Esta es la historia de un hada que
conoció a un gnomo, o bueno es la historia de un gnomo que conoció un hada, es
así porque ambos se conocieron, desconociendo para quien en ese momento fue la
plática más beneficiosa.
―Ojalá, algún día trabajes y dejes de
ser un gnomo conformista ―dijo el hada.
Ojalá tú, puedas ser más de lo que
tus ojos ven ―respondió el gnomo.
El hada se sorprendió mucho de la reacción de aquel gnomo de barba grande y sombrero de pico verde, ella esperaba un ¡déjame en paz! O no te metas en la vida de los demás concéntrate en la tuya…
―Bueno, de eso no puedo estar segura ―dijo el hada―. No sé si en algunos años sea un hada que desperdicia su tiempo contando las flores de su jardín, haciendo crecer los jazmines y viviendo del aroma de las rosas, como la mayoría de las hadas que pierden el tiempo
―¿Pierden el tiempo? ―preguntó el
gnomo. ―No se supone que de eso viven las hadas, de contar las flores de su
jardín, alimentar a los jazmines y respirar el aroma de las rosas.
―No, y claro que pierden el tiempo, mientras
cuentan sus flores pueden desteñir sus colores y crear nuevos, mientras ven
crecer a los jazmines pueden tejer el
pasto que los rodea para poder hacer cestos y que en estos los elfos puedan
llevar la carga y se les haga más fácil y mientras huelen las rosas para vivir
podrían crear música con las espinas, ¡pero no! No hacen siquiera eso ―respondió
el hada muy molesta.
―Jamás había escuchado semejante locura ―le dijo el gnomo.
―Puede que sea un locura pero es la única manera de vivir bien que conozco, tú que puedes hacer flautas, arpas, violines… estas aquí sucio y solo ¿acaso no te da pena?
El gnomo muy triste le dijo: ―En mi
infancia solía creer que el mundo era un juego lleno de imaginación y misterios,
quería ser un adolescente para poder salir, cuando era adolescente tenía ganas de
conquistar el mundo, de crear cosas estupendas, quería hacer de la música algo
tan hermoso y melifluo al oído, intenté crear instrumentos y no fue posible mis
manos no podían siquiera pegar dos, ¡dos!, objetos, lo intente por años y ¿adivina qué?
El hada atónita y triste no supo que decir, mas de sus ojos caía miel pura.
―Justo lo que piensas ―le dijo el gnomo―, no me fue posible, me faltaba talento y
quizás vocación, no lo logré, años después decido ser lo que ahora soy un amante
de las estrellas, que compró con unas cuantas monedas de oro esta especie de
tubo que agranda las cosas y permite ver el cielo con detalles, sé que es una
locura pero hoy empiezo a descubrir por qué aquel sueño de construir
instrumentos no se pudo cumplir, hoy tengo más que eso.
En ese momento el hada se sorprendió tanto que dijo ―cuéntame más, soy un hada viajera pero quiero saber más de las estrellas, ¿podría tocarlas alguna vez? ¿Nos podría caer una? ¿Qué es lo que las tiene arriba? ¿Tienen alguna razón de ser o simplemente están para decorar el cielo?
―Son muchas preguntas para un simple gnomo conformista que se sienta bajo la sombra de un árbol ―le respondió el gnomo.
―Discúlpame, mi intención jamás fue herirte ―dijo el hada
―Descuida, estas perdonada, mi conocimiento
de las estrellas ha sido de 7 años, lo he obtenido de libros de ciencia, esos
que escriben los humanos creyendo responderlo todo con complejas palabras que a
veces te dejan más confundido, por ejemplo, las estrellas son astros que tienen
luz propia, mantienen su forma gracias a un equilibrio hidrostático de fuerzas y
a su propia gravedad, y gracias a esta gravedad no caen, la vida de una
estrella comienza con el colapso gravitacional de una nebulosa gaseosa de
material compuesto principalmente de hidrógeno….
La plática emocionaba tanto a aquella hada, y eso le hacía pensar en cómo aquel gnomo tan conocedor de estrellas no podía hacer un simple instrumento y cómo por no poder hacer ningún instrumento ahora sabe para qué nació.
Al finalizar la plática el gnomo le dijo a el hada: ―sigue siendo tan soñadora como hasta ahora, si eso es lo que quieres lucha por no perder el tiempo y trabajar, no permitas que nadie te diga que no lo puedes hacer, no te limites a lo que conoces, ve en busca de nuevos bosques, de nuevos aromas, que no solo te harán vivir; sino que te harán muy feliz, trata de luchar contra los gigantes que no dejan ver las maravillas que existen al otro lado de miles de bosques, baja hasta el núcleo interno de la tierra y vuela hasta la exósfera si quieres, pero jamás te detengas. Buen viaje.
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