“Como todos los
años y como todos los seres humanos impacientes e inconformes como somos, nos
desesperamos con el calor o con el frío. Esos súbitos cambios de temperatura
nos molestan, quisiéramos que las cosas se dieran siempre a nuestro gusto y
conveniencia.
Pero ya dentro
de poco cambiará el tiempo, al menos así lo esperamos, después de estos
polvorosos y sofocantes calores, vendrá la lluvia que con urgencia y ansiedad
esperan las plantas, que con ansia se aferran a la tierra, buscando con sus
raíces ese líquido precioso que les dará el vigor y la energía para seguir
sirviéndole a la humanidad.
Año con año el
agua se presenta como siempre, con su mágico poder de darle al campo ese
impulso vital que necesita para hacer florecer lo que dadivosamente produce,
para hacer renacer de sus entrañas la vida misma, vestida con su traje de
esperanza.
El olor a
tierra mojada levanta el ánimo y nos pone de nuevo contentos porque nos hace
pensar en el inicio feliz del invierno, de esa época que con relámpagos y
truenos nos anuncia su llegada como uno de los más valiosos regalos de Dios.”
Florencio
Mendoza Granados
San Antonio
Huista 1995
De “La Palestra”,
Abril 1995
Del libro “Lo
cierto es que tengo mis dudas…” página 20
He de confesar
acá comentando el escrito de mi abuelito que yo soy una de esas personas
inconformes con el clima, no me gusta el calor que el sol produce de las diez
de la mañana a las cuatro de la tarde, si bien me gusta su luz, en cambio me
encanta el sol de las seis de la mañana o el de las seis de la tarde que no
quisiera que se escondiera. Me gustan las noches en que se pueden ver las
estrellas si bien me gusta el sonido de la lluvia para dormir, entonces me
gustaría que lloviera en la noche pero que las estrellas y la luna pudiesen
verse con el cielo despejado; por otra parte, no me gusta que llueva cuando uno
tiene que salir, y acá en Quetzaltenango detesto que llueva porque hay mucho
frío y a alguien como yo, aunque me guste la lluvia, no me puedo mojar porque
me enfermo muy fácil; si en cambio hubiese un sol como ese que hay de las diez
de la mañana a las cuatro de la tarde, con ese calor tan intenso y a la vez
hubiera lluvia, entonces bien podría uno mojarse, pero cuando llueve el cielo
se nubla y el ambiente se pone frío, y eso no me gusta; no me gusta lo triste
que se ven los días nublados, me gusta que haya luz, si bien la temperatura al
medio día o a las tres de la tarde se siente bien en un día nublado; así de
complicados son mis gustos climáticos en un país con un clima templado,
intermedio, no puedo imaginarme cómo sería mi vida en un desierto, en uno de
esos lugares en el mundo donde el sol sale muy pocas horas, u otro lugar con
clima extremo. Aunque he de confesar que en generalidades me gusta más el frío
que el calor, y probablemente pienso que me gustaría vivir en un lugar donde
cayera nieve. Así de complicados somos, la naturaleza es tan sabia y uno tan
inconforme, no cabe duda que en 1995 como ahora este tema sigue siendo muy
similar.
Gracias por la
amabilidad de leernos un ratito,
Por dedicarnos
aunque sea un momentito,
Esperamos
volver a compartir con ustedes un poquito,
Bendiciones les
desea El Comandante de las Letras
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