SIMA
A Mineral del Chico
Pachuca, México
Prefiero la montaña silenciosa,
vestida de enigmáticos verdores
a ser un nadie en calle bulliciosa
lejano del helecho y de las flores;
pisando el musgo en caminata ociosa,
para saber del cedro sus amores,
puedo ver su fruto en la maraña
que presagia pared de una cabaña
Asir con estas manos temblorosas
las femeninas curvas de la rama
el conseguir que, siendo tantas cosas
ceda mi amor sobre la agreste rama
y luego con caricias misteriosas
me dé de su arrebol la rauda flama
para entibiar el cuerpo de la roca
que emerge como el beso de una boca.
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