ENTRE BROMA Y BROMA
Entre broma y broma se dicen verdades,
verdades que duelen porque son amargas,
pues existen hijos que más son salvajes
que a su madre hieren con gruesas palabras.
Han llegado incluso a ponerle encima
sus garras de hiena, asquerosas manos,
a esos extremos han llegado a herirla
entrañas perversas de hijos malvados.
Desalmados estos, tarados mentales
que así recompensan el amor de madre;
cerebros de oruga, alma de chacales
y luego de humildes nos hacen alarde.
¿Ignoran acaso estos desalmados
que la madre es todo amor en el mundo,
que es lo más grande, que es lo más sagrado?
Todo eso lo ignoran los bichos inmundos.
¡A qué extremo ha llegado la bajeza humana!
Quien hiere a su madre también niega a Dios,
eso es de cobardes, de gente sin alma
que tiene de cieno hecho el corazón.
Florencio Mendoza Granados
San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala
Del libro: "El profe y la seño. Un libro para maestros(as)", página 19
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