Si no has leído la primera parte te recomiendo que la leas.
Marina y Marbella
-¿Pero qué están haciendo?, exclamó Marbella furiosa y con el corazón destrozado.
En ese instante ambos se separaron, Marbella no dejaba de ver la rosa roja que estaba en las manos de su hermana. Marina desconcertada dijo:
-Hermana no te entiendo, ya lo habíamos platicado, le dejaríamos esto al destino.
-Yo lo sé, dijo Marbella, pero los dos me han mentido y me duele su traición, ayer estuvimos juntos, ¿No es así príncipe del Sur? preguntó aquella pobre doncella.
-Claro que no, estás loca, yo a la única que de verdad amo y con la que quiero estar es con Marina tu hermana, tu eres una mujer muy pequeña para mí.
-¿¡Cómo puedes decir eso!? ¿y tu declaración de amor? ¿El beso? ¿La rosa rosada? dijo Marbella entre lágrimas.
-¡Ahhhh! hablas de la rosa, claro que te di una rosa, rosada, eso no significa amor.
-Marina por favor haz algo, tengo el corazón destrozado, dijo Marbella, hermana por favor.
-Lo siento Hermana pero ya llegará a tu vida el hombre perfecto para ti, tengo que avisarle a mis padres que me casaré con Damian la próxima semana, viviremos en el pueblo del Sur.
La pobre Marbella salió corriendo en ese instante, ella no sabía lo que era el dolor, hasta ese momento, lloro hasta quedarse sin lágrimas, pobre mujer aquella, tan pequeña y tan llena de dolor, sufrió la traición por amor a un hombre y la traición de su propia hermana. En su soledad se dio cuenta que esa parte de la vida no le gustaba, ella quería ser feliz, pero siendo ingenua no lo conseguiría, así que decidió que a partir de ese momento cambiaría, no sería aquella princesa tierna y sensible, sería una mujer madura sin sentimientos, juró nunca más volverse a enamorar, odió a Damian y a su hermana con todo su corazón, ese odio era malo muy malo, el corazón de la pobre Marbella se torno oscuro, casi negro y así fue como comenzó esta tragedia que a continuación les contaré.
Pasada la semana Marina y Damian se casaron en el jardín del castillo, ambos lucían tan felices, Marbella asistió a la boda por supuesto, les deseó lo mejor a los novios, aunque no de corazón, Marina se disculpó con su hermana, ésta le dio la espalada, la boda fue hermosa, digna de la nobleza.
Al día siguiente ellos partieron hacia el pueblo del Sur.
Marbella juró que le pagarían cada lágrima que le hicieron derramar, ella pronto asumiría el poder del pueblo del Norte, pero no sería nada bueno pues una guerra se desataría, y eso fue lo que pasó...
continuará.
Sueños de Escritora.
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