el relato de mi vida,
no se vayan a burlar
porque ha sido muy sufrida.
Principiaré por decir
que soy muy enamorado
y en eso estriba el sufrir
de este pobre desgraciado.
Una vez me enamoré
de una joven muy hermosa,
y cuando me le acerqué
noté que estaba jiotosa.
Otra vez volví a tirar
flores a una chava
y no tardó en contestar
diciéndome cara de haba.
Al insistir en mi empeño
le dije a otra mujer:
mi cielo aquí está su dueño.
A puchis, de paso que usted.
Le dije a otra: verde esperanza
y en el momento me contestó:
verde tendrá la panza,
dio la vuelta y se alejó.
Por qué no busca qué hacer
me dijo otra en una esquina,
nadie lo puede querer,
cachetes de parafina.
Pero el amor es muy necio
y ofrecí a otra mi corazón,
y me dijo con desprecio:
váyase al diablo panzón.
Y así siguió mi agonía
en las lides del amor,
un fracaso cada día,
cada fracaso un dolor.
No había mujer alguna
que me diera su corazón,
pues todas una por una
me dejaban de plantón.
Pero basta ya de quebrantos,
con el amor ya luché;
a golpes se hacen los santos
y santo me quedaré.
Pero es que no puede ser
mi destino tan torcido,
tendré que encontrar mujer,
no me daré por vencido.
Aunque sea vieja y fea,
siempre que sea mujer,
persistí en mi necia idea
de conseguir un querer.
Y nada que conseguía,
enamoré como a cien,
y todas me respondían
callate cara de sartén.
Yo decía: Qué amargura,
nadie me quiere querer,
qué desgracia, qué tortura,
que ingrata es la mujer.
Por todos mis sinsabores
yo me sentía morir,
pero realmente señores
ahora me pongo a reír.
Con lo escaso del pistillo
y lo caro del maíz,
ya estuviera en calzoncillo,
sería un pobre infeliz.
Y ahora nadie me obliga
a entregar mi corazón,
aunque todas al verme digan:
ahí va mi Chingüengüenchón.
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Del libro: "El profe y la seño. Un libro para maestros(as)", página 15
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